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“Hasta el momento, el tamaño de la muestra no es suficiente para señalar un ganador, pero en el mapa domina Morena compitiendo directamente contra el Frente, mientras que el PRI pierde fuerza en algunas regiones del país”, explica Javier Márquez, politólogo y consultor de la casa encuestadora Buendía y Laredo.
A pesar de esto, Morena, partido representado por Andrés Manuel López Obrador, tiene una desventaja: es la única fuerza que no tiene la suficiente estructura política y territorial en ningún estado del país como sucede con sus contendientes. El PRI gobierna 14 entidades; el PVEM una; el PAN en alianza con el PRD logró gobernar tres; mientras que el partido blanquiazul tiene el mando en nueve y el PRD en tres.
“El problema que está teniendo Morena es lograr un número de representantes en todas las casillas del país. Eso implica una falta de infraestructura en tierra comparada con la que tiene el PRI, que está muy bien consolidado en el ámbito rural”, afirma Márquez.
Todavía faltan cuatro meses para conocer de qué color se pintará el mapa electoral de 2018, mientras tanto, un análisis de los resultados electorales a nivel distrital, hecho por la Unidad de Datos de EL UNIVERSAL, busca mostrar la forma en la que se distribuyeron los votos de más de 80 millones de mexicanos en las últimas dos elecciones presidenciales, de acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional Electoral (INE). Así como identificar las zonas en las que cada una de las principales fuerzas políticas perdió a más electores o logró sostener su popularidad.
Escenario electoral
La elección de 2006 fue una de las más reñidas. El entonces candidato Felipe Calderón ganó con 36.15% de los votos, apenas 0.56% por encima de su principal contrincante, Andrés Manuel López Obrador, quien entonces representaba al PRD.
De los 300 distritos electorales que conforman a México, el PAN se quedó con 50%; es decir, que en 151 fue la fuerza principal, mientras que el PRD obtuvo 139, la otra mitad. Una primera imagen de la elección muestra un territorio dividido en dos fuerzas políticas: la parte del norte decidió ir con Calderón y el sureste eligió a López Obrador. En la elección de 2006 el PRI quedó difuminado. Su rendimiento fue tan bajo que apenas se posicionó como el primero en 10 de los 300 distritos, pero en 2012 los votantes redistribuyeron el poder y modificaron la geografía que se impuso seis años atrás.
La crisis de inseguridad que se desató desde 2009 le pasó factura al PAN en las últimas elecciones. De los 151 distritos con los que contaba, únicamente se quedó con 42, y la mayor parte de la zona norte, que seis años antes le dio su voto, decidió elegir al PRI. En seis de los 32 estados el voto por el PAN bajó.
El panorama de AMLO
El 1 de julio de 2018 será la tercera ocasión que Andrés Manuel compita por la Presidencia de México. Esta vez lo hará representando al partido Morena. En 2006 fue la primera vez que contendió y también fue el año que obtuvo los mejores resultados: 14.7 millones de votantes. Tan sólo 243 mil 934 menos que Felipe Calderón.
En 139 de los 300 distritos del país, los votantes eligieron al entonces candidato del PRD, pero eso no fue suficiente. Ese año, el norte de México fue la zona en la que Andrés Manuel consiguió un menor apoyo. Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Sonora y Chihuahua fueron algunos puntos en donde la votación se inclinó hacia el PAN.
Seis años después, en las elecciones de 2012, la situación empeoró. No sólo no terminó de conseguir el voto del norte, de los 139 distritos que ganó en 2006, únicamente se quedó con 89. Además, su fuerza, en algunas zonas del sureste del país se vio mermada por el PRI. En estados como Michoacán, AMLO perdió 11% de los votos que tenía en 2006. Lo mismo ocurrió en Chiapas.
Este año, Andrés Manuel busca sostener la base de votantes que tiene en la capital, sitio en el que durante las últimas dos elecciones consiguió 95% de los distritos electorales. El norte de México es el otro objetivo del candidato de Morena. Sus giras de precampaña las enfocó en Nuevo León, Zacatecas, Tamaulipas, Durango, Sinaloa y Sonora. En cuatro de estos seis estados su porcentaje de aceptación se vio mermado de 2006 a 2012, de acuerdo con los datos analizados por la Unidad de Datos de EL UNIVERSAL.
“En esta ocasión, AMLO está empezando a tener niveles de intención de voto en el norte superiores a los que históricamente tuvo en elecciones pasadas. Uno de los factores que están cambiando las preferencias electorales es el desgaste natural que tiene el PRI en el país”, asegura Javier Márquez, politólogo y miembro de la casa encuestadora Buendía y Laredo.
La mayor pérdida
A pesar de que en 2006 los resultados de la elección presidencial favorecieron al PAN, la diferencia porcentual con el PRD fue de menos de un punto. El blanquiazul se quedó como fuerza dominante en 16 de los 32 estados del país.
Pero en 2012 la geografía electoral se modificó. De los 15 millones de votos que obtuvieron en 2006, los nuevos resultados los dejaron con sólo 12.7 millones de electores. Y de los 16 estados en donde predominaba, únicamente cuatro se volvieron a pintar de azul.
La zona del norte fue en donde se sintió más el castigo hacia el gobierno de Felipe Calderón. El porcentaje de voto para el PAN bajó, en promedio 20% en Chihuahua, Baja California, Sonora y Guanajuato, considerado como uno de sus eslabones más fuertes. En otros puntos como Nuevo León, sus votos disminuyeron 10%. Únicamente en Tabasco y Oaxaca el partido reportó resultados positivos.
Para este 2018, el PAN decidió conformar una alianza con el PRD y Movimiento Ciudadano (MC). Pero esto no le asegura un triunfo. “Ahorita su preferencia está entre 30% y 35%. Lo que le falta para hacer la diferencia es asegurar y consolidar el voto del PRD, porque los votantes de este partido se fueron con AMLO”, afirma Márquez.
Su mayor fuerza, las zonas rurales
En la elección presidencial de 2006, el PRI se desvaneció; apenas 9.3 millones de votantes los eligieron. En Quintana Roo, Nayarit y Chiapas reportaron sus mejores cifras al ganar 33% de los distritos. “Lo que pasó con el PRI es que al tener un voto muy disperso y un bajo nivel de votación, se difuminó del mapa”, dice el especialista.
Para el 2012, las cifras cambiaron drásticamente. El PRI, con Enrique Peña Nieto como candidato, consiguió 19.2 millones de votos, ganó en 169 distritos y se colocó en primer lugar en 20 entidades del país. Zacatecas, Estado de México, Baja California Sur y Michoacán fueron los estados donde creció más comparado con 2006.
El Estado de México es uno de los sitios clave. Mientras que en 2006 apenas ganaron 19% de los votantes, en 2012 esta cifra subió a 43%, casi la mitad de los habitantes del estado votaron por el PRI.
Este año se espera que su mayor fuerza venga de esa zona, pero “la pregunta de fondo es si con esa base territorial logrará empajarse en las preferencias electorales”, cuestiona Márquez.