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Noé Rodríguez volvió a entrar a su casa luego de 15 días de haber tenido que dejarla atrás por la inundación y fue recibido por un profundo olor a putrefacción además de restos de animales muertos y gusanos nadando junto a sus piernas mientras se abría paso por su sala y comedor.
“Huele a muerte”. Así describió Noé Rodríguez Morales el olor que se percibe dentro de su casa de la calle Mayas, lote 12 en la colonia Culturas de México en el municipio de Chalco.
“Cuando dijeron que había bajado el agua sentí alegría y volví para poder empezar a limpiar pero no, está imposible, sólo bajó 10 centímetros el agua y otra vez va a llover y cuando entré a mi casa sentí tristeza. Dije, como en un ratito se acaba toda tu tranquilidad”.
Con lágrimas y una mano tapándose la boca para tratar de aminorar el hedor, Noé recorrió los pasillos de su casa, que también solía ser tienda de abarrotes, en búsqueda de algún objeto de valor que hubiera dejado atrás.
Solo encontró su hogar cubierto de podredumbre provocada principalmente por los cadáveres de sus 10 gallos, mismos que tuvo que abandonar y murieron ahogados a los pocos días.
“Tenía 10 pollos y los eché arriba de la jaula, pero ya estaban sueltos, me imagino que los animales pensaron que solo era un charco y murieron. Ahora tengo allí todo lleno de pollos, pero ya muertos”.
Ayer, los cuerpos de los gallos flotaban entre lo que queda de los muebles, la cocina y cuartos, dejando atrás un fuerte olor a descomposición. Además, se han acumulado decenas de gusanos de hasta 15 centímetros de color entre rosa y rojo que nadan en el agua estancada que cubre hasta medio metro de su casa.
“Esos animales se han formado en el agua, eso es un foco de infección. Por eso yo no había entrado a ver cómo estaba la casa”.
Noé afirmó que este tipo de insectos han salido del drenaje en días recientes, ya que algunos otros vecinos que han logrado entrar a sus casas también han reportado la presencia de animales en las aguas a pesar de que las autoridades han rociado las inmediaciones con químicos desinfectantes.
Él, al igual que otras familias en Chalco, ha tenido que dejar su casa a su suerte y vivir en el albergue de Culturas de México, ubicada a unas cuadras de su casa; solo llevó algunos objetos de valor que logró recuperar y artículos necesarios.
“No sé qué vaya a pasar ahora, esperemos que esto se solucione pronto, pero por ahora ya perdí mi casa, mi negocio, mis animales; mi vida”, expresó entre lágrimas.
