Ya sea por razones estratégicas o ganancias electorales de corto plazo, Estados Unidos se está embarcando en una peligrosa carrera armamentista con Rusia y China , que incluye su decisión de retirarse del , que permite a los países miembros efectuar vuelos de reconocimiento sobre sus respectivos territorios con poca antelación para recolectar datos de sus fuerzas y actividades militares .

Al usar el mismo razonamiento erróneo que ha llevado a Washington a abandonar o criticar otros instrumentos multilaterales, desde el sobre cambio climático hasta la Organización Mundial de la Salud , Donald Trump , el presidente estadounidense, argumentó la semana pasada que las acciones de Moscú provocaron que tomara la decisión.

“Hay una oportunidad de que podamos hacer juntos un nuevo acuerdo o algo para que regrese”, dijo Trump en alusión a la postura de su gobierno, que pretende incorporar a China al régimen internacional de control de arsenales nucleares .

De acuerdo con el Departamento de Estado y el Pentágono , Rusia ha impuesto restricciones a vuelos del Tratado de Cielos Abiertos ( OST ) cerca de su enclave de Kaliningrado , entre Polonia y Lituania .

En violación del tratado de 1992, Rusia también rechaza los vuelos sobre su frontera con Georgia y la región meridional de Chechenia . En septiembre de 2019, el Kremlin impidió captar imágenes de grandes ejercicios bélicos como se había programado y aprobado previamente.

Sin embargo, ex oficiales militares y de inteligencia de Estados Unidos , los aliados de la , y analistas recibieron la medida con preocupación; “esto es una locura”, tuiteó Michael Hayden , general de cuatro estrellas retirado que fungió como director de la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional .

Los ex secretarios de Estado y de Defensa George Shultz y William Perry , respectivamente, así como el ex senador demócrata Sam Nunn —que formaron con Henry Kissinger el .

En una carta dirigida a Mark Esper , secretario de Defensa , su contraparte de Estado, Mike Pompeo , y el asesor de Seguridad Nacional , Robert O’Brien , indicaron que en un momento en el que las tensiones con Moscú se incrementan, el OST funciona “como una herramienta muy útil para Estados Unidos y nuestros aliados para monitorear las actividades militares rusas . El retiro unilateral de Cielos Abiertos socavaría a los aliados y amigos de Estados Unidos en Europa ”.

Por su lado, el , que en 2018 adelantó su famoso a dos minutos para la medianoche advirtiendo que vivimos en “ un mundo catastróficamente peligroso ”, similar al de la Guerra Fría en 1953, explicó que incluso si Washington deja el OST Europa todavía podría obtener los beneficios de sobrevolar Rusia y Belarús .

Alexander Graef

y Moritz Kütt , investigadores del control de armas , subrayaron que si bien Rusia y Belarús perderían la facultad de sobrevolar Estados Unidos , retendrían el derecho de hacerlo en los países europeos y Canadá , que en conjunto representan más de 87% de los vuelos activos del OST .

“Los estadounidenses vuelan mucho más sobre Rusia que los rusos sobre ellos”, detalló Kütt al organismo pacifista. Debido a que cualquier imagen puede ser compartida entre los estados miembros, Estados Unidos ni siquiera necesita participar activamente en las misiones sobre Europa para recibir copias de la inteligencia que obtiene Rusia , agregó.

Más de mil 500 vuelos se han realizado hasta la fecha por parte de los 34 estados miembros del OST . Sus aviones de reconocimiento , desarmados, sólo pueden portar cámaras con resolución de 30 centímetros, la mayoría de las cuales utiliza película en blanco y negro.

El próximo blanco

Expertos especulan, no obstante, con que los promotores de nuevos armamentos nucleares , como los senadores republicanos Tom Cotton y Ted Cruz , usarán el retiro del acuerdo de Cielos Abiertos para justificar su llamado a salir del ( Nuevo START ), con base en que su verificación será entorpecida sin la inteligencia obtenida mediante el OST .

El Nuevo START de 2010 es el último pacto de armas nucleares superviviente entre Estados Unidos y Rusia , luego de que la administración Trump abandonó el el año pasado, y es considerado el más importante, ya que limita a mil 550 ojivas nucleares y 700 bombarderos , submarinos y misiles balísticos intercontinentales ( ICBM ) el despliegue por cada bando.

El tratado expirará el 5 de febrero de 2021 , poco después de la próxima toma de posesión presidencial en Estados Unidos ; puede ampliarse por cinco años sin ratificación si los presidentes de Estados Unidos y de Rusia así lo acuerdan. Vladimir Putin , el líder ruso, ha declarado que desea prorrogar el pacto, pero la Casa Blanca lo rechaza, al criticarlo como obsoleto y carente de supervisión adecuada.

Washington ha impulsado negociar un acuerdo de seguimiento que incluya a China , aunque Beijing ha descartado hasta ahora esa posibilidad. De no renovarse el Nuevo START , el mundo retornará a la era sin ningún límite verificable o vinculante para las dos superpotencias nucleares por primera vez desde 1972.

En Moscú , expertos y funcionarios del gobierno afirmaron que la decisión de salir del OST es parte del plan de Trump para buscar un convenio mayor que pueda presumir durante su campaña electoral, aunque no llegue a nada. En respuesta, Sergei Ryabkov , vicecanciller ruso , indicó que su país no pretende aplicar ninguna presión a China para complacer a Estados Unidos .

Iván Konoválov

, ex director del Centro para Tendencias Estratégicas en Rusia , aseveró que el fin del OST dañaría a la Alianza Atlántica y en particular a los estados bálticos y Ucrania , fronterizos con la nación euroasiática.

También citado por , Andrey Bezrukov , miembro del Consejo de Política Exterior y Defensa , resaltó: “A menudo me preguntan: ‘¿por qué Trump es mejor, por ejemplo, que [ Joe ] Biden o [ Hillary ] Clinton ?’ La respuesta es simple. Porque Biden o Clinton actuarían en apoyo de coaliciones. Es la conjunción de todas las fuerzas en nuestra contra en un grupo, en un equipo. Cuando Trump llegó, destruyó ese equipo”.

En comentarios hechos durante una discusión en línea con el Instituto Hudson en Washington que confirman lo anterior, Marshall Billingslea , enviado especial de la Casa Blanca , enfatizó que Estados Unidos no vacilará en participar en una nueva carrera armamentista con Rusia y China .

“Sabemos cómo ganar esas carreras y cómo hacer caer en el olvido al adversario y si tenemos que hacerlo lo haremos, pero seguro que nos gustaría evitarlo”, dijo Billingslea .

Aún más, el mundo quedó sorprendido la semana pasada después de que se reveló que la administración Trump ha discutido la posibilidad de que Estados Unidos realice su primera prueba nuclear desde 1992, en reacción a las presuntas explosiones atómicas de baja intensidad efectuadas por Rusia y China .

Cotton y Cruz, entre otros legisladores estadounidenses, también han impulsado el retiro de Washington del , que aún no ha entrado en vigor. Una prueba atómica en este momento “sería el banderazo de salida para una carrera bélica sin precedente”, recalcó Daryl Kimball , director ejecutivo de la .

En este sentido, es importante recordar que hace dos años, ante la Asamblea Federal , la mayor reunión de dirigentes de la Federación Rusa , Putin anunció al mundo que el Kremlin tiene nuevos arsenales avanzados , sin equivalente en otro país.

Además del programa de modernización de armas existentes como los submarinos nucleares con misiles balísticos clase Borei y los ICBM móviles Topol , Putin destacó el nuevo ICBM Sarmat , el torpedo nuclear autónomo de largo alcance Status-6 , el misil intercontinental hipersónico a respiración de aire Avangard y el misil hipersónico lanzado desde el aire Kinzhal , diseñados para contrarrestar al escudo antibalístico del Pentágono .

En vez de persuadir a China para que se una a las negociaciones nucleares , Trump está logrando lo contrario con su política de “ máxima presión ”. La relación bilateral ya está dañada por los y el respaldo de Estados Unidos a la oposición en Hong Kong , donde se están reanudando las protestas debido a la introducción de una nueva ley de seguridad nacional.

Estados Unidos

empuja a Beijing al borde de una “ nueva Guerra Fría ”, advirtió el ministro de Relaciones Exteriores de China , Wang Yi , en una videoconferencia de prensa en el marco de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional .

“Este peligroso intento de dar marcha atrás a la historia deshacerá el fruto de décadas de cooperación entre China y Estados Unidos , perjudicará las propias perspectivas de desarrollo de Estados Unidos y pondrá a la estabilidad y la prosperidad mundial en riesgo”, añadió Wang.

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