Tal como Internet nació en un ambiente militar con objeto de facilitar y proteger las comunicaciones en el Pentágono , detonando una revolución tecnológica , la actual disputa en torno al gigante de las telecomunicaciones Huawei apenas oculta la competencia agudizada entre Estados Unidos y China por la supremacía geoeconómica .
Vale la pena destacar que hasta el momento la respuesta china a las medidas proteccionistas de Estados Unidos ha sido moderada; después de todo, Beijing se ve a sí mismo como un país en desarrollo y campeón del libre comercio con la ambiciosa Iniciativa del Cinturón y el Camino , enlazando mercados desde Vladivostok hasta Lisboa ante un Washington cada vez más aislado y belicoso.
Sin embargo, la tradicional paciencia confuciana y la planificación a largo plazo estarían llegando a su límite, después de que Estados Unidos anunció que también considera cerrar el flujo de tecnología a cinco empresas chinas líderes en vigilancia por video , al citar como justificación el presunto maltrato de los uigures musulmanes en la provincia occidental de Xinjiang.
Las firmas, que incluyen a Hangzhou Hikvision Digital Technology Co. , Megvii y Zhejiang Dahua Technology Co. , que han desarrollado el reconocimiento facial utilizando inteligencia artificial ( IA ) en el mercado chino del sector por USD $32 mil millones , “podrían ser empleadas en el espionaje”, declararon fuentes sin identificar a medios estadounidenses.
En paralelo, el presidente chino , Xi Jinping , llamó a la nación asiática a embarcarse en una nueva Larga Marcha y “comenzar todo otra vez”, en su primera gira interna desde la escalada de la guerra comercial hace dos semanas.
Al hablar en la provincia de Jiangxi , donde el derrotado Ejército Rojo de Mao Zedong empezó su famosa Larga Marcha en 1934 para evadir a las tropas nacionalistas durante la guerra civil, recorriendo más de 9 mil kilómetros de áspero terreno en 370 días, Xi fue acompañado el martes por el jefe de negociaciones comerciales y vicepremier, Liu He, quien en la última ronda de pláticas resaltó que Beijing no puede hacer concesiones en “asuntos significativos de principio”.
Por su lado, el embajador chino en Estados Unidos declaró que la administración Trump repetidamente “cambió sus ideas de la noche a la mañana” y abortó acuerdos que podrían haber terminado el conflicto.
El embajador Cui Tiankai criticó como “ políticamente motivada ”, la decisión de la Casa Blanca de vetar la transferencia o venta de tecnología estadounidense a Huawei , así como la venta de sus productos a redes del país, al enfatizar que “dichas acciones realmente socavan la confianza en el funcionamiento normal del mercado”.
No obstante, “ nuestra puerta todavía está abierta ”, añadió.
¿Negociaciones de último momento?
Mientras que no se han programado nuevas conversaciones, la cumbre del G20 del 28 y 29 de junio en Osaka , Japón , luce como posible escenario de una nueva guerra fría o como el encuentro donde fueron salvados el multilateralismo y el libre comercio .
Si bien Washington eliminó los aranceles a las exportaciones mexicanas y canadienses de acero y aluminio , a fin de ratificar el nuevo acuerdo comercial de América del Norte, el presidente Donald Trump afirmó que al concluir la suspensión de seis meses del arancel de 25% a los autos europeos y japoneses , invocado bajo provisiones de “seguridad nacional”, buscará que Bruselas y Tokio reduzcan sus exportaciones de carros a Estados Unidos , probablemente a través de cuotas u otras restricciones.
En el caso chino, los esfuerzos de Estados Unidos para retener su hegemonía global son expuestos de manera más cruda en múltiples frentes, que van de la venta de armas a Taiwán hasta las “ operaciones de libertad de navegación ” que realiza provocadoramente la Marina en áreas del Mar del Sur de China consideradas por Beijing parte de su territorio.
Estos esfuerzos no son nuevos o un invento del actual ocupante de la Casa Blanca. La Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos establece que China es un competidor estratégico que debe ser contenido , ya que intenta “desafiar la influencia del poder y los intereses estadounidenses” y “corroer la seguridad y la prosperidad estadounidense”.
Expertos de la industria de telecomunicaciones consultados por EL UNIVERSAL in English en la Ciudad de México señalaron que el “ embargo ” a Huawei se veía venir, debido al auge experimentado por la compañía y sus capacidades de codificación .
Destacaron, por ejemplo, la detención de Meng Wanzhou , hija del fundador de Huawei y su ejecutiva financiera, en Vancouver , Canadá , en diciembre.
Meng está bajo arresto domiciliario y enfrenta su extradición a Estados Unidos , por la posible “violación de sanciones contra Irán”.
“ Esto no se trata de teléfonos celulares , se trata de qué productores sobrevivirán en la siguiente fase de 5G , servicios en la nube , el Internet de las Cosas , biotecnología , automatización industrial y el sector aeroespacial . Ya hay muy pocos fabricantes de redes móviles; los que quedan compraron a antiguos gigantes como Siemens , Alcatel , Lucent y Bell Labs ”, indicó uno de los especialistas.
La pregunta ahora es cuál será la respuesta de Beijing. Entre las más radicales, Cris Kanthan , profesional del campo de alta tecnología y autor, recalcó en su blog World Affairs que “ hay muchas formas en que China puede paralizar a Apple . Cerrar sus fábricas [en ese país] incluso por unos cuantos días aplastará sus acciones y a todo el mercado de valores de Estados Unidos”.
La mayoría de los productos de Apple son ensamblados en China. Muchos componentes del iPhone también son diseñados y fabricados ahí, mientras que la firma estadounidense obtiene 20% de sus ingresos—equivalentes a USD $50 mil millones —y 25% de sus ganancias de los consumidores chinos.
Kanthan también subrayó que China controla casi 90% de la minería y procesamiento de minerales raros como europio , neodimio y tulio , necesarios para producir instrumentos electrónicos, aviones a reacción, autos eléctricos e incluso fertilizantes.
Al enfatizar la interdependencia de las dos economías, agregó que las empresas de Estados Unidos generan unos USD $400 mil millones en ingresos cada año mediante subsidiarias en China .
“ General Motors fabrica más carros en China que en Estados Unidos; Boeing vendió mil aviones a China en los últimos cinco años; Starbucks tiene 3,500 cafés en China y abre dos a diario (...) y American Express , JP Morgan , Goldman Sachs operan en China y hacen mucho dinero.
Por lo tanto , China puede encontrar alguna excusa para cerrar algunas o muchas de esas empresas y causar un severo daño a la economía de Estados Unidos ”, escribió Kanthan.
Editado por Sofía Danis
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