Nezahualcóyotl, Méx.— Aun cuando las autoridades locales lavaron y limpiaron cisternas de algunas viviendas de la colonia Campestre Guadalupana el fin de semana cuando se detectó una toma clandestina de hidrosina, los residentes aseguraron que el olor a combustible persiste en esos espacios donde se acumula el agua que utilizan para sus necesidades básicas.
“En el agua aún se percibe olor, no sabemos si es lo que quedó impregnado, no sabemos. La tenemos que utilizar así cómo está, no hay de otra, no tenemos agua. Cuando pusimos la bomba ya nos cayó agua, sí salió contaminada. Se veía así como grasita en el agua”, dijo Lucina, una de las vecinas de la calle 11.
El ayuntamiento descartó que el líquido en las redes se haya contaminado y represente algún riesgo para la población, pues el Organismo Descentralizado de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (ODAPAS) hizo un análisis que reveló que es apto para el consumo humano.