Los esfuerzos de Estados Unidos para subvertir el orden político en Venezuela y sus amenazas abiertas de invadir al país latinoamericano marcan el retorno del intervencionismo al hemisferio, tras un breve periodo de reacercamiento y diálogo durante la administración Obama.

Más allá de los innegables errores y problemas de corrupción que han caracterizado al gobierno del presidente Nicolás Maduro —que cometió una grave provocación con el aterrizaje en Maiquetía de dos bombarderos estratégicos rusos Tu-160 en diciembre—Washington promueve una operación de cambio de régimen en el Palacio de Miraflores de Caracas , inspirada en los modelos de Libia y Ucrania .

Mientras que el presidente de Estados Unidos , Donald Trump , prometió “drenar el pantano” de los “intereses especiales” en torno a la Casa Blanca para enfrentar los crecientes desafíos internos del país, ha entregado su política exterior a “ halconesderechistas y neoconservadores con un atroz historial en derechos humanos .

John Bolton

, asesor de Seguridad Nacional , se encuentra al frente, al advertir que “todas las opciones están en la mesa”, llamar a los militares venezolanos a “aceptar la transferencia pacífica, democrática y constitucional del poder” y exhibir en una conferencia de prensa la frase “ 5,000 tropas a Colombia ” en su libreta de apuntes.

Concentrado en los últimos meses en los intentos para detener el retiro militar estadounidense de Siria ordenado por Trump , como subsecretario de Estado, Bolton participó activamente en la mendaz campaña que justificó la sanguinaria ocupación de Irak en 2003 y ha impulsado el lanzamiento de “ ataques preventivos ” contra Irán y Corea del Norte .

Esta semana, declaró en una entrevista que “estamos en conversaciones con las principales empresas estadounidenses. Sería una diferencia si pudiéramos tener firmas de Estados Unidos produciendo petróleo en Venezuela”.

De acuerdo con el , en enero de 2018 Venezuela tenía la mayor reserva probada de crudo del mundo , incluyendo Arabia Saudita , con 302.3 mil millones de barriles .

Así, no es de sorprender que Bolton dijera en 2012 “ estoy interesado en Libia si tomamos el petróleo. Si no lo hacemos, no me interesa ”, un mes después de la ofensiva de la Alianza Atlántica que dejó destruida a la nación más próspera de África.

Como resumió el senador Marco Rubio , los mayores compradores de petróleo venezolano son las firmas estadounidenses Valero Energy y Chevron .

“Refinar el crudo pesado de Venezuela respalda muchos trabajos en la costa de Estados Unidos en el Golfo de México. Por el bien de esos trabajadores, espero que comiencen a colaborar con el gobierno” de Juan Guaidó, el autoproclamado “presidente interino” de la oposición a Maduro.

Mar de petróleo

Quince años antes, el vicesecretario de Defensa y futuro director del Banco Mundial , Paul Wolfowitz , destacó que “la diferencia entre Corea del Norte e Irak es que no teníamos virtualmente opciones económicas con Irak, porque el país flota en un mar de petróleo”.

De manera más ominosa, el nombramiento de Elliott Abrams como enviado especial a Venezuela es considerado una señal inequívoca de la política belicista adoptada por la Casa Blanca .

Como Bolton, el ex secretario asistente de Estado para “ Derechos Humanos y Asuntos Humanitarios ” es una auténtica criatura del pantano, profundamente involucrada en el escándalo Irán-Contras de los años 80.

Abrams se declaró culpable de mentir al Congreso acerca de su ayuda secreta a los Contras nicaragüenses con el teniente coronel Oliver North , hoy titular de la infame ( NRA ), desviando los recursos de la venta de armas a Irán—entonces sujeto a embargo—para su guerra con Irak.

Los Contras fueron denunciados por los principales organismos de derechos humanos por su “brutalidad frente a civiles desarmados, incluyendo violación , tortura , secuestro , mutilación y otros abusos” en su campaña para derrocar al gobierno sandinista.

Sin embargo, Abrams y John D. Negroponte , embajador de Estados Unidos en Honduras , orquestaron en paralelo a los contrainsurgentes escuadrones de la muerte en Guatemala y El Salvador responsables de cientos de miles de víctimas, como los casi mil hombres, mujeres y niños masacrados en el pueblo salvadoreño de El Mozote .

Por su lado, el jefe del Comando Sur del Pentágono , Craig S. Faller —implicado en el caso de corrupciónEl Gordo Leonard ” de la Marina—, ha sido explícito en cuanto a las opciones para “resolver” la crisis , mediante una invasión como la de Panamá en 1989 , o bien ofreciendo a Maduro una salida segura de Venezuela.

A fin de controlar a las Fuerzas Armadas Bolivarianas ( FAB ), agregó, es necesario dar garantías a su mando, que es “básicamente corrupto. Maduro lo está comprando; para terminar con esa lealtad falsa, es necesario ofrecerles algún tipo de amnistía”.

Hasta ahora, las FAB y sus 80 mil soldados han cerrado filas con Maduro .

Esta posición determinada y el movimiento de masas detrás del chavismo hacen más peligrosos para la estabilidad regional los planes de una invasión, una rebelión apoyada por Estados Unidos o un golpe militar instigado por el “ gobierno ” de Guaidó , teniendo en cuenta el tamaño, geografía y población del país.

No hay duda de que las sanciones impuestas a la petrolera estatal PDVSA paralizarán a la economía venezolana y dividirán aún más a su población, obligándola a tomar partido.

No obstante, también allanarán el terreno para la interferencia de otras potencias.

China

ha invertido alrededor de USD$70 mil millones en Venezuela , al tiempo que Rusia ha invertido y concedido préstamos por USD$17 mil millones , obteniendo una presencia significativa en por lo menos cinco grandes yacimientos de crudo y participación en el desarrollo futuro de yacimientos de gas en el Caribe .

Ambos países no renunciarán a sus intereses legítimos en Venezuela.

La vasta y volátil región fronteriza entre Colombia y Venezuela —visitada el miércoles por Faller —, donde las guerrillas del Ejército de Liberación Nacional ( ELN ) de Colombia , grupos paramilitares , contrabandistas y bandas de narcotraficantes ya operan, podría ser el escenario de una guerra por terceros reminiscente del mundo bipolar con consecuencias incalculables en términos de vidas y costos económicos.

Es urgente que la comunidad internacional otorgue su respaldo decidido a las iniciativas de negociación como las propuestas por México y Uruguay , que convocaron a una conferencia para el 7 de febrero en Montevideo .

Tristemente, las horas más oscuras de la diplomacia de las cañoneras y del intervencionismo están de vuelta en América Latina , luego de que el entonces secretario de Estado , John Kerry , afirmara ante la Organización de Estados Americanos en 2013 que “ terminó la era de la Doctrina Monroe ”.

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