Una mujer creativa, comprometida y que escucha, es como miembros de su equipo definen a Clara Brugada Molina, candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, conformada por y los partidos del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM), una de las tres aspirantes a ocupar el cargo de la Jefatura de Gobierno, el más importante de la Ciudad de México.

Brugada Molina, quien ya fue alcaldesa de Iztapalapa de 2018 a 2023 antes de lanzarse como candidata para gobernar la capital, es una mujer que “desde muy chica” decidió apoyar a las causas sociales de las comunidades más desfavorecidas de la Ciudad de México, empezando por la zona de San Miguel Teotongo, en Iztapalapa, a donde se fue a vivir y realizó trabajo comunitario.

En palabras de quien actualmente forma parte del consejo asesor de la candidata, Brugada Molina “es alguien que toda su vida se ha dedicado a eso, a transformar las comunidades. Algo que ha hecho durante 30 o 35 años y se refleja en su forma de plantear las cosas”.

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En entrevista con EL UNIVERSAL, el senador morenista afirma que si tuviera que describir a Clara Brugada con sólo tres palabras elegiría las siguientes: comprometida, eficiente y creativa.

Trabajar con ella, cuenta Cravioto Romero, genera un ambiente “muy fresco y positivo”, pues afirma que es una persona que además de que escucha, defiende sus propios planteamientos y demuestra que tiene claro a dónde va.

“Es muy serena, es muy amable, es muy fraterna, es alguien que escucha; es alguien que permite que todos los que están en una mesa de trabajo puedan opinar, que puedan dar sus puntos de vista, y es alguien que demuestra que también tiene muy claro qué quiere y a dónde va”, añade.

De forma similar la describe Citlalli Hernández Mora, actualmente secretaria general de Morena, y para quien Clara Brugada es una mujer que hace política “fuera de toda lógica tradicional”. Además, coincide en que se trata de una persona muy creativa a la hora de pensar, diagnosticar problemas y, sobre todo, buscar soluciones.

“Trabajar con Clara justamente es experimentar una nueva forma de hacer política, una forma alejada de los valores tradicionales de la política y, digamos, la reiteración constante de una práctica comunitaria”, indica.

En entrevista con esta casa editorial, Hernández Mora considera que la abanderada de Morena, PT y PVEM es una política que viene de luchas comunitarias, de los barrios y está acostumbrada a ejercer el liderazgo de forma colectiva y a escuchar a los demás, a pesar de ser quien está al frente.

“Siempre escucha a las personas que trabajan con ella. Siempre está dispuesta a asumir críticas y, por ende, autocrítica. Es una mujer que cuida, que siempre se preocupa por las demás personas. Su liderazgo es empático, es humano; a veces en las dinámicas cotidianas, ser la cabeza de un equipo implica dureza, implica firmeza y, a veces, sin querer, maltrato. Mi experiencia con Clara no es un liderazgo que maltrate, no es un liderazgo que lastime, es un liderazgo que construye, que enseña y, por supuesto, que entiende la lógica del poder de una manera compartida”, por ello, menciona que trabajar con ella es satisfactorio y cómodo.

La aspirante morenista de 60 años, quien se ha planteado continuar con el llamado “segundo piso de la transformación” de la Ciudad de México, estudió Economía en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y comenzó en la política en la década de los años 90, primero como militante del PRD, al que se unió en 1995 y bajo el cual llegó a ser delegada de Iztapalapa por primera vez en 2009.

Más tarde, en 2012, la política renunció al sol azteca y posteriormente se sumó a Morena, partido fundado por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, en el que ha militado desde entonces con cargos que van desde diputada local y federal, hasta alcaldesa de Iztapalapa, en el que fue reelegida en 2021, función de la que se separó en septiembre de 2023 para contender por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

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