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Hoy están llamados a votar 7.6 millones de capitalinos para elegir nuevo jefe de Gobierno, titulares de las 16 alcaldías, concejales y diputados del Congreso local, en medio de un alud de denuncias e investigaciones protagonizadas por Morena y el PRD.
La contienda será histórica, de acuerdo con especialistas, porque se renovarán 243 cargos que son claves para la consolidación de la reforma política y de la Constitución Política de la Ciudad de México, que buscan una mejor atención para los ciudadanos.
“Esta elección es un parteaguas, porque ya no se elegirá a jefes delegacionales, sino a alcaldes, y ya no se elegirán diputados a la Asamblea Legislativa, sino al Congreso local, esto no es sólo un cambio de nombre, eso dependerá de quienes sean electos”, dijo el analista Eduardo Huchim.
El ex consejero electoral añadió que estos cargos son importantes porque representan una mayor autonomía para la capital, la cual se buscó desde la reforma política de la Ciudad.
Mapa. Lo que está en juego en la CDMX
Gustavo López Montiel, académico del Tecnológico de Monterrey, coincidió: “Esto vuelve más álgida la competencia porque estos espacios de las concejalías van a permitir a los liderazgos locales tener influencia no sólo en términos de recursos, sino en las decisiones que se tomarán en las alcaldías”, dijo el académico.
La Contraloría General conformó 156 expedientes para investigar 236 denuncias sobre presuntas faltas de servidores públicos en el proceso electoral, principalmente de delegaciones.
Entre los hechos más recientes está la suspensión de un funcionario de la Secretaría de Desarrollo Social, Iván Covarrubias, luego del hallazgo de una camioneta de la dependencia con despensas que se descargaban en casa de sus padres, en la cual había una lona del candidato a diputado federal por el Frente, Luis Mendoza.
Del total de denuncias, 100 son por presunto uso indebido o desvío de recursos públicos, 61 de probable uso indebido de programas sociales, y 64 de servidores públicos que habrían realizado actos proselitistas.
El IECM recibió 792, a partir de las cuales iniciaron 280 investigaciones o procedimientos sancionadores y otras 280 están en trámite.
Más denuncias. Morena ha sido el partido con más denuncias con 82 querellas, seguido del PRI, con 25, el PRD con 13 y el PAN con 10, mientras que 64 se presentaron por ciudadanos y 30 se abrieron de oficio.
Los sujetos más denunciados son los jefes delegacionales o encargados de despacho con 45 casos y los candidatos a alguna alcaldía, con 43 procedimientos. En el caso de partidos hay 18 contra PRD, 10 contra Morena, 21 contra Alejandra Barrales, 18 contra el PRD, 10 contra Morena, nueve contra Mikel Arriola y tres contra Claudia Sheinbaum, entre otros.
Ante las denuncias por el presunto uso electoral de programas y acciones sociales, el IECM dictó medidas cautelares para suspender la entrega de 48 programas hasta después de la votación, como entrega de dinero.
La mayoría, 34 programas y acciones corresponden a los gobiernos delegacionales, entre los cuales la Gustavo A. Madero fue a la que le suspendieron más con 12 programas.
En Iztapalapa las medidas fueron para cinco acciones de redes de promotores y auxiliares del gobierno, están Venustiano Carranza, Iztacalco y Miguel Hidalgo, con tres cada una, así como Álvaro Obregón, con dos, entre estos la pinta de fachadas de amarillo, y Coyoacán, dos que son la entrega de monederos electrónicos A tu lado y tabletas, y al final Azcapotzalco, Benito Juárez y Tlalpan con uno.
En el caso del Gobierno central se suspendieron 14 programas de cuatro dependencias, como el seguro de desempleo, entrega de cunas y despensas.
Ante la jornada electoral, los especialistas no descartaron la posible compra del voto e incluso violencia en las demarcaciones más competidas o en territorios como Coyoacán, Cuajimalpa, Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero e Iztapalapa.
Gustavo López Montiel también previó que las elecciones se judicialicen, mientras que Eduardo Huchim consideró que después de los comicios, quien gane en el caso de la jefatura de Gobierno, tendrá que empezar por hacer una “operación cicatriz” ante las descalificaciones y el tono álgido que hubo entre los candidatos en campaña.