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La renuncia presentada la semana pasada por el presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski , constituye un acontecimiento inoportuno y negativo para México, que pierde a un socio confiable e importante en el contexto de la Alianza del Pacífico y la Organización de Estados Americanos ( OEA ).
Durante su breve gestión de 602 días (20 meses), el ex dirigente, ampliamente conocido como PPK , confirmó sus sólidas credenciales conservadoras al unirse a México , Brasil y Argentina entre otras naciones preocupadas por las crecientes tendencias autoritarias del gobierno venezolano encabezado por Nicolás Maduro .
Llamó a la liberación de presos políticos en 2016 y también apoyó el referéndum revocatorio impulsado contra Maduro después de que la oposición ganó los comicios legislativos.
Kuczynski realizó una visita oficial en junio de 2017 a España, donde advirtió sobre la inestabilidad y el riesgo de un “mar lleno de sangre” en Venezuela, mientras que su ministro de Relaciones Exteriores , Ricardo Luna Mendoza , proponía la mediación en la crisis del primer ministro canadiense Justin Trudeau , dada la posición de Ottawa como “potencia global”.
El ex mandatario de Perú y Luna Mendoza eran escépticos en torno a la presión contra el régimen de Maduro en foros multilaterales como la OEA. Sin embargo, suscribieron con otros 13 países miembros, incluyendo a México , Estados Unidos y Canadá la “ Declaración sobre Venezuela ”, exhortando a las autoridades de Caracas a liberar los presos políticos y reconocer a la Asamblea Nacional ( Parlamento unicameral ) controlada por la oposición.
Como sabemos, dichos esfuerzos resultaron infructiferos y la elección de una asamblea constituyente radicalizó al régimen de Maduro; no obstante, como una figura de transición, se espera que el nuevo presidente Martín Vizcarra mantenga la estrategia general de PPK y ésas son buenas noticias para México tanto en lo político—Lima será la sede de la octava Cumbre de las Américas el 13 de abril— como en la cooperación económica y comercial.
Miembros fundadores
Es en el ámbito multilateral y económico donde la colaboración México-Perú ha sido exitosa.
Como miembros fundadores de la Alianza del Pacífico en 2011 , ambos países, trabajando junto a Chile y Colombia — Costa Rica se encuentra concluyendo el proceso para convertirse en su quinto integrante—enviaron un firme mensaje de integración y libre comercio que ayudó a establecer el nuevo Acuerdo Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico , aprobado por once naciones el 8 de marzo de 2018 , el mismo día en que la Casa Blanca promulgó aranceles a las importaciones de acero profundizando las tendencias proteccionistas que también llevaron al retiro de EU del pacto.
La Alianza del Pacífico representa cerca de 35% del PIB latinoamericano y casi todos los acuerdos formales de intercambio con Asia, en agudo contraste con el Mercosur , el otro bloque comercial predominante en la región, cuyos socios, incluyendo Brasil y Argentina , carecen de acuerdos de libre comercio con Asia .
Perú
asumió el 6 de marzo su presidencia pro tempore para 2018-2019 y el bloque emitió una declaración conjunta, en la que declaró su firme intención de otorgar el estatuto de estado asociado a Australia , Canadá , Nueva Zelanda y Singapur .
También es importante destacar la presencia de los países de la Alianza del Pacífico en la posible ampliación de la Asociación Regional Económica Integral .
La RCEP es un acuerdo comercial entre 16 países de Asia-Pacífico en negociaciones desde 2013 . En 2016, México , Perú y Chile expresaron su interés en el mismo, lo que genera la posibilidad de que se transforme en un medio para la integración de Asia y América Latina.
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