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Su escaño en el Senado de la República será una representación popular de propuestas y denuncias contra la corrupción y el abuso gubernamental, cuyas políticas y dádivas institucionales han creado una sociedad menesterosa que es utilizada como clientela electoral, sujeta a los dueños de los partidos y sus candidatos, asegura Pablo Salazar Mendiguchía, ex gobernador de Chiapas (2000-2006) y actual candidato independiente a la Cámara Alta.
Logró su registro ante el Instituto Nacional Electoral (INE) al recabar más de 83 mil firmas ciudadanas y hoy arrancará su campaña en Soyaló, su municipio natal.
Afirma que vuelve al escenario político porque “no le gusta nada de lo que está pasando en Chiapas, por ello el retorno como independiente, sin barreras ni aduanas.
“Hoy todos los partidos tienen dueño y por desgracia es casi el mismo. Es una sola voluntad la que autoriza cómo distribuir en la baraja política a los aspirantes, no estaba dispuesto a hacer antesalas, ni a pedir permiso ni a pagar cuotas”, sostiene.
El ex mandatario —que hace 18 años derrotó al PRI impulsado por una alianza de ocho partidos encabezada por el PRD— retoma la política activa después de que en 2011 fue liberado por su sucesor Juan Sabines Guerrero (2006-2012), quien lo acusó, entre otros delitos, de peculado y enriquecimiento ilícito.
Cuenta a EL UNIVERSAL que se encuentra entero y contento, pero advierte que, a diferencia de cuando buscó la gubernatura, y la gente “participaba”, hoy persiste el enojo, la indignación por el atraso y la falta de oportunidades, que han derivado en la resignación.
Además, dice, no existe piso parejo para los aspirantes independientes: en Chiapas “las dádivas se han institucionalizado para prostituir a la ciudadanía con programas sociales perversos y convertir al ciudadano en rebaño electoral atado a la pobreza y al arbitrio de los gobiernos en turno”.
No son los mejores escenarios para la contienda, acusa. “Son más complicados que en 2000”, desliza el candidato de 63 años, quien considera que la búsqueda del escaño es “la locura política más grande de su vida”. Entrevistado en sus oficinas donde destaca el eslogan “ Por la libre”, enfatiza que es urgente posicionarse, no como “una voz en el desierto, sino como un representante legítimo de las demandas y necesidades ciudadanas”.
Las dificultades
Autodefinido como “luchador contra corriente”, Salazar Mendiguchía plantea la urgente necesidad de una nueva etapa de reformas electorales para “emparejar el piso” a los candidatos independientes que hoy enfrentan la inequidad normativa, la estrechez de financiamiento público y las dificultades tecnológicas para acceder al apoyo ciudadano. A pesar de las desventajas y las dificultades políticas, sociales y orográficas de Chiapas, confía en obtener el triunfo, con el respaldo del “voto inconforme, de los jóvenes y de quienes se abstienen a cruzar la boleta”.
Agrega que de llegar a la tribuna su agenda se centrará en los temas de la pobreza extrema, el desarrollo social, los problemas ambientales, la ciencia y la tecnología como factores de cambio y progreso social de estados históricamente atrasados como Chiapas.
El ex mandatario enfatiza que el medio ambiente, vinculado con la calidad de vida y el desarrollo social efectivo es una de sus preocupaciones esenciales. Hay mucho que discutir al respecto: “La explotación irracional de la minería que padece Chiapas, que es un tema federal, aunque no estoy contra las empresas de ese rubro, la propuesta es que la riqueza se disfrute en el sitio donde ha sido creada.
“Me gustaría fomentar el cooperativismo comunitario para el beneficio de esa riqueza. Hoy llegan los mineras y dejan miseria, violencia y deterior ambiental”, explica el también ex senador por el PRI y ex secretario de Gobierno de la entidad.
Insiste en que la ruta independiente al Senado es complicada y aclara que a diferencia de los partidos que dispondrán de 7 mil millones de pesos para campañas, los independientes sólo se repartirán 40 millones de pesos, además de la difusión institucional constreñida. Para conseguir los votos, señala, utilizará las redes sociales y la telefonía, en un estado que, paradójicamente, “ocupa el último lugar en cobertura de internet”; se valdrá también de “la impronta de su gobierno” y el reconocimiento que le guardan los ciudadanos, así como del convencimiento del electorado joven.
La deuda
Asegura que la entidad no ha tenido una voz independiente en años recientes en la Cámara de Diputados ni en el Senado. Si hubiera existido una voz libre y auténtica, Sabines Guerrero no hubiera dejado una deuda de 45 mil millones de pesos, “por la que los chiapanecos “pagamos diario 4 millones de pesos de intereses”, lamenta.
La deuda de la hacienda estatal es tan grave, precisa, que “cuando concluya la administración de Manuel Velasco Coello (PVEM) se habrán tirado a la basura 7 mil millones de pesos solamente de intereses.
“Para un estado empobrecido y con tantas necesidades, como Chiapas, esto es imperdonable”, señala.
A la deuda de Sabines Guerrero, comenta, se añade que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que en su gestión dejó sin solventar 18 mil millones de pesos.
“No se solventaron porque seguramente es obra pública que se pagó y no se realizó, o son compras en el sector salud, con empresas fantasmas, por muchas cosas”.
La interrogante es por qué no se procede contra el ex gobernador: “Ocurre que el señor [Sabines, actual cónsul en Orlando, Florida] está disfrutando una beca en dólares que pagamos los mexicanos”, cuestionó. Recordó que tres meses antes de entregar el mando a Sabines Guerrero, liquidó “ casi 2 mil millones de pesos de deuda estatal acumulada”.