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Naucalpan, Mex.- En febrero del 2020, María Andrea Portillo denunció al padre de su hija por abuso sexual y a más de cuatro años apenas logró que se judicializara el caso, luego de afirmar existieron una serie de irregularidades en la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, para buscar se haga justicia para Karla, quien en ese entonces tenía dos años y medio de edad.
Los informes de atención psicológica con Karla, indicaban la existencia de indicios de abuso sexual, sin embargo, no daban vista para avanzar en el proceso legal y tras insistir y ampararse, consiguió que el hombre ya fuera citado a audiencia este jueves 8 de agosto, en un juzgado de Tlalnepantla.
En el primer careo, tras cuatro años y medio de buscar justicia para su hija, una juez de control fijó medidas cautelares como la obligatoriedad del sujeto de ir a firmar, una garantía económica de 80 mil pesos y la restricción de que no se puede acercar al domicilio de María Andrea.
Las convivencias y las terapias en el DIF continuarán ya que la menor está con personas especializadas y no existe un riesgo para ella, aunado a que existe una sentencia del juzgado familiar para que Karla siga viendo a su padre, agregó Portillo.
“Mi niña me empezó a decir que su papá le hacía cosquillas en su colita y se señalaba la vagina. Luego, en otra convivencia que se la llevó su papá, me dijo: mi papá me da besos en la colita”, contó en entrevista María Andrea Portillo, quien pide a las autoridades que no echen en saco roto el caso, escuchen a su hija y analicen las pruebas periciales.
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Al principio, dijo, creyó que la burocracia era lenta debido al inicio de la pandemia por COVID-19 y al pasar de los meses y los años, notó una tendencia de la autoridad investigadora a no avanzar y aseguró le dijeron que era una mujer despechada por la separación que tuvo con el papá de la menor, el cual sigue en contacto con ella a través de un centro de convivencias en Ecatepec.
“La ministerio público me llegó a decir que no era factible judicializar la carpeta porque no servía ningún informe psicológico que tenía mi hija, que lo único que podían hacer era mandar un escrito al juzgado familiar, en donde dijeran que mi hija podía tener convivencias supervisadas hasta los seis años y ya después de los seis años, si el papá le hacía algo, ya podría ser más creíble. Y entonces le pregunté si necesitaba que mi hija llegara violada”, declaró Portillo a EL UNIVERSAL.
Le llegaron a decir que estaba manipulando a Karla y ante la situación, a la menor le hicieron una segunda entrevista a través de video llamada con una psicóloga, donde narró que su padre le desgarró la ropa y le hacía cosquillas en la parte íntima, obteniendo un informe que permitió la judicialización del caso, lo cual sucedió un año después, trabando el proceso legal y ocasionando que el juez no vinculara a proceso sino que ordenara siguiera la investigación.
“El papá dice que yo la manipulo, en ningún momento lo ha sido. Les pido que vean las periciales, ningún perito o psicólogo ha dicho eso, escuchen y protejan a mi hija. Ella no quiere entrar al centro de convivencias y estando allá solo me piden que la motive a entrar”, comentó la madre de Karla.
La defensa legal del papá de Karla, solicitó la duplicidad del término que corresponde a 144 horas y el día martes 13 de agosto, la autoridad judicial resolverá si existen datos de prueba suficientes para vincularlo a proceso.
LL