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Después de cuatro años de bombardear y hambrear al pueblo yemení con virtual impunidad, Arabia Saudita está en la línea del frente por el audaz ataque de drones en su territorio que detuvo 5% de la producción mundial diaria de petróleo , al aumentar al mismo tiempo el peligro de una gran guerra en Oriente Medio .
El sábado, diez drones suicidas del gobierno houthi de Yemen incursionaron en dos plantas petroleras saudíes clave, afectando la producción de casi 5.7 millones de barriles diarios , según la compañía estatal Saudi Aramco .
El ministro de Energía del reino señaló que el ataque también interrumpió la generación de gas , lo que reducirá el suministro de etano y de líquidos de gas natural en 50%.
Fuentes cercanas a la industria indicaron que restaurar la capacidad de producción tomaría “ semanas y no días”.
Arabia Saudita—o sus clientes—podrían recurrir a sus reservas para mantener el abasto a corto plazo, mientras que Estados Unidos está listo para liberar crudo de su reserva estratégica si es necesario; sin embargo, para los mercados se trató de la peor interrupción en la historia , al superar la pérdida del flujo kuwaití e irakí en 1990 cuando Bagdad invadió a su vecino, expuso el Departamento de Energía de Esatdos Unidos.
Los precios futuros del crudo de referencia saltaron hasta USD $11.73 para llegar a USD $71.95 el barril al abrirse los mercados en Asia el lunes, el mayor incremento en dólares desde que los futuros empezaron a negociarse en 1988.
El martes, no obstante, las cotizaciones cayeron 6% tras el alza histórica luego de que Abdulaziz bin Salman , ministro de Energía saudí , aseguró que la capacidad de producción fue “plenamente restaurada” y que los niveles previos al ataque se restablecerán a fin de mes.
Por su lado, los precios del oro y de la plata crecieron más de 1% ante la huida de los inversionistas hacia activos seguros. La cotización de referencia del oro saltó 1.27% hasta USD $1,507.40 por onza ; la de la plata —el metal es usado para fabricar bienes de consumo electrónicos, así como en el sector industrial—ganó 2.96% , hasta USD $17.94 por onza .
La refinería de petróleo y gas de Abqaiq atacada maneja crudo del mayor yacimiento convencional del mundo, Ghawar , y lo envía para su exportación a las terminales de Ras Tanura —la mayor instalación marina de embarque—y de Juaymah . También transporta crudo al oeste cruzando Arabia Saudí para las terminales de exportación del Mar Rojo .
El segundo objetivo fue la planta de procesamiento cerca de Khurais , 190 kilómetros al sur. Ambas instalaciones se hallan a más de 1,000 kilómetros de Yemen .
Yahia Sarie
, vocero de las fuerzas armadas houthis , reivindicó su responsabilidad por el ataque aéreo, al advertir a El Riad que las operaciones futuras “se ampliarán y serán más dolorosas que nunca en tanto continúe su cerco y agresión”.
Afirmó que la incursión se efectuó después de una operación precisa de inteligencia “y del monitoreo previo y la cooperación de hombres libres y honorables dentro del reino”, implicando el apoyo de saudíes desafectos que el portal Moon of Alabama relaciona con Khalid al-Falih , ex ministro de Energía reemplazado por Bin Salman, medio hermano del príncipe heredero Mohamed bin Salman ( MBS ), gobernante de facto saudita .
Saudi Aramco en venta
Al-Falih se opuso a los renovados “ planes de modernización ” para vender una participación de Saudi Aramco —y la riqueza del país—a inversionistas extranjeros, promovidos por MBS, quien también es el arquitecto de la fracasada invasión de Yemen que ha dejado casi 100,000 muertos y la peor catástrofe humanitaria internacional .
Luego de que los drones destruyeron al menos 19 puntos con gran precisión, el programa privatizador sería diferido, ya que como apuntó en una nota de investigación Ed Morse, de Citigroup Inc., “sin que importe si Arabia Saudita se toma cinco días o mucho más para reanudar la producción petrolera, hay una conclusión racional de los ataques a la infraestructura del reino, que la misma es muy vulnerable y que el mercado se ha equivocado persistentemente en los precios del crudo ”.
Esta es una razón de las acusaciones saudíes contra su rival Irán por el ataque, repetidas por funcionarios de la administración Trump sin evidencias. Sostienen que el área de lanzamiento de los drones fue al norte-noroeste de los blancos —en dirección a Irán e Irak — no al sur desde Yemen , mientras que fuentes sauditas aseveran que hay indicios de que también se emplearon misiles de crucero.
En realidad, los houthis han bombardeado objetivos al interior de Arabia Saudí en los últimos dos años utilizando misiles del viejo ejército yemení , lo mismo que drones proporcionados por Teherán .
Expertos de defensa resaltan que los drones modernos son baratos y relativamente simples , en contraste con los miles de millones gastados en material militar occidental por El Riad y su principal aliado, Emiratos Árabes Unidos . Los drones houthis se basan en diseños iraníes y sólo son modificados para cumplir requerimientos específicos.
No obstante, otras fuentes han insistido en la participación de milicias chiítas pro iraníes en Irak que recibieron Vehículos Aéreos No tripulados ( UAV ) Yasir , basados en el Boeing Insitu ScanEagle .
El Yasir UAV tiene autonomía de 8 a 20 horas , lo que le permite volar desde el sur de Irak hasta las refinerías sauditas.
El misil de crucero usado sería una versión del Quds-1 , combinado en el ataque para confundir a los radares sauditas y estadounidenses.
En el marco de la escalada de tensiones en Medio Oriente y de la constante presión de Arabia Saudita e Israel sobre Washington para atacar de una vez por todas a Irán, la incursión en Abqaiq y Khurais ofrece un pretexto para la guerra. Sin embargo, la situación regional y de Estados Unidos ha cambiado ante las elecciones estadounidenses de 2020, el fortalecimiento de la República Islámica y la creciente oposición europea a un conflicto.
Como ha establecido el periodista Elijah J. Magnier , durante la crisis de los buques tanque en el Golfo Pérsico el mes pasado el presidente de Estados Unidos , Donald Trump , dejó de parecer dispuesto a un desafío directo con Irán , evitando colocar a su país en la primera línea de confrontación por otro año hasta los resultados electorales en noviembre de 2020. En tanto, Washington intensifica las sanciones sobre Irán.
“No espero un ataque quirúrgico o limitado [contra Irán] porque Irán definitivamente responderá con fuerza para demostrar su preparación desafiante. Estados Unidos no irá a la guerra por Arabia Saudita y no se aventurará a una guerra sin consecuencias garantizadas”, destacó Magnier en un tuit el miércoles.
Estados Unidos
, Israel y Arabia Saudí , ha explicado el periodista especializado en asuntos de Oriente Medio , fracasaron en lograr cuatro metas principales contra el “ Eje de la Resistencia ” en la última década: cambio de régimen en Siria , la división de Irak en líneas sectarias, la derrota de los houthis y el “ acuerdo del siglo ” con los palestinos .
“Parece que esta vez el liderazgo israelí [ahora inmerso en un estancamiento político tras los disputados comicios parlamentarios del martes] debería explicar a sus ciudadanos porque una guerra con Irán amerita la destrucción de infraestructura y bajas internas”, escribió al subrayar que la poderosa milicia libanesa del Hezbolá juró atacar a Israel en caso de un conflicto.
Pese a su estratégico papel geoeconómico, Arabia Saudita está perdiendo relevancia ; Estados Unidos cada vez es menos dependiente de su petróleo , gracias al crecimiento de la producción de crudo de esquisto en los últimos diez años que lo llevó al primer lugar global en 2018.
De acuerdo con la Administración de Información de Energía , Estados Unidos produjo 18% del crudo mundial el año pasado , frente a 12% de Arabia Saudí , 11% de Rusia y 5% de Canadá .
Como resultado, está alcanzando su “ independencia energética ” al generar más petróleo del que importa ; los avances tecnológicos en la fractura hidráulica ( fracking ) y la explotación en aguas profundas propiciaron el auge.
Estados Unidos importa menos crudo saudita
que en el pasado, pero eso no lo aísla del vaivén de precios en el mercado global porque su economía está conectada al mismo.
El alza provocada por el ataque de drones significa que los estadounidenses pronto pagarían más por la gasolina y esa es una mala noticia para Trump en tiempos electorales.
Editado por Sofía Danis
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