Zumpango, Méx.— Francisco Peña, Abel Sánchez y Ángel Venegas llegaron a las 9:00 horas al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) con la intención de emitir su voto en la casilla especial que por primera vez se instaló en la terminal. Sin embargo, no lograron completar su intención antes de tomar su vuelo de regreso a Monterrey.
Los tres amigos se disponían a tomar el vuelo a las 12:50 horas, pues el sábado estuvieron en Pachuca para ver un partido de futbol. “Hay que ejercer el derecho al voto y mientras no se nos vaya el vuelo, aquí vamos a seguir”, declaró Ángel Venegas, originario de Saltillo, Coahuila.
Él y sus compañeros de aventura ya no alcanzaron a ser seleccionados entre los mil ciudadanos formados en la sala 1 del AIFA, pues esa fue la cantidad de boletas que llegaron a la casilla especial que se instaló para los viajeros y viajeras, así como empleados de aerolíneas y del propio aeropuerto.
El caso de los norteños no fue el único, pues Yuli y Axel también se quedaron con las ganas de emitir su voto, ya que estaban en la larga fila que zigzagueaba por la sala del AIFA, hasta llegar a la parte de afuera donde el sol comenzaba a provocar sudor entre quienes esperaban.
Sus rostros cambiaron cuando el conteo no les favoreció y junto a unas 200 personas más, tomaron sus maletas y decidieron irse a la zona de autobuses para buscar cómo llegar a Morelia, su siguiente destino luego de hacer escala en este aeropuerto del Estado de México.
“Estoy formada para ejercer mi derecho al voto, es una obligación y tengo que hacerlo”, expresó Yuli antes de ser notificada que no alcanzaría papeletas electorales.
La casilla para el público en general se abrió casi hora y media después de lo programado, a las 09:22 horas.
“Primero empezaron a votar los funcionarios de la casilla y eso que llegaron a eso de las 8:30 de la mañana, llegaron tarde y van tarde. No piensan en los que tienen vuelos por tomar”, declaró molesta Martha, empleada de una aerolínea.
La señora Alejandra Becerra, habitante de Temascalapa, en el Estado de México, narró que llegó al AIFA para esperar a un familiar que llegaba del extranjero y decidió aprovechar para emitir su voto y no esperar al regreso a su domicilio.
“Los funcionarios de la casilla llegaron 8:25 de la mañana y desde que llegaron, la verdad es que no agilizaron la colocación de la papelería y ni modo que me desforme para irme, porque desde las 7:30 de la mañana estoy aquí y primero pasaron ellos y nos dejan para después”, narró Becerra.
Pegados al ventanal estaban tres trabajadores de la aerolínea Volaris, explicando el piloto que llegaron temprano procedentes de Cancún, Quintana Roo, y de inmediato se fueron a formar, pues de otra forma no podrían ser partícipes de la jornada electoral en la que se renuevan, principalmente, Presidencia de México, senadurías y diputaciones federales.
“Nosotros venimos de Monterrey y desde las 8:00 nos formamos y van muy lentos, vemos más que platican que lo que avanzan”, explicó Hilda, mientras descansaba en una silla de la isla para cargar teléfonos celulares.
A ella se acercó un funcionario del Instituto Nacional Electoral (INE) para decirle que podía pasar sin formarse, pues se trataba de una señora de la tercera edad, por lo que volteó con su hijo y le pasó un bolso para después cruzar las cintas que delimitaban las hileras.
Mostró su credencial para votar a una de las funcionarias, quien utilizó una computadora para registrarla y entregarle cinco papeletas para los cargos de elección popular y al estar en la mampara electoral, tomó el marcador y eligió a quienes desea que la representen.