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A cuatro horas de haber sido electo como presidente y vocero nacional del PVEM, el senador Carlos Alberto Puente afirma que al partido le toca “poner por delante a México” e ir con José Antonio Meade, precandidato del PRI a la Presidencia de la República, para cerrarle el paso a Andrés Manuel López Obrador en 2018.
Esto se debe hacer, aun cuando signifique sacrificar espacios en el Congreso y no ir solos en la contienda, señala.
“Tendríamos arriba de 10% [de la votación], pero hoy tenemos que reconocer que el PVEM podría tener un crecimiento muy importante y eso sería muy bueno para el partido, pero cuando digo poner por delante a México es sacrificar votos, porcentaje, espacios, menos curules y escaños, pero, ¿de que nos sirve un partido grande y fortalecido con un proyecto de país que sería la peor desgracia para México?”, dijo, al referirse al proyecto de López Obrador.
Por ello, señala que el PVEM respaldará la candidatura de José Antonio Meade Kuribreña, un ciudadano, sin militancia partidista.
Puente asegura que para los comicios hay un proyecto serio y responsable de darle certeza así como certidumbre a los mexicanos e inversionistas y otro de las ocurrencias, el de hablarle a la grada con cosas difícilmente realizables o, la más grave, su propuesta de amnistía a los capos del narcotráfico, que es una responsabilidad que no se debe considerar.
En su oficina de coordinador de la bancada del PVEM en el Senado, donde debajo de un retrato del presidente Enrique Peña Nieto sólo hay un Palo de Brasil —una planta que no necesita de muchos cuidados para sobrevivir—, Puente sentencia que el Verde siempre ha sido un partido político responsable, cuyo capital político ha definido dos veces la Presidencia de la República.
La primera, recuerda, fue en el año 2000, con Vicente Fox (PAN) en la transición, y la segunda, en la elección de 2012, de la mano del entonces candidato del PRI, Enrique Peña Nieto.
Poner a México por encima
¿Eso significaría abrir la puerta con una alianza con el PRI?
—Poner por delante a México es abrir la posibilidad de construir una candidatura común con José Antonio Meade, que es diferente, porque reconocemos en él a un ciudadano honesto, transparente, un gran servidor público, un perfil que hoy encaja en lo que piden los mexicanos.
¿Cómo construir esa candidatura?
—Primero, poder platicar con él para socializar la plataforma político-electoral del Verde y, si él está dispuesto, a abrazarla y a llevarla a una realidad de política pública.
¿La candidatura con Meade es porque no están satisfechos con su alianza histórica con el PRI?
—No, lo primero es hacer una candidatura común con Meade, porque no es propiedad del PRI, él es un ciudadano no militante de ningún partido político y le tenemos que dar su espacio como tal. Hoy lo abandera el PRI y también lo puede abanderar el PVEM y muchos partidos más.
¿Esta alianza con Meade y el PRI es una fórmula para ganarle a Andrés Manuel López Obrador?
—No hay que espantarnos [porque López Obrador] esté arriba en las encuestas, era el único, cuando sólo hay un jugador siempre vas a ganar. Hay que leer las encuestas y hay que leerlas bien. Es el más conocido del país, pero está topado con 31% o 32% de la intención del voto. No va a crecer.
¿Qué está en juego en los comicios del próximo año?
—Hay dos proyectos: el serio y responsable, de darle certeza y certidumbre a los mexicanos e inversionistas, y el otro, que es el de las ocurrencias, el de hablarle a la grada con cosas difícilmente realizables o, la más grave, como su propuesta de amnistía a los capos del narcotráfico, que es una responsabilidad que no se debe considerar.
¿La alianza que propone con Meade frenará a López Obrador?
—No podemos menospreciar a los mexicanos, hablar de los cochinos y los marranos cae bien, pero la gente quiere soluciones, realidades, los jóvenes quieren oportunidades, no anhelar una tarjetita que te den por ser joven y después pasar a otro programa social, ahí tenemos los casos de Venezuela y Argentina, vean como están.
¿Estarían dispuestos a perder votos para frenar a AMLO?
—Tendríamos arriba de 10% [de la votación presidencial], pero hoy tenemos que reconocer que el PVEM podría tener un crecimiento muy importante y eso sería muy bueno para el partido, pero cuando digo poner por delante a México es sacrificar votos, porcentaje, espacios, menos curules y escaños, pero, ¿de qué nos sirve un partido grande y fortalecido con un proyecto de país que sería la peor desgracia para México?.
Aquí lo importante es poner por delante a México con un proyecto serio, responsable.
¿Ya han tenido acercamiento con el ex secretario de Hacienda?
—Tenemos una muy buena relación de hace muchos años, no vamos a llegar a conocernos, tenemos muy buena relación. Lo primero era que terminara el proceso interno de mi partido, para que, en caso de resultar electo, actuar en consecuencia.
¿No les preocupa el Frente Ciudadano por México?
—Lo dejaría así: veamos si logran amarrar si hay Frente. Es una coalición electoral más, le llaman Frente, pero yo veo que si sale Alejandra Barrales del PRD y no lo han terminado de amarrar, eso cada día se complica más.
En julio, Pablo Escudero lo destapó como aspirante presidencial, ¿depondría esa oportunidad?
— ¡Totalmente! Si nosotros logramos un proyecto [con Meade] yo estaría ahí formado para trabajar, ser uno más en un proceso que estamos obligados. No podemos permitir que México dé un salto al vacío, tenemos la obligación y la responsabilidad de llevar esto con la gente, de llevarles una oferta y ellos van a decidir hacia dónde quieren que camine México.
¿Podrían impulsar a Mikel Arriola, en la CDMX por el PRI?
—También es un buen amigo, alguien joven, fresco, innovador, un gran funcionario público que dio muy buenos resultados en el IMSS, en la Cofepris, gente de trabajo con quien podría haber una alternativa, lo tenemos que platicar, tenemos que ir construyendo los escenarios para actuar en consecuencia.