Las monedas que actualmente se usan en México tienen el mismo diseño desde 1993, cuando el gobierno de Carlos Salinas de Gortari implementó los “nuevos pesos”; aunque más que los nuevos billetes y monedas, el cambio se notó en los precios, pues tendrían tres ceros menos.
Aunque con el tiempo este detalle cambió, más de una persona observadora recuerda haber leído “N$” en su “morralla”, y ni qué decir de los billetes que perdieron sus largas cifras, distintivos del peso mexicano desde la década de los 80.
Las generaciones que vivieron su niñez o juventud a mediados de los años 90 recuerdan esa época cuando el peso tenía más ceros; incluso ahora en redes sociales se habla de cuánto se podía comprar entonces con el efectivo.
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En esta ocasión, Mochilazo en el Tiempo recuerda la llegada de los nuevos pesos a la crisis económica nacional y la influencia que marcaron en la percepción popular de las finanzas.
“Practicidad”, la explicación oficial
El decreto para dejar atrás las unidades en que se contaban los pesos, con su respectiva emisión de billetes y monedas, se publicó el 22 de junio de 1992.
“Nuevo peso, más práctico y más sencillo”, era el slogan con que el gobierno de Salinas de Gortari difundió el cambio. A lo largo de la segunda mitad de 1992, todo el país recibió información, desde folletos hasta comerciales televisados.
Tanto las compras en tienditas, mercados o almacenes, como los salarios de todo México sufrirían elcambio. En pocas palabras, mil pesos pasaron a ser un nuevo peso y 500 pesos serían 50 centavos.
Se acuñó el símbolo “N$” para distinguir tanto en el dinero como en los etiquetados si el monto se expresaba en las unidades anteriores o en las nuevas.
El nuevo dinero comenzó a usarse en enero de 1993, y mientras los viejos pesos y los nuevos pesos coexistirían hasta finales de 1995. Por dos años se usaron ambas denominaciones en una misma compra, pago o cobro.
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Precios casi millonarios eran la norma
Vale la pena recordar que las personas que nacieron a inicios de la década de los 90, en la mayoría de los casos, serían bebés cuando llegaron los nuevos pesos.
Muchos no recuerdan ir a “hacer el mandado” con 10 mil pesos, aunque sí recuerdan lo mucho que podían comprar con cinco pesos.
Sin embargo, de no haberse decretado “quitarle ceros” a nuestra moneda, habrían sido niños que compraban sus frituras y golosinas con dos mil y no con dos pesos.
En los años 90 comprar una playera y un pants económicos para hacer deporte requería de al menos 100 mil pesos, mientras que un pants de marca Calvin Klein costaba más de 150 mil pesos.
En ese tiempo, un reproductor de música era una opción de compra para quien trajera en la bolsa cuatro billetes de 100 mil pesos.
Si había presupuesto, los geeks noventeros optaban por una computadora Delta Citizen, con un costo de 13 millones de pesos.
Para ver el problema que señaló el gobierno: basta con imaginarse ser el dependiente a quien le tocara hacer el cierre de caja en una tienda que vendiera cifras millonarias cada día.