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Atizapán de Zaragoza, Mex. "Si ha pasado por mi cabeza, retirarnos, pero le hice un juramento a mi padre. Fue su sueño formar un albergue y le hice la promesa a mi padre que iba a cuidar a sus animales y su albergue", dijo Ana María del Carmen Vargas Hernández, directora del albergue Pergatuzoo, de Nicolás Romero, donde han recibido extorsiones y amenazas.
Al salir de la Visitaduría de la Defensoría de Derechos Humanos del Estado de México, con sede en Atizapán de Zaragoza, explicó que después del pronunciamiento que hizo el Presidente Andrés Manuel López Obrador y la visita de elementos de la Guardia Nacional, la situación “volvió a caer en el limbo”.
“Ese mismo día, al parecer tenían planeado hacer algo en contra del albergue porque había más de 30 personas cerca, gente que no conocíamos y afortunadamente llegó la Guardia Nacional y se fueron. Pero ya no volvieron a pasar y ya estamos igual que antes”, agregó.
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Junto a José Francisco Ayala, velador del albergue, solicitaron las medidas de protección, mismas que consistirán en vigilancia afuera del sitio de 7:00 de la mañana a 7:00 de la noche y la colocación de un botón de pánico para pedir auxilio.
“Desde el primer día de las amenazas y que lo hice público, que hice la denuncia y al ver que no teníamos respuesta, ya nos dábamos por muertos y lo único que esperábamos es que cuidaran a los animales y siguieran el legado de mi padre”, puntualizó Vargas.
Por su parte, José Francisco Ayala, quien es velador del albergue Pergatuzoo desde hace diez años, indicó que el pasado 25 de marzo lo golpearon vecinos de la colonia Vicente Guerrero.
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“Me pusieron la pistola en la cabeza. Y le dije que si eso te da valor, pues jálale y me dio un cachazo en el ojo y en la cabeza. Terminé con once puntos de sutura en el ojo izquierdo y en la cabeza dos puntos”, expuso, al tiempo de puntualizar tuvo desprendimiento de retina y tuvo miedo de perder el ojo.
ss/cr