Pachuca.— En Hidalgo, la población no ha conocido otro gobierno que no sea del PRI desde 1929. Esta entidad ha estado regida por el tricolor. El que porta los colores de la Bandera de México. Pero hoy, en 2022 el bastión priista, la joya de la corona de ese partido ha caído, destacaron muchos al finalizar la jornada electoral.
Tuvieron que pasar 93 años para que Hidalgo tuviera la llamada alternancia. Los intentos abundaron, pero fue hasta la coyuntura con el presidente Andrés Manuel López Obrador que el expriista Julio Menchaca Salazar, de la mano de Morena y los partidos del Trabajo y Nueva Alianza, logró el sueño de muchos, destronar al Revolucionario Institucional.
Dicen que para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo y así quedó demostrado en Hidalgo. Ayer, Menchaca Salazar aventajaba en algunas encuestas de salida hasta con 61%.
En el llamado día “D” se avizoraba lo que ya se tenía previsto en las encuestas, el triunfo de Menchaca Salazar. La mañana de ayer, vestido con una camisa bordada con los clásicos Tenangos de Hidalgo, acompañado de su familia, el candidato de Morena acudió puntual a emitir su voto; ahí con voz baja, afectado por una dolencia en la garganta, dijo confiar en que el trabajo de 60 días se vería reflejado en las urnas a su favor.
El aspirante morenista rechazaba una y otra vez que su equipo hubiera incurrido en actos violentos como los que acusaba el Revolucionario Institucional; por el contrario, dijo que ellos también recibieron mensajes intimidatorios.
Luego de acudir a emitir su voto con los líderes de los partidos que lo cobijaron en este proceso electoral, de Nueva Alianza, Sergio Hernández; de Morena, Sandra Ordóñez, así como del Partido del Trabajo, Javier Vázquez Calixto, Menchaca Salazar expresó sentirse confiado y que esperaría los resultados en familia.
La elección en Hidalgo como otras tantas fue de poca afluencia, algunos señalaban que apenas rebasaría 50%. En esta entidad, el flujo en las urnas osciló entre 45.3% y 48%. En el llamado cubo de Colosio, la trinchera de los tricolores, el ánimo había decaído. Cerca de las dos de la tarde arribaba a esta entidad el dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, y adelantaba que las seis elecciones del país se irían a tribunales.
Las primeras encuestas de salida del Consejo Coordinador Empresarial, organismo que había señalado por anticipado en sus sondeos que el ganador sería Menchaca Salazar, nuevamente salían a dar la cara y adelantaban que el triunfo correspondía a la alianza Juntos Hacemos Historia.
El candidato, con estos resultados, convocó a los medios de comunicación y en una conferencia de prensa dijo: “Se cayó el viejo régimen, lo tiraron miles de hidalguenses”.
En la plaza Juárez ya esperaba un templete que desde días antes se mantenía para el festejo del triunfo de Morena. Las luces, el baile y la algarabía se prendían al pie del edificio que alberga al Ejecutivo estatal. En el cubo de Colosio las luces se apagaron. El bastión del PRI cayó y los hidalguenses conocerán luego de casi un siglo un nuevo partido en el gobierno.
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