El precandidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya Cortés , rechazó que haya recibido algún beneficio económico por sus actividades en la fundación Por más Humanismo AC, como lo señala en un texto la revista Proceso, al decir que a través de ésta se hizo presuntamente un negocio inmobiliario millonario.
El panista sostuvo que el terreno que compró la fundación se adquirió de un particular, que a su vez lo había comprado a un ejidatario, por lo que “es absolutamente falso” que ese terreno haya sido expropiado a instancias del gobierno panista (2003-2009) cuando era secretario particular del ex gobernador Francisco Garrido Patrón, como lo indica Proceso.
Además de que la fundación Por más Humanismo AC, “jamás recibió un solo centavo de recursos públicos”, y que actuó siempre apegada a derecho y sin fines de lucro.
En un comunicado, Anaya Cortés acusó al PRI de estar generando “guerra sucia” a través de publicaciones en medios de comunicación, “no nos va a detener. El PRI está desesperado y ya no sabe qué hacer para levantar la campaña en ruinas de su precandidato, (José Antonio Meade)”, indicó.
El precandidato de la alianza conformada por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano (MC), agregó que la fundación Por más Humanismo AC, no aparece en su declaración ‘3 de 3’, debido a que cuando la presentó, ya había transcurrido más de un año y medio de haberse separado de la asociación civil.
“En fecha 15 de mayo de 2014, se celebró una asamblea general de asociados de la Fundación. Debido a que mis responsabilidades como servidor público requerían mi presencia permanente en la Ciudad de México, en esa fecha presenté mi renuncia como presidente y como miembro de la Fundación.
“Por lo tanto, a todas las potestades y atribuciones que como tal tenía. Asumió entonces la presidencia de la Fundación el señor José Luis Báez Guerrero, a la fecha presidente del Comité Directivo Estatal del PAN”, detalló.
Anaya precisó que al momento de separarse de la Fundación, ésta contaba con activos y deudas, y que el único activo era el inmueble referido en la publicación de Proceso, el cual se encontraba para ese entonces en proceso de construcción; mientras que los pasivos eran las deudas producto de los préstamos obtenidos para su edificación.
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