Un grupo de
estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de México participa en un concurso para asistir a la
Convención Marco de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Esto fue posible gracias a su proyecto
“Una tapa por una vida”, iniciativa para recolectar tapas de plástico, venderlas y donar parte del dinero a niños con
cáncer.
El proyecto fue creado por la organización
Eco Urban y fue seleccionado entre más de mil 500 propuestas a nivel mundial. Para ganar el concurso, la
organización social necesita que su video, donde explica el impacto de la iniciativa, supere en reproducciones a los audiovisuales realizados por sus competidores.
“‘Una tapa por una vida’ es una propuesta con más de un año de antigüedad. Recolectamos tapas de plástico a través de escuelas y empresas. Después las separamos y las vendemos a una compañía recicladora. Cuando recibimos el pago depositamos el 60 por ciento de las ganancias al
Fondo Económico de Ayuda al Cáncer Infantil (FEACI) para distribuir el dinero a asociaciones que atienden la enfermedad”, explica Derik Roa, presidente y fundador de Eco Urban.
El FEACI es un fondo creado por la propia organización y a través de éste se realizan las donaciones anualmente a diez instituciones que se encargan, por ejemplo, de ayudar a los pequeños a pagar su transporte a la Ciudad de México, donde reciben el tratamiento.
Según Derik Vilchis, egresado de la UAEM, hasta el momento son más de 500 niños quienes han sido beneficiados por el proyecto “Una tapa por una vida”.
Sin embargo, pese a las complicaciones que han enfrentado, Eco Urban se perfila para representar a México ante la
Organización de las Naciones Unidas por su labor ecológica y humanitaria.