Cada que se acerca un proceso electoral surgen diversos grupos al interior de los partidos políticos para impulsar a un personaje, y en el arranque del proceso de Morena rumbo a 2024, aspirantes presidenciales han llamado a que no haya “una cargada” para favorecer a alguien.
Marcelo Ebrard, quien renunció en días pasados como secretario de Relaciones Exteriores, lamentó una "cargada oficial" de gobernadores a favor de otras corcholatas presidenciales como Claudia Sheinbaum.
Ebrard criticó que estas prácticas son del viejo PRI y “están muy mal”.
El propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha llamado a dejar atrás “el dedazo, el tapado y la cargada”.
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En el Diccionario del Español de México hay dos definiciones de “cargada” relacionadas con política:
1.- “Congregación de oportunistas, sobre todo en el ámbito político, que se reúne espontáneamente para adherirse a un personaje que tenga el poder o las mejores posibilidades de hacerse de él”.
2.- “Irse o entrarle a la cargada Adherirse una persona o un grupo, con todo empeño y de manera oportunista a la persona, al partido, etc que cuenta con mayor posibilidad de triunfo o que tiene el poder: ‘Tan pronto se supo quién era el candidato, todos se fueron a la cargada’”.
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