Chalco, Méx.— Sentado sobre una piedra afuera de su casa, José Martínez Valencia recordó el día que tuvo que sacar el cuerpo de su hermano con ayuda de familiares y vecinos mientras se abrían paso entre aguas negras que les llegaban hasta las rodillas.
José relató que aquella tarde, él y su hermano Jaime salieron a la calle 2 de marzo en la colonia Jacalones a tomar algo de aire y descansar luego de horas de alzar muebles y poner a salvo las pocas cosas que pudieron rescatar del paso del agua por su casa, cuando Jaime comenzó a sentirse mal; decidió regresar a su cuarto para acostarse y descansar un poco.
“Estábamos acomodando unas cosas allí dentro, me salgo con él y se sentó allí, cuando se sintió mal le dije ya métete. Se metió y ya no se paró”.
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Jaime Martínez Valencia, de 48 años, murió a causa de una enfermedad hepática con la que había luchado varios años, afirmó su hermano, y no pudo ser velado apropiadamente por su familia y amigos por las condiciones en las que estaba su hogar.
Ese mismo día llegó al centro de mando habilitado en las instalaciones de Protección Civil de Chalco la gobernadora Delfina Gómez para supervisar las labores de ayuda a la población; al lugar llegaron vecinos a pedir ayuda para poder sacar el cuerpo de Jaime.
Según las autoridades locales y federales presentes en la inundación, acudieron al llamado para retirar el cuerpo del fallecido, pero José y su familia negaron esta versión. “Todo lo pagamos nosotros, ni una pinche ayuda del gobierno ni nada, nos dejaron solos (...) lo tuvimos que sacar en una cobija, lo metimos a la caja y lo velamos como pudimos un día en la funeraria”.
El 28 de agosto José sacó con esfuerzos un colchón goteando y sucio para que se lo llevara la basura; el mismo donde su hermano se acostó antes de morir.
José y su familia conservan un pequeño altar en nombre de Jaime con sus cenizas, una fotografía en el patio, mismo que hace pocos días estaba inundado.