Desde hace 21 años, su discapacidad y el andar en silla de ruedas han obligado a a demostrar sus cualidades para abrirse camino por méritos propios en la política.

Hoy busca convertirse en la segunda gobernadora de Zacatecas, cobijada por la coalición Va por Zacatecas del PRI-PAN-PRD, y aclara que “nadie le ha regalado nada, ni tiene padrinos ni madrinas políticas”.

Recalca que, si bien ha destacado en la parte legislativa, tiene conocimiento en lo administrativo por su carrera en mercadotecnia con especialidad en Finanzas, su maestría en Población y Desarrollo, y su doctorado en Administración Pública, porque asegura que para ser candidata se requiere tener una trayectoria.

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Además, señala que a los 20 años sufrió un accidente automovilístico que le causó una lesión en la cuarta cervical. Desde ese momento supo que “tenía que aprender a vivir con eso” y optó por aprovechar todas las oportunidades que tuviera.

Algunas de esas oportunidades llegaron de la mano de personajes políticos importantes; por ejemplo, reconoce que la primera vez que trabajó en el gobierno estatal fue en 2002, con Ricardo Monreal; luego Amalia García la ratificó al frente del Instituto para las Personas con Discapacidad y le dio la posibilidad de postularse como diputada federal en 2009.

Además, fue al incursionar en el escenario nacional cuando demostró su capacidad, y en ese momento el PRI la invitó a participar a través de Juan Carlos Lozano, César Camacho y Enrique Ochoa, pero aclara que “las candidaturas no son regalos”, sino oportunidades ganadas por su trabajo.

¿Has roto relación con alguno de esos personajes?

—Con todos me llevo bien, soy una mujer agradecida, pero por unas cosas o por otras, la vida te va llevando por otros caminos. No me peleo con nadie, no hay necesidad. En la política estás para construir, no para destruir.

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¿Cómo es la relación con Ricardo Monreal, ahora que compites contra su hermano David?

—En el Senado nos llevábamos muy bien; era un trato respetuoso, obviamente, de oposición, por ser él de Morena y yo del PRI. Nos saludamos y nos decimos paisanos, pero desde que empezó la campaña no lo he visto ni he platicado con él.

¿Los escándalos de David, de tus adversarios, benefician tu candidatura?

—Me concentro en mi campaña, en mis propuestas. Sólo suspendí un momento mi gira [21 de abril], porque me invitó Nanis Romo y Lupita Medina [candidatas a la gubernatura por MC y el PES] y quise ser solidaria, porque es correcto que nos manifestemos en un tema que tiene que ver con las mujeres y la violencia política de género.

Tu candidatura a gobernadora la conseguiste por paridad, ¿te la merecías?

—Creo que me la merecía, porque estaba competitiva en las encuestas, pero es la reacción normal, cultural y tal vez histórica de pensar que siempre tiene que ser un hombre el candidato.

En tu pensamiento estructurado de partido no existe que también pueda ser una candidata. Creo que las cuotas de género han ayudado a que las mujeres en la política nos veamos.

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Si no hubiera cuotas, yo no hubiera sido candidata, ni senadora ni a diputada, porque tradicionalmente todos los espacios eran para los hombres.

¿Has sufrido discriminación como mujer en la política?

—En mi perfil, no ha sido por la violencia de género, sino por mi discapacidad. La primera vez que hice campaña y acudí a pedir el voto, la gente me decía: ‘¡Pero… usted, así en la silla y con esa discapacidad ¿me quiere ayudar a mí?!’.

Después te ganas la confianza y credibilidad al demostrar que esa mujer con discapacidad es la que más iniciativas presenta, la que más sube a tribuna, la que siempre da gestión ciudadana, la que anda en friega en los municipios. Ya no me pasó en la segunda campaña.

Me gané un respeto por lo que soy. La gente ya no ve la silla de ruedas, ahora dice: ‘Claudia Anaya es la senadora más productiva’, y estoy segura que voy a ser la mejor gobernadora del país.

El gobernador Alejandro Tello ha dicho que no se meterá en el proceso electoral, ¿eso te perjudica para conseguir votos?

—Estoy trabajando junto con el PRI, PAN y PRD para que cumplamos con nuestras metas de votación. Sí, antes los gobernantes se metían en los procesos, pero hemos modificado las leyes electorales, ahora es mucho más dura la sanción.

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Él, en su investidura de gobernador, cumple con su responsabilidad legal, pero como Alejandro Tello y como priista, el día que ejerza el voto, estoy segura que estará con Claudia Anaya.

¿Tu gobierno sería de continuidad o de cambio?

—Tiene que ser un cambio, no sería un gobierno priista el que entraría, estamos en un proyecto de coalición, entonces es entreverar los perfiles técnicos-políticos y los mejores cuadros ciudadanos de los tres partidos.