Más Información
Erradicación de la violencia de género, prioridad de Olga Sánchez Cordero; aboga por la igualdad desde la infancia en congreso 50+1
Jueces y magistrados acusan registros “inflados” en inscripción a elección judicial; exigen transparentar listas de aspirantes
Diputada del PAN plantea reforma para ampliar servicios de atención infantil; va por estrategia enfocada en Primera Infancia
Mauricio Kuri garantiza seguridad tras ataque a bar Los Cantaritos; niega que conflicto de otros estados se traslade a Querétaro
La historia democrática del país tuvo un parteaguas en 2014: se fortaleció el Tribunal Electoral y se creó el Instituto Nacional Electoral (INE), autoridades que, en su origen, debían ser ciudadanas, sin nexos partidistas, independientes e imparciales. Hoy esos organismos llegan desgastados y con desaprobación social a la elección más compleja del país.
De acuerdo con especialistas, el órgano electoral ha cumplido con la organización de los procesos electorales, pero, por otro lado, integrar perfiles con base en cuotas partidistas desdibuja al instituto ante la ciudadanía, que no se siente representada por ellos.
“No contamos con un mecanismo que garantice que los órganos van a conducirse con autonomía, con independencia, sobre todo en el caso del INE, en el que encontramos nombramientos escalonados que han mantenido a personas ligadas a ciertos grupos”, afirmó Salvador Mora Velázquez, politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Destacó que no deja de existir un “cuotismo” que ha determinado y marcado a los consejos generales y los ciudadanos no se sienten representados por quienes integran el INE o el Tribunal Electoral.
“El órgano electoral llega bastante desgastado en cuanto a que las propias precampañas se han saltado los marcos legales y las resoluciones no son las que la ciudadanía demandaría para tener confianza en el proceso, lo digo referente a los procesos de fiscalización, en los que ha habido muchas dudas”, añadió.
El politólogo Alberto Aziz añade que el INE ha sido mencionado por los conflictos con la fiscalización del gasto.
“A medida que crecen las denuncias sobre la corrupción política, sobre transparentar recursos, el INE está como borrado, es como un cero a la izquierda que parece no tiene una injerencia ni capacidad para, de alguna manera, encargarse de este modelo de elecciones estatales que está practicando este gobierno, de los que el caso más sonado es el Estado de México”, apuntó.
El especialista aseguró que todo eso ha desgastado al instituto y ha generado una imagen más negativa, además de que fomentó una falta de confianza en que realmente se pueda administrar el proceso electoral.
“Además, pusieron al frente de la fiscalización a una persona muy cercana al precandidato del PRI [Meade], entonces esto ha agravado las cosas. Por otro lado, no hay un contrapeso en el Tribunal (...) entonces eso está generando una atmósfera muy negativa”, afirmó.
En tanto, Federico Dworak asegura que la designación de consejeros electorales y magistrados está prevista de esta manera en la legislación, pero agregó que algunos partidos han tratado de desacreditar ese proceso de toma de decisiones.
“Lo que tenemos también en el INE es una sobrerregulación por la desconfianza de los partidos”, dijo.
Horacio Vives, doctor en Política, comentó que hay un desencanto con las instituciones y con la democracia. Añadió que el gobierno actual tiene los niveles más bajos de aprobación de los últimos cuatro periodos.
“Hay una estrecha relación entre la insatisfacción que se siente y el desempeño del gobierno y la materia electoral no está exenta”, declaró el politólogo.
De acuerdo con Vives, el INE como institución ha cumplido al organizar las elecciones, capacitar a los mediadores y mantener el padrón electoral actualizado, pero el desencanto político está relacionado con la poca calidad democrática por parte de los partidos, que solamente aceptan los resultados cuando les favorecen.
En el caso de la popularidad de los consejeros electorales, su exposición mediática no es tan relevante ni determinante como el hecho de “que tomen las decisiones adecuadas para que se pueda desarrollar el proceso electoral”.
Añadió que no se debe olvidar que actualemnte el voto ciudadano sí tiene el poder del cambio y de castigo para el mal desempeño de los gobiernos.
Para el ex consejero electoral Arturo Sánchez no es así, el órgano electoral, dice, ha logrado mantener sus tareas y hace lo que le corresponde frente al proceso electoral que se vivirá en el país en julio próximo.
“No la veo desgastada, considero que el instituto está haciendo lo que le corresponde, que es organizar y llevar las elecciones de manera adecuada. Obviamente siempre va a haber críticas, quejas, creo que la credibilidad de este organismo se verá conforme avance el proceso electoral”, afirmó.
Si bien el Tribunal tiene asuntos importantes que resolver, como son los candidatos independientes y que dentro no hay una sincronización debida, lo que podría ocasionarles problemas, pero si se sincroniza y logra resolverlo pronto, no tendrán ningún problema.
En cuanto a la FEPADE, consideró que tiene al menos tres asuntos importantes: los candidatos independientes, en el asunto de las firmas, es tiempo de que lo resuelva para que, en caso de poderse registrar, se pueda hacer la promoción debida.
El segundo, el caso de Chihuahua, donde ha habido un choque entre gobierno y la físcalía y, en tercer lugar, evitar el uso de programas sociales para las campañas políticas.
¿Quiénes son los consejeros electorales?
Tras la reforma electoral, al integrar el instituto, el PRI propuso para el periodo de nueve años a Adriana Margarita Favela; el PAN a José Roberto Ruiz Saldaña y el PRD a Ciro Murayama. Para el siguiente periodo, de seis años, el PRI propuso a Marco Antonio Baños y Enrique Andrade González; el PAN a Benito Nacif y el PRD a Alejandra Pamela San Martín Ríos. Para ocupar sus cargos por tres años: el PRI postuló a Beatriz Eugenia Galindo Centeno; el PAN a Arturo Sánchez Gutiérrez y el PRD a Javier Santiago Castillo.
Posteriormente terminaron su gestión Arturo Sánchez, Javier Santiago y Beatriz Galindo e ingresaron Dania Ravel, Beatriz Zavala Pérez y Jaime, quienes hoy se mantienen en el cargo.
Entre los consejeros más expuestos mediaticamente se ubican el presidente, Lorenzo Córdova, Marco Antonio Baños, Ciro Murayama y José Roberto Ruiz.
Lorenzo Córdova
Su oposición a la reforma de 2014 no impidió que presidiera el órgano electoral. Es presidente del Consejo, doctor de investigación en Teoría Política por la Universidad de Turín. Ha sido académico de la Universidad así como un crítico y experto del sistema electoral mexicano.
Ya como presidente del INE, el consejero tuvo un traspié: en una conversación telefónica se burló de un líder indígena.
Ha protagonizado también desencuentros con los partidos políticos, recientemente por un ajuste presupuestal.
Marco Antonio Baños Martínez
Es licenciado en Derecho por la UAM; maestro en Políticas Públicas Comparadas por la Flacso y miembro fundador del Instituto Federal Electoral. Ha sido criticado por presidir un muchas comisiones en un mismo periodo y también por una supuesta cercanía con el tricolor, acusación que nunca le ha sido comprobada.
En la designación de los órganos electorales locales, se le acusó de formar un bloque que votó de la misma forma desde la computadora de uno de sus asesores.
Ciro Murayama Rendón
El consejero impulsado por el PRD ha sido señalado por el ex titular de fiscalización del IFE de realizar intromisiones en la Unidad Técnica de Fiscalización y mantener el control de ésta al presidir dos periodos la comisión encargada de este tema.
José Roberto Ruiz Saldaña
Ha estado en la polémica por pronunciarse en contra de diversas determinaciones del Consejo General y votar en sentido contrario al resto de sus compañeros.
Tribunal Electoral
La calificación de la elección estará a cargo de la Sala Superior del TEPJF, que está integrada por siete magistrados.
En varias ocasiones esta instancia ha revocado acuerdos del INE, por lo que ha sido cuestionado por los propios consejeros electorales, quienes han argumentado falta de claridad.
Janine Madeline Otálora Malassis
La doctora en Ciencias Políticas en la Universidad de Sorbonne se ha desempeñado en materia electoral desde 2006 y en 2016 el Senado la eligió magistrada electoral de la Sala Superior del TEPJF. Los especialistas han señalado el hecho de que aunque fue propuesta por el PRD, fue arropada por PRI y PAN.
El resto de magistrados son Felipe Alfredo Fuentes Barrera, Indalfer Infante Gonzáles, Felipe de la Mata Pizaña, Reyes Rodríguez Mondragón, Mónica Aralí Soto Fregoso y José Luis Vargas Valdez.