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Cuernavaca, Morelos
De frente y sin atuendo formal, Víctor Manuel Villalobos Arámbula se ajusta a la imagen de técnico agropecuario o ingeniero extensionista (rama agropecuaria de quien va al campo y le da un plus al producto) que habla de la crisis del campo sin tecnicismos, directo. Sus interlocutores, campesinos que vienen de otros estados y de Morelos a escuchar su ponencia, asienten con la cabeza cuando expone la crisis agraria por la que atraviesa el país.
“El año pasado, 53 millones de mexicanos fueron catalogados en pobreza, casi la mitad de la población, y 24.7 millones en extrema pobreza. Eso significa que 21% de nuestra población se va a dormir con hambre. No es posible que esto pase en México, con esta potencialidad agrícola, pecuaria y pesquera”, dice en entrevista con EL UNIVERSAL, el pasado 25 de junio, el virtual secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural y Pesca (Sagarpa) del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, frente a un auditorio atiborrado de productores, líderes agrarios, técnicos e ingenieros.
Seis días antes de las recientes elecciones ofreció una conferencia magistral en la casa de campaña de Cuauhtémoc Blanco, virtual gobernador de Morelos.
En ese sitio, Víctor Manuel Villalobos, graduado como ingeniero agrónomo en la Escuela Nacional de Agricultura (ENA) y con máster en Ciencia Genética Vegetal por el Colegio de Postgraduados de Chapingo, Estado de México, habla de la obligada reingeniería que necesita la Secretaría de Agricultura.
“La Sagarpa perdió la rectoría, no representa al sector agrícola, no tiene una voz sustentada en el conocimiento del agua, banca, tratados comerciales. No tenemos un interlocutor que represente los intereses de los productores de México”, dice.
Destaca la corrupción rampante que existe en la dependencia federal en todos los niveles: “Este año su presupuesto es de 72 mil 200 millones de pesos, y si pudiéramos ejercerlo de manera eficiente y transparente muchos de los problemas que nos aquejan estarían resueltos, pero estos recursos se manejan con mucha discrecionalidad”.
A Villalobos lo acompañan más de 40 años de experiencia en agronomía, ciencias ambientales y economía agrícola. De acuerdo con su curriculum vitae, su trabajo científico lo llevó a ser uno de los fundadores de la North American Biotechnology Initiative (NABI), director del Cinvestav (unidad Irapuato) y secretario Ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem).
Afirma que el fortalecimiento del campo exige la participación de los jóvenes y de los miles de ingenieros agrónomos que se encuentran en el desempleo. Por eso anunció que en la próxima administración reforzarán los sistemas de becas para los jóvenes.
¿Qué objetivo tienen las becas?
—Andrés Manuel López Obrador quiere que los jóvenes vean en el campo este futuro; vamos a acompañarlos con becas, pero también vamos a acompañarlos para que a su vez vayan incorporándose a las actividades productivas y que formemos, junto con ellos, junto con los jóvenes, los grandes programas que vamos a desarrollar en el Estado, sean agrícolas, sean en función de los ornamentales; tenemos que ver la importancia de la agroindustria, tenemos que agregar valor.
¿De dónde saldrá el dinero para las becas de los jóvenes de este sector?
—El miércoles [antes de la elección], López Obrador se reunió con el Consejo Coordinador Empresarial y pactaron la firma de un convenio para invertir 110 mil millones de pesos para apoyar con becas a 2.6 millones de jóvenes, entre los que se considera al sector rural.
¿Qué cantidad de jóvenes podrían ser apoyados?
—Se trata de un proyecto que se va construyendo, pero datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de 2017 señalan que en localidades rurales viven alrededor de 6.9 millones de jóvenes. De ellos, se estima que alrededor de 3.4 millones están en el rango de la Población Económicamente Activa.
Como parte del impulso a este sector en el medio rural, el virtual presidente de México anunció que se apoyará a un universo de 2.6 millones de jóvenes, de la mano de las empresas. “Es el caso del sector rural, donde se considera a la agroindustria”, explicó Villalobos.
Usted habla de reclutar a los ingenieros agrónomos desempleados para apoyar al campo. ¿Cuántos piensan contratar?
—De acuerdo con la Red de Agrónomos 18-24, constituida durante la campaña de Andrés Manuel López Obrador para alimentar la propuesta sectorial, en México hay alrededor de 60 mil profesionistas con este perfil, de los que 50% está en funciones, es decir, un número similar se encuentra a lo largo de la República Mexicana con la posibilidad de sumarse a las nuevas tareas de extensionismo que prevé el gobierno entrante.
¿Cuáles son las metas inmediatas?
—Lo primero que haremos será buscar la autosuficiencia alimentaria y robustecer la economía de los productores rurales; incentivar la producción a través de asistencia técnica, aplicar innovaciones tecnológicas, garantías, créditos, seguros y oportunidades de comercialización para el grueso de pequeños agricultores y ganaderos del país. Con estas acciones, en el gobierno federal buscaremos la autosuficiencia alimentaria, disminuir progresivamente la dependencia de importaciones, dinamizar la economía rural y agroalimentaria y promover el bienestar de las familias del campo mexicano.
¿Qué productos exigen una atención prioritaria?
—El propósito inmediato es elevar la productividad del maíz, arroz, trigo, frijol y la leche, como alimentos de mayor prioridad, así como de soya, sorgo y carne de cerdo, entre otros productos que son fundamentales para el funcionamiento de las cadenas agroalimentarias.
También se aprovecharán las oportunidades en los mercados internacionales, ampliando la participación en los mercados en los que México se ha venido consolidando.
Aumentar la producción primaria implica también disponer de mayor infraestructura en el sector rural y abrir oportunidades de ocupación para el procesamiento, agregación de valor y la comercialización de los productos agroalimentarios para hacerlos llegar a los consumidores tanto en las zonas rurales como en el medio urbano.
Todo esto es parte del compromiso de Andrés Manuel López Obrador para cumplir con la premisa de que ‘el campo está llamado a ser la fábrica más importante del país’.
¿Cómo logrará aplicar la política de atención horizontal, de igualdad para todos los productores?
—Lo haremos mediante una agricultura inclusiva, porque hasta ahora el dinero destinado para la agricultura se queda en un reducido número de productores.
Vamos a hacer una agricultura diferenciada y anteponer una atención específicamente a productores pequeños que han estado desprovistos de estos apoyos por muchos años.
Para que esto sea posible vamos a tirar a la basura las reglas de operación que existen y vamos a hacer unas nuevas, que sean accesibles a todos, que entiendan y puedan saber a qué tienen derecho.
Villalobos Arámbula considera injusto que México se haya convertido desde el año pasado en el primer país importador de maíz, con la compra de 16 millones de toneladas, pero también 60% del frijol y 60% de arroz.
“El año pasado México fue situado en el segundo lugar en importación de leche en polvo, esto es lamentable y tenemos que pararlo. Por eso cuando Andrés Manuel López Obrador habla del rescate del campo para garantizar la seguridad alimentaria, se refiere a revertir esta situación lamentable de dependencia progresiva, que definieron en un principio de que en un país como México es mejor comprar los productos básicos del exterior porque son más baratos que producirlos”, concluye.