A unos días de los comicios intermedios, la encuesta nacional de El UNIVERSAL/Buendía & Márquez indica una cómoda ventaja para Morena y sus aliados, con 41% de la preferencia efectiva, mientras que el PAN y el PRI se disputan una lejana segunda posición, con 16% y 15%, respectivamente (se excluye de la estimación a 18% de los entrevistados que no respondió a la pregunta de intención de voto).
Movimiento Ciudadano y el Partido Verde, por su parte, alcanzan ocho y siete puntos porcentuales de la preferencia electoral, respectivamente.
En la mitad del país (146 distritos), donde compiten las dos coaliciones, la ventaja de la alianza gobernante es de más de 20 puntos porcentuales. En los 44 distritos sin coaliciones, Morena y Acción Nacional están empatados. Un buen número de estos distritos se encuentra en bastiones regionales del PAN, como Guanajuato y Querétaro.
Al respecto, la población está dividida: 43% señala que su voto será una expresión de apoyo al desempeño del presidente Andrés Manuel López Obrador, mientras que un porcentaje similar dice que su voto “no tendrá nada que ver” con la gestión presidencial. Además, 9% de los entrevistados manifestó que usará su voto para expresar su rechazo al actual gobierno.
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Es notable el desinterés ciudadano por los comicios legislativos. Siete de cada 10 entrevistados afirma que ha puesto poca o nula atención a las campañas para diputados federales; sólo 11% manifiesta que ha puesto mucha. El interés del público parece estar concentrado en el tema económico: 45% señaló que será el factor más importante a la hora de decidir su voto.
El manejo de la pandemia, por otra parte, ha perdido importancia relativa como determinante del voto: sólo 15% lo consideró el factor más importante; hace tres meses lo hacía 28%.
En términos de la integración de la Cámara de Diputados, el panorama pinta favorable para el gobierno actual.
De acuerdo con las estimaciones, los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia serían recompensados por las distorsiones del sistema electoral.
En primer lugar, Morena y sus aliados se benefician del sesgo mayoritario del componente de distritos de mayoría relativa. Sin embargo, existe un número considerable de distritos donde la coalición morenista ganaría por un margen estrecho; por lo tanto, si el desempeño de la coalición PAN-PRI-PRD es mejor que el que estiman las encuestas, esos distritos cambiarían de manos.
En segundo lugar, si bien el crecimiento de los partidos minoritarios y de nueva creación merma la intención de voto de ambas coaliciones, Va por México resulta más afectada en términos de curules por ser la coalición minoritaria. En tercer lugar, Morena conseguiría un número importante de curules plurinominales dado su porcentaje de votación a nivel nacional.
Sobre este punto, hay dos situaciones que le son provechosas. Por una parte, la coalición Juntos Haremos Historia facilita que Morena no sea topado por la cláusula de sobrerrepresentación de 8%. Esto se debe a que la coalición le permite trasladar victorias distritales a sus aliados. Por otro lado, Morena es el partido más beneficiado si los institutos políticos de nueva creación no alcanzan el mínimo requerido (3% de los votos) para obtener curules de representación proporcional.
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Morena mantiene una amplia ventaja en términos de intención de voto para la elección de diputados. Estimar con precisión cómo esos votos se traducen en curules es difícil, pero los modelos de integración de la Cámara sugieren que Morena y sus aliados refrendarían la mayoría.
Sin embargo, el resultado puede ser sensible a cambios en las preferencias electorales. Para mayor información sobre la integración de la Cámara, puede consultarse www.oraculus.mx.