Otumba, Méx.—“No es más burro el que rebuzna que el que desprecia el saber; es más burro quien pudiendo no se ocupa en aprender”, dicen en Otumba.
Y es que en Otumba ven un burro y se les antoja el viaje, porque saben que entre menos burros más olotes.
Es el único lugar en el mundo donde cada 1 de mayo rinden homenaje a los animales de carga. Es una de las festividades más sui generis en todo el globo terráqueo.
Aunque los otros 364 días del año los borricos son utilizados para las labores del campo por sus dueños, pero el Día del Trabajo es dedicado para venerarlos.
Miles de personas acudieron al municipio ubicado en la región nororiente del Valle de México a la Feria Nacional del Burro que en este 2023 celebró su edición 58.
La coronación de la reina y el encendido de la fogata, fueron las primeras actividades del día.
Luego se jugo Polo en burro. El encuentro fue las Chivas contra el América, el triunfo fue de 8-6 para la primera escuadra pollina.
Después varios asistentes participaron en el concurso del rebuzno, una original competencia que ganó el que imitó mejor el sonido del asno, el público asistente fue quien premió con aplausos al ganador.
El concurso de burros disfrazados es la principal atracción del festival, en esta ocasión fueron inscritos 29 jumentos. Este año El burro faraón ocupó el primer lugar, los aplausos del público así lo decidieron.
El Dios y la princesa, El Burro Quetzalcóatl Burrobros y La Mini India María, fueron otros de lo animales que mayores ovaciones recibieron durante el desfile que hicieron por el Burródromo.
Burros ataviados de Medio Metro y Sonido Pirata también recibieron el reconocimiento de los visitantes que llenaron el sitio creado exclusivamente para esa festividad otumbense.
También, hubo carreras de burros y monta de asnos, algunos mujeres participaron en esta peligrosa competición y salieron airosas de la prueba.
La Feria del Burro surgió en 1965, por iniciativa de un grupo de habitantes de Otumba que se percataron de que el municipio, geográficamente, se encuentra en un área en la que en la época de la colonia era punto de encuentro de intercambios comerciales a través de un relevo de burros, con productos que iban de la Villa Veracruz a la Ciudad de México.
El asno está en peligro de extinción en esta región del Estado de México, según Germán Flores Souza, creador de Burrolandia, un santuario para la preservación de la especie que es único en Latinoamérica, pero enfrenta una crisis financiera, y ningún gobierno los apoya.