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El voto de castigo contra una incierta recuperación económica y el agotamiento del sistema bipartidista se combinaron en Irlanda para producir un resultado histórico con la primera victoria electoral del izquierdista Sinn Féin , que tendrá creciente influencia tanto en la isla como en las próximas negociaciones entre la Unión Europea y Reino Unido .
Después de nueve años en el poder, el partido liberal conservador Fine Gael ( Familia de los Irlandeses ) colapsó en la elección general del sábado pasado, al obtener apenas 35 asientos y quedar a la zaga del Sinn Féin , que ganó 37 y la mayoría de los votos, así como del centro derechista Fianna Fáil ( Soldados del Destino ), que logró 38 asientos en la Cámara baja del Parlamento o Dáil Éireann .
Sin embargo, ningún partido tiene mayoría en la Cámara de 160 asientos y se realizan conversaciones para forjar una coalición con legisladores independientes y partidos menores como los Verdes y el trotskista La Gente Antes del Lucro , ya que el primer ministro Leo Varadkar declaró que está preparado a llevar al Fine Gael a la oposición y dejar que sus rivales traten de formar gobierno.
Como se esperaba, el nuevo Parlamento se reunió ayer para votar un nuevo jefe de gobierno y nadie ganó la mayoría (el resultado fue Sinn Féin 45, Fianna Fáil 41 y Fine Gael 36), lo que allana el camino para que la administración de Varadkar se mantenga como encargada hasta que el estancamiento sea superado en negociaciones que podrían durar semanas o meses para evitar otra elección.
Durante la semana, Mary Lou McDonald , presidenta del Sinn Féin , resaltó su deseo de encabezar a los partidos pequeños en una coalición de izquierda; no obstante, dicha alianza no reuniría más de 80 curules, dependiendo de un acuerdo con Micheál Martin , líder del Fianna Fáil , quien ha rechazado—como Varadkar —entrar a un gobierno para los próximos cinco años con el Sinn Féin , argumentando sus vínculos con la guerrilla desbandada del Ejército Republicano Irlandés ( IRA ) y sus políticas “ populistas ”.
McDonald también rechazó como “impensables” las especulaciones de un pacto sin precedente entre Fine Gael y Fianna Fáil , que han dominado la política irlandesa desde que se declaró la independencia del Reino Unido en 1919.
Ambos institutos son considerados centristas y tienen posturas similares, si bien su rivalidad se remonta a la guerra civil de 1922-1923 .
Los orígenes del Sinn Féin se encuentran en la lucha de Irlanda por la independencia hace 115 años ( Fianna Fáil es una escisión del partido nacionalista), aunque pasó décadas desafiando la legitimidad del Estado creado en 1922 y todavía se opone a la partición de seis condados de mayoría protestante para establecer la provincia británica de Irlanda del Norte .
En un país donde el pasado aún ejerce tanto peso en el presente, el Sinn Féin es visto por muchos en sectores conservadores de la isla, Londres y la Unión Europea con desconfianza, en particular por su papel como ala política virtual del IRA en los Problemas ( 1968-1998 ), el conflicto sectario en Irlanda del Norte entre católicos separatistas y protestantes leales al gobierno británico que causó más de 3,500 muertos.
¿Primera mujer jefa de gobierno?
Como integrante de una generación que no tuvo parte activa en el conflicto, McDonald —a los 50 años podría ser la primera mujer Taoiseach o primera ministra —reemplazó en 2018 a Gerry Adams , presidente del partido desde 1983.
Adams, uno de los artífices del Acuerdo del Viernes Santo que terminó la lucha, la promovió como el nuevo rostro moderado, mientras completaba una estrategia reformista que inició en 1986 con la decisión del Sinn Féin de abandonar el abstencionismo y ocupar asientos en el Parlamento irlandés , seguida por el reparto del poder con los unionistas pro británicos en Irlanda del Norte en 1998 y, hace solo tres años, su disposición a participar en un gobierno de coalición en Dublín .
Académicos y periodistas irlandeses y británicos coinciden en que los comicios del fin de semana marcaron el último capítulo en la transformación del país en una democracia europea convencional de izquierda-derecha , aunque señalan que McDonald necesitaría demostrar su verdadero liderazgo como puente entre la vieja guardia de Adams—una de sus consignas es “ tiocfaidh ár lá ” ( llegará nuestro día )—y los jóvenes votantes clave para la victoria del Sinn Féin .
Esta consigna también es enarbolada por el socialista republicano Ruairí Creaney , organizador del Sinn Féin en el condado de Kildare , quien explica que pese a la recuperación económica presumida por Varadkar luego de la crisis de 2008 Irlanda ha vivido bajo una dura austeridad, rescates bancarios, estremecedores niveles de desamparo infantil, falta de vivienda accesible, transporte público en deterioro y un sistema de salud público que se derrumba.
Al enfatizar que 63% de las personas aseguraron que no han experimentado ningún beneficio con el mejoramiento de la economía en una encuesta de salida de RTÉ , Creaney detalló que la plataforma del partido se enfocó en la construcción de 100,000 viviendas públicas, el cumplimiento del control de las rentas, la introducción de atención médica gratuita y el recorte de la edad de jubilación a 65 años, planes que junto al gasto público adicional por EUR €22,000 millones y la intervención en el sistema bancario para fijar un tope a las hipotecas, fueron descartados por Varadkar como “promesas extraordinarias”.
En un artículo publicado en Jacobin , denunció la campaña de desprestigio lanzada por medios convencionales contra el Sinn Féin , que incluyó el intento de pintar a su Ejecutivo Nacional como un grupo controlado por “ padrinos ” del IRA , llegando hasta el extremo de impedir que McDonald participara en el debate de líderes partidistas, argumentando que sólo quienes podrían convertirse en primer ministro intervendrían.
Este veto discriminatorio aplicado por la cadena de televisión estatal RTÉ y Virgin Media —marca licenciada por el multimillonario británico Richard Branson , quien ha respaldado abiertamente la propaganda contra el gobierno de Venezuela —resultó ampliamente ridiculizado en línea, dadas las plataformas políticas casi idénticas defendidas por Martin y Varadkar. Además, socavó severamente la credibilidad de los medios que facilitaron el “no debate”.
Creaney reiteró que el objetivo final del Sinn Féin es crear una república socialista de 32 condados, “por lo que no es sorpresa que la unidad irlandesa vaya a estar en el centro de cualquier discusión para formar gobierno. El Sinn Féin ha prometido un libro blanco sobre la reunificación y garantizar un referéndum sobre el tema”.
Un efecto significativo del éxito electoral del partido será la oportunidad de que el discurso de izquierda republicana se haga hegemónico en el debate en torno a la unidad, en lugar del liberal pro Unión Europea que ha dominado desde el Brexit .
“Es cada vez más obvio que existe un mandato para el referéndum sobre la unidad irlandesa, pero se requiere presionar al gobierno británico para que lo permita”, añadió.
En el inestable ambiente de la política post Brexit , la posibilidad de un referéndum en Irlanda del Norte no puede descartarse, tomando en cuenta que Londres aceptó uno sobre la independencia escocesa en 2014 y que enfrenta demandas renovadas para organizar otro, dada la oposición en las dos regiones a dejar la Unión Europea .
El Sinn Féin es el segundo mayor instituto en la Asamblea de Irlanda del Norte tras el pro británico Partido Unionista Democrático ( DUP ) y también es el segundo en la Cámara de los Comunes del Reino Unido , donde ocupa siete de las 18 curules asignadas a la provincia. Su influencia futura es evidente, ya que es el único partido irlandés con gran presencia tanto al norte como al sur de la frontera de la isla, que es también el nuevo límite terrestre de la Unión Europea con Reino Unido .
Puede adelantarse que la influencia del Sinn Féin también se extenderá a las complejas negociaciones que Bruselas y Reino Unido comenzarán el próximo mes en busca de un nuevo tratado integral, después de que Varadkar intentó explotar en las urnas su posición endurecida hacia Downing Street respecto a los asuntos de comercio y controles fronterizos.
Editado por Sofía Danis
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