Chalco, Méx.— Ya no habrá más cheesecake, de tres leches, trufa, marmoleado o de chocolate en la pastelería de Miguel Ángel Nieves, porque el negocio que le costó crear y hacer crecer en más de 30 años no volverá a abrir sus puertas en la avenida José María Martínez, en la colonia Emiliano Zapata, donde las aguas negras acabaron con su patrimonio y la fuente laboral de sus 21 empleados.
La tormenta del sábado 17 de agosto que se registró en esa zona de Chalco anegó calles y comercios; al día siguiente él y sus trabajadores llegaron temprano al inmueble pues tenían que entregar varios pedidos para diferentes celebraciones, pero ya no lo pudieron hacer, porque el nivel del agua había aumentado en casi medio metro.
En su local tiene cámaras de videovigilancia y observó que los líquidos residuales habían penetrado al inmueble y arrasado con todo lo que ahí se encontraba. Refrigeradores, hornos, materia prima, utensilios y pasteles ya elaborados, listos para entregar, se habían echado a perder.
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Aún en las circunstancias en las que está ahora, Miguel Ángel es optimista, positivo y cree que saldrá adelante, porque sabe que hay familias de otras comunidades chalquenses que se quedaron sin nada y él espera que el seguro que contrató le resarza parte de las pérdidas económicas que sufrió.
“Me siento en paz porque pase lo que pase ya no puedo cambiar nada, es horrible esa sensación de ver que está lloviendo y no te puedes meter y si te metes puede ser peor. Sentí impotencia, yo sabía que toda la ayuda, poca o mucha del gobierno, estaba concentrada en las colonias y que no iban a desviarla para ayudarme”, dijo resignado.
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Una vez que ya pudieron ingresar al negocio se dieron cuenta de la magnitud de los daños y decidió deshacerse de todo.
Pasteles D’ Yola. Nuestra calidad hace la diferencia”, es el anuncio que aún está colocado en la fachada del comercio que no abrirá más en la zona inundada.