El mítico número 10 de la selección nacional busca anotar nuevamente y llevar a su vitrina el máximo galardón del juego político: la gubernatura del estado. En el primer tiempo Cuauhtémoc Blanco ‘gambeteó’ y dribló pero no escapó de los faules cometidos por una oncena Legislativa y su delantero Rodrigo Gayosso , que con sendas barridas pretendieron anularlo del juego.
De esos faules lo salvó el arbitro de la Suprema Corte y aunque todo empolvado y con golpes contundentes en las espinillas, el Cuau se levantó y siguió el juego, pero antes fue a la catedral de Cuernavaca a darle gracias a la Virgen de Guadalupe y a su manager, José Manuel Sanz , de librar el juicio político, la sanción mayor para un jugador de la política.
Pero el juego rudo comenzó en 2015, cuando el Cuau estrenaba su gestión como alcalde de la capital del estado. En el primer saque de banda el Cuau intentó tomar el control de la seguridad pública pero mordió el polvo porque Graco Ramírez se descolgó por la izquierda y le arrebató el balón. En una jugada ‘maestra’ el capitán de los amarillos tomó el control de la seguridad pública en 16 de los 33 municipios.
Pero ese quite del balón lo aprovechó Blanco Bravo en su beneficio y ahí comenzó su estrategia de victimizarse porque cada que le preguntan por la inseguridad en Cuernavaca , responde en automático que se encuentra en manos del gobierno del estado. Los fans en el estadio gritan y convalidan el argumento del 10.
Blanco Bravo abrió otro frente de batalla en junio de 2015 cuando decidió romper relaciones con su primer equipo, el Partido Social Demócrata (PSD), el cual partido lo colocó en la cancha de la política y lo llevó al poder. Un años después su manager lo transfirió para otro equipo chico, el PES, pero con un fuerte patrocinador en la Ciudad de México, dijeron en su momento.
Parecería que el Cuau podría jugar sin problemas y aspirar a una liga mayor para las elecciones de 2018, pero sus excompañeros del PSD revelaron a la prensa el jugoso contrato que presuntamente firmó por jugar bajos las siglas del PSD para la presidencia municipal.
Ahí empezó la batalla mas fuerte de la cancha porque su equipo se enfrentó a la oncena del Congreso de Morelos , cuyo objetivo era deponerlo del cargo, expulsarlo del juego por el tema del supuesto contrato millonario y por la presunción de que uso documentos falsos para acreditar su residencia en Cuernavaca.
Otra vez el Cuau se asumió como víctima y con un poco de llanto en su primer año de gestión, logró posicionar en el colectivo que todo lo que le pasaba tenía como objetivo impedir su participación en la contienda por la gubernatura.
Recientemente el Cuau se registró para el segundo tiempo del partido donde se jugará la titularidad del Ejecutivo y otra vez lo acusaron de incumplir con los requisitos para competir por la gubernatura, pero el Tribunal Estatal Electoral, otro arbitro que ha resuelto a su favor, pitó mas fuerte que el Instituto Electoral y le quitó el proceso.
Con ese acto, nuevamente el Cuau vendió la imagen de que el capitán de los amarillos, la banca y hasta fuerzas inferiores pretenden impedir que participe en la contienda y obtenga el triunfo en la final del 1 de julio.
Como están las cosas, dice el Director Técnico del equipo azul con naranja, Jaime Álvarez, nosotros elegimos derrotarlo en la cancha y dejar de victimizarlo.