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El candidato presidencial independiente Jaime Rodríguez Calderón El Bronco cruzó las rejas verdes del Zoológico de Chapultepec, vio a un par de policías a quienes se acercó con las manos en la espalda y con acento norteño les preguntó: “¿Por dónde llegó a ver al osito panda?”.
Es 1 de mayo y la Ciudad de México es un oasis. Los capitalinos disfrutan sus calles vacías y de los lugares de esparcimiento como Chapultepec. A este lugar, como un turista más, El Bronco hizo una pausa en su carrera por la Presidencia de la República para cumplir, dijo, con una promesa.
“Si no le sacó la foto [ al oso panda] mi hija [Victoria] me mata, cabrón”, aseguró el hombre que ha sobrevivido a tres atentados a manos de Los Zetas, quien caminó entre la gente saludando a las familias.
Antes, en entrevista, Rodríguez Calderón se pronunció en favor de aumentar el salario para los trabajadores y de fortalecer a los sindicatos en el país.
“Hay que establecer el salario del trabajador con base en su capacidad y conocimiento, que hay un mínimo, pero que alcance para la necesidad básica, por eso debemos basar el salario en las necesidades totales del trabajador, entonces nosotros estamos echando número”, dijo.
Reiteró su propuesta de bajar paulatinamente el Impuesto Sobre la Renta (ISR) para los trabajadores de 35% a 25%, a fin de que esos recursos sean la base del incremento salarial y los empresarios aminoren su carga fiscal para que las familias mexicanas tengan más recursos y con ellos puedan comprar más.
El Bronco rechazó que haya recibido presiones del sector empresarial para que decline en favor de un candidato, por el contrario, dijo que hay inversionistas que lo ayudan, que le abren las puertas de sus fábricas para hablar con sus obreros.
“Ellos [los empresarios] lo que han platicado conmigo es que empuje, que acabemos con el asistencialismo, [lo de declinar], al menos a mí no me han pedido eso”, precisó.
Ahí, El Bronco agachaba la mirada, buscaba en todas direcciones hasta que, al llegar a una sala, vio el lomo blanco y negro de un panda.
Rodríguez Calderón también escuchó las criticas de turistas que lo llamaron “delincuente, corrupto y un monstruo por aliarse al PRI”.
Al salir del zoológico, inmediatamente se fue en un taxi rosa a su hotel en Paseo de la Reforma.
Antes, con música de mariachi, Rodríguez Calderón continuó con su plan de turista y visitó el embarcadero de Cuemanco, en la delegación Xochimilco al sur de la ciudad, donde recorrió la llamada “Venecia mexicana” en una trajinera con el nombre: El Bronco.
El gobernador de Nuevo León con licencia estuvo acompañado de un grupo de jóvenes del Estado de México y de esta capital, a quienes les dijo que legalizar las drogas no es una solución la violencia en el país.
Así, en la “Venecia mexicana”, El Bronco cantó el Cielito Lindo, México Lindo, y como buen regio, dijo, no gastó un solo peso.