Aguascalientes.— El Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI arrebató a Blanca Rivera Rio la candidatura para la alcaldía de Aguascalientes, a quien había postulado por ser la mejor posicionada en las encuestas rumbo a las elecciones del 6 de junio.

“¡A mí me traicionaron!”, expresa la esposa del exgobernador Carlos Lozano de la Torre.

Señala que el 20 de marzo pasado, cuatro horas después de que el CEN le asegurara que formalizaría su registro ante el Instituto Electoral del Estado de Aguascalientes (IEEA), y cuando se suponía que ya estaba inscrita, se enteró de que el partido había anotado a otra persona, Norma Guel Saldívar, como su abanderada a la Presidencia Municipal.

“¡Yo no me rajé!, ¡me baja-ron!”, sostiene en entrevista con EL UNIVERSAL.

“Me ha dolido en el alma, pero yo con eso no juego. Primeramente, porque es traición, porque eso no se hace y porque eso es un mensaje abierto; para quien no le entienda a la política, te están diciendo: ‘Te estamos entregando’”, expone.

La invitación

Madre y artista, Blanca Rivera Rio comparte que decidió impulsar su carrera política desde la plataforma del PRI, pese a condiciones adversas en el partido. “Yo toda mi vida he querido servir a Aguascalientes ya desde un plano muy personal, que yo sea quien encabece la responsabilidad”, dice.

Señala que desde la precampaña interna las encuestas la colocaban arriba de otras aspirantes y hasta una semana antes de que “la bajaran” tenía el nivel más alto de preferencias entre los candidatos de otros partidos, con un 19% en las intenciones del voto, seis puntos arriba del más cercano competidor, el PAN.

Rivera Rio indica que fueron los líderes nacionales del PRI quienes la invitaron a ser candidata. Ella aceptó la propuesta y puso dos condiciones: que no admitiría negociaciones sobre su postulación y la reestructura del partido, “que estaba hecho trizas”, expresa.

“Ahí voy, pero necesito la estructura del partido y su acompañamiento; cero traiciones”, pidió.

En una de esas reuniones estuvieron Carolina Viggiano y Mariano González, en representación del presidente del CEN, Alejandro Moreno Cárdenas, quienes establecieron que se crearían las condiciones idóneas.

Rivera Rio señala que tomó el reto porque “quería cambiar mi pequeño estado y así dar el mensaje a toda la nación de que se puede, a base de trabajo y de compromiso, recuperar el país”.

“Me dicen: ‘¿por qué quisiste incursionar en la política?’, pues nada más porque yo comía, desayunaba y cenaba política”.

Los primeros ataques

El 9 de febrero, en representación del presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, el delegado especial del CEN en Aguascalientes, Luis Antonio Muñoz Mosqueda, entregó a Blanca Rivera Rio la constancia como candidata a la alcaldía de la capital, en la sede estatal del partido, por ser la mejor en las consultas de sus militantes y sectores.

Señala que en ese camino empezaron las denostaciones a su persona, tanto de panistas como de priistas, entre ellos del ex gobernador Otto Granados Roldán (PRI), quien la calificó de ser una candidata esposa de un exgobernador subordinado a Morena, sin credibilidad, oficio, preparación ni experiencia en gestión pública.

“Empecé a ser sujeta [de agresiones] primero porque era mujer, que porque no tenía preparación, capacidad, que porque era esposa del exgobernador. O sea, ¡qué barbaridad!, en pleno siglo XXI con esos tabúes, con esas creencias, dices: ‘no lo puedo creer’”, señala.

“Claro que mi marido es un exgobernador, ¿y eso qué le quita?; o sea, estamos a la par, los dos hemos crecido”, resalta.

Indica que, pese a los episodios de violencia de género, las dirigencias estatal y nacional no fijaron una postura en su defensa.

“Para mí fue muy difícil, y yo me sentí sola, yo solita con mi equipo de trabajo, y tuve que empezar a poner a cada quien en su lugar porque no me respaldaron”, expresa.

La traición

Indicó que desde el CEN le advirtieron que en el PRI estatal pretendían meterle mano a su planilla, y a partir de ahí comenzaron las dificultades.

Blanca asegura que había logrado una planilla incluyente, con la representatividad de los sectores del partido, las fuerzas políticas, la sociedad civil, los empresarios, grupos vulnerables y lideresas.

“Del mismo CEN me decían: ‘Tú no la tienes que entregar en Aguascalientes’, porque resulta que aquí estaban elaborando una planilla a mi nombre. ¿Cuándo habías visto? No soy nueva en la política; el hecho de que yo no haya tenido un cargo titular no significa que no conozca la política. Tengo 41 años viviendo con un hombre que es un animal político y sé todos los entresijos en esta política”, acota.

Rivera Rio relata que el 19 de marzo, un día antes de la fecha para su registro ante el IEEA, el partido convocó a una reunión extraoficial con dos objetivos: modificar su planilla y crear las plurinominales para el cabildo.

Al día siguiente le informan que la comisión permanente del partido aprobó que podía modificar su planilla, lo que ella rechazó. “Yo no soy un caballo de Troya en donde iba a entrar de una manera amigable y trayendo adentro a mis enemigos”.

Cuenta que a las 19:00 horas recibió una llamada del CEN “y me dicen: ‘Ok, nos quedamos con tus pluris, nada más necesitamos que metas a una persona, a un joven, en tu planilla’… ‘Ok, acepto nada más eso y a ver cómo reacomodo todo’… ‘Ok, va, te registramos (ante el IEEA)’”, le garantizó la dirigencia nacional.

A las 22:45 horas Antonio Lugo, delegado en funciones del presidente estatal, le pregunta por qué no se había registrado.

“Le dije: ‘Señor delegado, estoy registrada desde las 7:00 de la tarde’. Eso fue al 15 para las 11. No me contesta, y al 10 para las 11 sale en todas las noticias que están registrando a otra persona como candidata”, detalla.

Eso, afirma indignada: “¡Es un golpe de Estado, es una traición!, estuvieron fraguando todo”.

Dice no saber quién fraguó esa traición, pero el PRI no le ha dado la cara, no la ha buscado. Nadie le ha dado una explicación ni le ha ofrecido una disculpa.

“Menospreciaron a Aguascalientes, me menospreciaron a mí”, expresa.

Señala que ante las protestas de activistas del partido al enterarse de que ella no había sido registrada el presidente en funciones les respondió: “La señora ya no quiso”. “¡Todavía echándome en contra a la gente de que yo soy la que me rajé!; ¡yo no me rajé!, ¡yo no me rajé!”, expresa.

“¡Es que yo no renuncié, me bajaron!, y lo digo con todas las letras: ¡me bajaron!, ¡a mí me traicionaron!”. Destaca que habría sido distinto que le hubieran dicho: “Blanca, no nos conviene ya tu presencia porque realmente vas a llegar y porque estás tocando muchos intereses”.

Blanca Rivera Rio dice sentirse herida y con coraje por la traición, pero afirma que seguirá adelante con su carrera política desde el Revolucionario Institucional.

“Prefiero caminar con la frente en alto; a mí me cortaron el piso, pero no las alas”, asegura.

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