Tras establecer un “ acuerdo de paz ” con Israel, un estado con el que nunca estuvieron en guerra, los Emiratos Árabes Unidos deberían ahora entrar en negociaciones en Yemen, donde su intervención militar como parte de la coalición saudita ha desatado la peor catástrofe humanitaria global.

Apenas una semana ha pasado desde que el presidente estadounidense Donald Trump , anunció el “momento verdaderamente histórico” del acuerdo de normalización de relaciones Emiratos Árabes Unidos-Israel, y resulta evidente que como tercera parte involucrada, los palestinos han ganado muy poco.

De hecho, horas después de que los Emiratos Árabes Unidos declararon que su pacto bilateral incluye el acuerdo israelí de detener la anexión de territorios palestinos en Jerusalén Oriental y Cisjordania, el primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu , afirmó que sus planes continúan “sobre la mesa”.

Netanyahu dejó en claro que en acuerdo con Trump, “retrasó” los planes de anexión de Cisjordania , pero “nunca renunciaría al derecho a nuestras tierras”.

Tres días antes de que el pacto se anunciara, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) reportó el 10 de agosto que Israel avanzaba en la construcción de miles de viviendas en asentamientos en al-Tur, Anata, al-Eizariya y Abu Dis, poblaciones dentro del área E1, parte del proyecto de colonización del Gran Jerusalén.

Este controvertido plan, que apunta a conectar el gran asentamiento de Ma’ale Adumim en Cisjordania con Jerusalén, reclamada por los palestinos como su capital, destruiría físicamente cualquier posibilidad de una solución de dos estados, incluyendo un Estado Palestino contiguo.

Conscientes de esta situación, el 6 de agosto 15 países de la Unión Europea presentaron al Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel una carta de protesta por la construcción ilegal de nuevos bloques de viviendas en Givat Hamatos , ubicada en el área E1.

De acuerdo con la Casa Blanca, los Emiratos Árabes Unidos e Israel también se sumarán a Washington en el lanzamiento de una “ Agenda estratégica para Medio Oriente ” enfocada en la cooperación diplomática, comercial y de seguridad.

Sin embargo, la Autoridad Palestina (AP) y todas las facciones palestinas rechazaron el convenio emiratí-israelí, al calificarlo de traición. Hanan Ashrawi, una negociadora palestina, subrayó que ni la AP ni la OLP sabían “que venía esto. Nos pasaron por alto y sus tratos secretos ahora están completamente expuestos. Es una claudicación total”.

Por su parte, Fawzi Barhoum, vocero del movimiento Hamas que gobierna Gaza —la franja ha sido bombardeada diez días consecutivos por Israel, en represalia por ataques con globos incendiarios—dijo: “la normalización es una puñalada en la espalda de la causa palestina y sólo sirve a la ocupación israelí”.

Por más de dos años, el presidente palestino Mahmoud Abbas ha rechazado toda negociación política con Estados Unidos, al que acusa de favorecer a Israel. El distanciamiento se profundizó en enero, cuando Trump reveló un plan para el “ ” que da luz verde a Israel para anexar Jerusalén , el Valle del Jordán y 130 asentamientos en Cisjordania, a cambio de un Estado palestino y ayuda económica.

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¿Quién sigue?

Durante años, los Emiratos Árabes Unidos y otros estados del Golfo Pérsico han tenido tratos disimulados con Israel que Mohamed bin Zayed Al Nahyan , gobernante de facto emiratí y príncipe heredero de Abu Dhabi, ha intentado ampliar por razones económicas y de seguridad.

Lo que realmente preocupa a los palestinos es la posibilidad de que otros países árabes decidan seguir el ejemplo de los Emiratos Árabes Unidos , al normalizar relaciones con Israel y marginar aún más su posición.

Luego de asumir un papel protagónico en cinco guerras regionales con Israel desde 1948, Egipto firmó con su vecino el histórico tratado de paz de 1979 negociado en Camp David, Estados Unidos. Quince años después, Jordania e Israel suscribieron su tratado de paz respectivo, una vez que Ammán renunció a reivindicar el Valle del Jordán en favor de una solución pacífica entre el Estado hebreo y la OLP.

Medios israelíes reportaron que las pláticas para normalizar los vínculos bilaterales también están progresando con Bahrein , Omán y Sudán . Jared Kushner, yerno y asesor principal de Trump, destacó que espera que Arabia Saudita haga lo mismo con Israel.

No obstante, El Riad permaneció en silencio hasta el miércoles con respecto a la acción emiratí. “Desde nuestra perspectiva, las condiciones para eso son claras: la paz debe alcanzarse entre israelíes y palestinos sobre la base de parámetros internacionales. Una vez que se haya logrado este objetivo, cualquier cosa es posible”, declaró en Berlín el canciller saudí, Faisal bin Farhan al Saud.

Expertos consideraron que ese paso puede ser demasiado para el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salman , debido a la oposición que generaría entre el clero wahabí extremista en su país.

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Debe tenerse en cuenta que el pacto Emiratos Árabes Unidos-Israel también es un reflejo de los cambios geopolíticos y del realineamiento de fuerzas. Mientras que el presidente libanés Michel Aoun sorpresivamente no descartó un acuerdo con Israel, los emiratíes avanzan en el liderazgo regional frente a Arabia Saudita, Turquía e Irán, los dos últimos importantes rivales de Israel.

Las implicaciones para los asuntos de seguridad no pueden subestimarse cuando los Emiratos Árabes Unidos han estado participando en la invasión saudita de Yemen, y el país rico en petróleo gasta USD $23 mil millones en su presupuesto militar anual.

“Sólo horas después de la normalización, fuentes en la industria militar israelí ya hablaban de que los Emiratos Árabes Unidos tienen potencial para compensar la pérdida local de ventas debido a los términos del convenio de ayuda con Estados Unidos”, informó . Las fuentes señalaron, resaltó, que “los Emiratos son un socio ideal, con bolsillos profundos y un régimen autoritario que puede tomar decisiones rápidas sobre la compra de armas”.

El diario israelí añadió que algunos en la industria “ven la normalización como un problema, porque ahora todo, incluso los acuerdos que preferirían mantener tras bambalinas, quedarán expuestos”. Israel supuestamente exporta cientos de millones de dólares al año en armamento y tecnología de seguridad a los Emiratos Árabes Unidos.

Muchas de esas armas y equipo, como drones y “municiones inteligentes” (misiles y bombas guiadas) son usadas en la sangrienta guerra contra los rebeldes houthi en Yemen.

Arabia Saudita invadió Yemen en 2015 al frente de una coalición de nueve países, entre ellos los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Jordania, en respuesta al llamado de ayuda del presidente pro saudí Abd Rabbuh Mansur Hadi, luego de que fuera derrocado por el movimiento houthi.

La implacable campaña de bombardeo y el bloqueo naval apoyados por Estados Unidos , la Alianza Atlántica y Academi , compañía de mercenarios encabezada por Eric Prince, hermano de la secretaria de Educación estadounidense, Betsy DeVos, ha provocado el peor desastre humanitario en un siglo.

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Más de 100 mil personas han muerto como resultado de los ataques de la coalición sobre los rebeldes houthi presuntamente respaldados por Irán , así como por la epidemia de cólera, inundaciones, la plaga de langostas del desierto y el hambre, agravadas por el Covid-19.

Al menos tres millones son desplazados internos y casi 21 de los 29 millones de habitantes requieren desesperadamente ayuda, sobre todo alimenticia. Cada 10 minutos un niño muere a causa de desnutrición, diarrea o infecciones respiratorias.

Un reporte del Programa Mundial de Alimentos, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia y la Organización Mundial para la Alimentación y la Agricultura aseguró en julio que el número de personas que enfrentan altos niveles de inseguridad alimentaria aguda se incrementará de dos millones a 3.2 millones en el sur de Yemen .

Ramesh Rajasingham, secretario general asistente para Asuntos Humanitarios de la ONU, dijo el martes que la crisis de financiamiento obliga al organismo a recortar drásticamente su ayuda y la atención para 250 mil menores muy desnutridos en Yemen. La ONU sólo ha recibido 21% de su solicitud de apoyo humanitario por USD $2.4 mil millones en 2020, resaltó.

“Convoco a todos los donantes—y especialmente a los vecinos de Yemen en el Golfo—a cumplir ahora sus promesas”, enfatizó Rajasingham durante una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU.

El día anterior, Anwar bin Mohamed Gargash, ministro emiratí de Asuntos Exteriores, se reunió en Abu Dhabi con Martin Griffiths, enviado de la ONU para Yemen. Reiteró la determinación de los Emiratos Árabes Unidos para asegurar el éxito de las iniciativas saudita y de la ONU “para finalizar la crisis yemení”, incluyendo un cese al fuego.

El miércoles, no obstante, Alí Al-Amrani, embajador yemení en Jordania, demandó a los Emiratos Árabes Unidos dejar de apoyar la división de su país y formar milicias separatistas. Los Emiratos Árabes Unidos respaldan al llamado Consejo de Transición del Sur , acusado por el gobierno yemení de crear fuerzas militares y financiar golpes contra las autoridades locales en Adén y Socotra , subrayó .

“Estas acciones atraerán más la intervención regional e internacional, cuyo resultado y repercusiones serán difíciles de predecir y el fuego puede alcanzar a todos”, advirtió Al-Amrani.

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