Monterrey.— A las 18 horas, justo al cierre del proceso electoral de Nuevo León, tres de los principales cuatro aspirantes por la gubernatura del estado: Adrián de la Garza (PRI-PRD), Samuel García (MC) y Fernando Larrazabal (PAN), se declararon ganadores de la contienda, cuando todavía ciudadanos hacían fila para emitir su voto o empezaría el conteo de las boletas.
Samuel afirmó llevar 10.5 puntos de ventaja en sus encuestas de salida; Adrián afirmó que una encuesta propia y cuatro de diversas empresas le daban de tres a cinco puntos, con lo que ambos estimaron que ya se trataba de una tendencia irreversible.
En tono optimista, pero con matices, Larrazabal expresó que tres encuestadoras le daban cuatro puntos sobre su más inmediato competidor —sin detallar si Adrián o Samuel—, pero eso sí, aclaró que él no se declararía ganador por respeto a los ciudadanos que todavía estaban votando.
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Clara Luz Flores Carrales (Morena, PT, PVEM y Nueva Alianza), quien se ubicó en diversas encuestas de salida en cuarto lugar, calificó de irresponsables a Samuel García y a Adrián de la Garza por asumirse triunfadores, cuando muchos ciudadanos hacían fila para sufragar.
La jornada electoral de este domingo, en cuanto a participación, al parecer, se quedó lejos de los comicios de 2015, cuando acudieron a las urnas 58.7% de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral, pues esta vez, según datos preliminares, asistieron casi 48%.
Algunas situaciones que pudieron haber influido en el elevado abstencionismo fue que los perfiles de los candidatos no atrajeron el interés de los votantes y por la lentitud para instalar las casillas, y porque el proceso fue poco ágil, debido a las medidas sanitarias para evitar contagios por coronavirus.
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Sin embargo, este fue uno de los procesos con más incidentes de los últimos años, incluso algunos violentos, ya que en una casilla de la zona de Cumbres, al poniente de Monterrey, fueron detenidos cuatro sujetos que se movilizaban en un automóvil y presuntamente habían amenazado con armas de fuego a los votantes para despojarlos de sus credenciales de elector y teléfonos celulares.
La FEDE a su vez detuvo en Ciénega de Flores a un sujeto que presuntamente se dedicaba a comprar el voto. También el PAN estatal denunció que su dirigente municipal de Cadereyta y una represente general del partido fueron detenidos de forma arbitraria por la policía, con el fin de amedrentarlos por ordenes del edil con licencia, Ernesto Quintanilla.