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En 2017, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) dio luz verde a la utilización de las tarjetas o monederos electrónicos durante la campaña electoral.
Los partidos Acción Nacional y Morena presentaron, en aquel año, una queja en contra del entonces candidato del PRI al gobierno de Coahuila, Miguel Riquelme Solís, por la entrega de tres tarjetas: mi monedero, mi monedero rosa y mi tarjeta de inscripción”, a través de las cuales ofreció apoyos económicos a las familias.
La Sala Superior detalló que en su defensa el PRI argumentó tener acreditación para la distribución de 600 mil tarjetas, las cuales fueron registradas ante el Sistema de Fiscalización del INE.
Enfatizó que las tarjetas fueron parte de la propaganda impresa, por lo que no se contrató a ninguna institución bancaria para la administración o distribución de fondos para el programa promesa de campaña.
Además, como parte de las propuestas de campaña, el entonces candidato Miguel Riquelme se ofreció a crear mi monedero rosa, mi monedero y mi tarjeta de inscripción”, a través de las cuales el gobierno otorgaría apoyos a mujeres en situaciones de vulnerabilidad, familias de escasos recursos y becas a jóvenes estudiantes.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó que solamente se acreditaron la elaboración, y por ende la existencia, de 600 mil tarjetas y 600 mil formatos, no así su entrega o distribución, ya que los denunciados así lo informaron e incluso se reportó el egreso en el Sistema Integral de Fiscalización del INE como gasto de campaña, en el cual constó toda la documentación soporte de ese egreso: contrato, póliza, muestras, factura y ficha de depósito.
La Sala Superior determinó, además, que no se acreditó la entrega de las 600 mil tarjetas.
“En ese sentido, únicamente se tiene acreditada la elaboración y por ende la existencia de 600 mil tarjetas y 600 mil formatos, no así su total entrega y/o distribución, toda vez que los denunciados, así lo informaron”, se indicó en la sentencia de aquel año.
Además se detalló que el partido aceptó la existencia de las tarjetas, así como su reparto, pero como una estrategia de campaña, ya fuera como volanteo o en algunos de los eventos de campaña, e incluso aceptó que se ubicaron diversos módulos para ello.
“En ese contexto, se tiene acreditada la elaboración y existencia de las tarjetas y formatos, así como el respectivo anuncio de su utilización por parte del otrora candidato a la gubernatura del estado por parte de la coalición, la aceptación genérica de su distribución en módulos, en algunos eventos de campaña y como volanteo”, indicó.
El Tribunal Electoral revocó la sentencia emitida por el tribunal local en Coahuila, que sí determinó la invalidez del uso de las tarjetas. La Sala Superior permitió que estas se siguieran utilizando.