Un episodio histórico en la lucha por la libertad de información en la era digital, con serias consecuencias para el futuro del periodismo en todo el mundo, ha tenido lugar en Londres con el arresto de Julian Assange , fundador de WikiLeaks , quien enfrenta una extradición a Estados Unidos , donde es requerido desde que su portal exhibió atroces crímenes de guerra .
Más allá de las acusaciones insostenibles por abuso sexual contra el editor australiano en Suecia , así como de los cargos en Estados Unidos por conspiración para robar informes gubernamentales, es evidente que la persecución de Assange comenzó hace nueve años después de que WikiLeaks publicó el video Collateral Murder , que revela un ataque de helicópteros estadounidenses en 2007 en Irak que mató a cerca de 20 civiles, incluyendo dos periodistas de Reuters .
El video fue seguido por Afghanistan War Logs , una colección de 91,000 documentos militares publicados por The Guardian , The New York Times y Der Spiegel que el diario de Estados Unidos describió como “ un retrato devastador de la fallida guerra en Afganistán , al revelar cómo las fuerzas de la coalición han matado a cientos de civiles en incidentes sin reportar ”.
En el mismo tenor, la exposición de 391,832 reportes de campo del Ejército estadounidense en los Iraq War Logs demostró, según The Guardian, que “las autoridades de Estados Unidos fallaron en investigar cientos de informes de abusos, tortura, violación e incluso homicidio por parte de la policía y soldados irakíes”.
De su lado, los 251,287 cables diplomáticos del Departamento de Estado contenidos en el “ Cablegate ”, sacudieron a la opinión mundial y cambiaron la forma en que la sociedad piensa en torno a las relaciones internacionales.
En México , por ejemplo, el escándalo llevó a la renuncia de Carlos Pascual como embajador de Estados Unidos en 2011 .
En las comunicaciones, clasificadas como “secretas” y “no para distribución en el exterior”, Elissa G. Pitterle , directora de la Oficina de Inteligencia e Investigación/Oficina de Operaciones de Inteligencia ( INR/OPS ) del Departamento de Estado , resaltó que el entonces presidente Felipe Calderón y su gobierno estaban “bajo gran estrés por la guerra antidrogas , el colapso económico y las pérdidas de su partido en las elecciones intermedias ”, preguntando a Pascual cómo dichos problemas “afectan su personalidad y estilo de gestión, y cómo ese estilo afecta al manejo del gobierno”.
Pascual
, considerado la primera víctima del caso WikiLeaks , criticó por su parte al Ejército mexicano “con aversión al riesgo”, y afirmó que ignoró los consejos de la inteligencia estadounidense para capturar a jefes del narcotráfico .
Otro cable del asistente de Pascual aseguró que Calderón batallaba con la falta de coordinación en asuntos de seguridad y con “ crecientes tasas de violencia que lo han hecho vulnerable a las críticas de que su estrategia anticrimen ha fracasado”.
Negociaciones comerciales
La difusión de informes tan importantes no pudo irse sin castigo para el establecimiento militar y de inteligencia, lo mismo que para la influyente ex secretaria de Estado Hillary Clinton , quienes fueron desprestigiados aún más por The Gitmo Files respecto al encarcelamiento de inocentes en la base de Guantánamo , y la negociación de los acuerdos de Asociación TransPacífico , de Comercio y Servicios y del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión , entre otros documentos sobre intereses estadounidenses y europeos.
En particular, Clinton resultó afectada por la exhibición de su directiva para espiar a los aliados y Naciones Unidas , mientras que sus aspiraciones presidenciales sufrieron un duro golpe en 2016 al filtrarse correos de John Podesta , su jefe de campaña, que incluyeron los discursos pagados de Clinton en bancos .
Al temer su extradición a Estados Unidos, Assange solicitó asilo en la embajada ecuatoriana en Londres , donde permaneció hasta el 11 de abril.
El fin del gobierno izquierdista del presidente Rafael Correa en 2017 sentó las bases para su detención, ya que Lenín Moreno , sucesor de Correa y exvicepresidente, dejó clara su intención de alinearse a la estrategia de Washington en América Latina.
La entrega de Assange, despojado de la ciudadanía ecuatoriana otorgada hace dos años, violó la Convención sobre los Refugiados de 1951 , que establece que “ningún Estado firmante deberá expulsar o devolver a un refugiado en ninguna forma en que su vida o libertad pueda ser amenazada debido a su adhesión a una opinión política en particular”, pero para Moreno representó un acto de venganza personal.
El mes pasado, WikiLeaks reeditó los “ Papeles de INA ” que implican a Moreno en un tinglado en el que la firma china Sinohydro , que construyó una hidroeléctrica en Ecuador, depositó USD $18 millones en sobornos a una compañía offshore, que a su vez transfirió el dinero a diez empresas de pantalla, entre ellas INA Investments Corporation , propiedad de Edwin Moreno , hermano del mandatario .
El nombre de la compañía se inspiró en las tres hijas de Moreno, Irina , Cristina y Karina . Los fondos se utilizaron para comprar un departamento en España y mobiliario de lujo para Moreno y su familia en Ginebra, durante su periodo como enviado especial sobre derechos de los discapacitados en la ONU.
Moreno, quien discutió con la administración Trump la entrega de Assange a cambio de un alivio en la deuda ecuatoriana, es uno de los simpatizantes más entusiastas del líder opositor venezolano Juan Guaidó . También estuvo entre los asistentes de la cumbre que fundó Prosur , un nuevo bloque de países sudamericanos conservadores que pretende reemplazar a Unasur .
No es de sorprender entonces que el mismo día de la detención de Assange por Scotland Yard , el Fondo Monetario Internacional ( FMI ) aprobara un préstamo de USD $4 mil millones a Ecuador , que incluye un acuerdo a tres años con objeto de “un reajuste de la ley salarial, una cuidadosa y gradual optimización de los subsidios al combustible y una reforma fiscal”.
Según el FMI, Ecuador registrará un crecimiento negativo de -0.5% este año y de 0.2% in 2020. Antes, Moreno, cuya popularidad es de 17%, cerró otros convenios con el FMI y el Banco Mundial por USD $10 mil millones que llevaron al recorte de 10,000 puestos en el sector público.
Entre tanto, Assange puede esperar su extradición a Estados Unidos. Después de todo, el juez británico Michael Snow declaró en su breve audiencia que el promotor de la transparencia en la información es una “ personalidad narcisista ”.
Una vez bajo custodia de Estados Unidos, donde su fiel amiga e informante Chelsea Manning está otra vez en prisión, al negarse a testificar contra WikiLeaks , cualquier cosa será posible, como la presentación de cargos mediante la Ley de Espionaje , que implican cadena perpetua o la pena de muerte.
Como afirmó Jennifer Robinson , abogada de Assange, “este precedente significa que cualquier periodista puede ser extraditado a Estados Unidos, por haber publicado información verídica respecto a ese país”.
Editado por Sofía Danis
Más artículos de Gabriel Moyssen