Xonacatlán, Méx.—Desde que tenía año y medio de edad, Marco Antonio Ramírez Medina decidió que quería ser payaso. El amor desbordado de los niños hacia su padre al verlo llegar a una fiesta provocó ese sentimiento de pertenencia al espectáculo y gracias a su carisma, enorme sonrisa y picardía, ahora, con seis años de edad se ha ganado el corazón de muchos niños. Marcki, como es su nombre artístico, celebrará este Día del Niño como más le gusta: provocando carcajadas.

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“Me encanta ser payasito, porque me encanta hacer reír a la gente y lo que más me gusta son las sonrisas de los niños”, asegura a EL UNIVERSAL.

De acuerdo con su mamá, Jazmín Medina Torres, Marco era sólo un bebé cuando él solito se pintó la cara, se caracterizó como pudo y salió decidido a sumarse al espectáculo de su papá, Marco Antonio Ramírez Hernández, el payasito Frody y su hermana, Dafne Ramírez Medina, la payasita Esme. Su mamá también forma parte del show. Ella se encarga de la música, de las botargas y de la administración.

“Él veía que mi esposo se maquillaba y mi niña también. Un día empezó a caminar y agarró la brocha y se empezó a pintar. Yo le dije que estaba muy chiquito, pero desde ese día, así como estaba, todo rojito, con la brochita se fue maquillando. Me insistió en que quería ser payasito y le dije a mi esposo: ‘Si a él le gusta, hay que apoyarlo’”, cuenta Jazmín.

Comenta que poco a poco le han mandado a hacer ropa y otros trajes los han comprado, pues como son muy pocos los niños que se desempeñan como payasitos, no hay ropa adecuada, es muy rígida o poco llamativa, por lo que han optado por confeccionar su indumentaria.

Marco comenzó con intervenciones muy cortas durante el espectáculo de su papá. Gracias a que tiene mucha retención, se fue grabando algunas rutinas antes de entrar a escena. Además, su vena artística no se queda en las presentaciones, sino que estudia para tocar las botellas, las campanas, los guantes y tiene talento para el dibujo y la pintura.

Para Marco todo ha ido evolucionando de forma vertiginosa. Junto con su hermana tiene una cuenta de TikTok en donde suben contenido familiar y se ha viralizado tanto, que en su escuela ya es famoso. Tan solo en su última presentación en el turno matutino de la primaria Benito Juárez, en la que estudia el primer grado, se formó una fila de fans que le pidieron autógrafos.

“Ha tenido bastante éxito. La mayoría de la gente que nos contrata nos ha visto en otros espectáculos, a veces casi quieren que sólo vaya él. En la escuela, que es la más grande de todo Xonacatlán, sus amigos y conocidos se quedaron para pedirle autógrafos, no sabía qué ponerle”, relata la mamá de Marco.

Marcki cuenta que ese día sintió emoción, nervios y felicidad.

Además, es uno de los niños más destacados en la escuela, tiene buenas calificaciones y es muy simpático, por lo que sus maestras le tienen gran aprecio.

Marcki dice que le encanta ser payaso y aunque de grande le gustaría ser pintor, la verdad quiere mantener esta profesión como una segunda opción porque ser payaso le ha brindado la posibilidad de conocer más lugares y personas, además de sentir el cariño de la gente.

“Tampoco se debe de mentir para convivir”, dice cuando se le pregunta si le gusta hacer la tarea; sin embargo, sus papás confirman que es un niño estudioso que además, dibuja con el mismo talento con el que hace reír.

“Le gusta bastante dibujar, yo creo que ya lo trae en la sangre, no sé … luego ni creen que son suyos los dibujos”, comenta Jazmín.

Marcki no percibe dinero por su participación en los espectáculos, pues su única paga son los aplausos y las sonrisas de los niños, pese a ello asegura que no hay nada mejor que ser el payaso más pequeño de la familia.

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Su papá, Marco Antonio Ramírez, el payaso Frody, explica que tiene cerca de 20 años divirtiendo a los niños. En su familia son más de 20 las personas dedicadas a esta profesión y el talento de Marco los ha logrado unir, pues quieren impulsarlo. “Ven que somos muy queridos y muy esperados por los niños”, dice.

La inquietud por participar nació de sus hijos, entonces este matrimonio decidió apoyarlos.

“Actualmente, después de la pandemia, hay una gran demanda y todo mundo quiere hacer fiestas y llevar diversión a los niños. Yo creo que los más afectados fueron los niños durante la emergencia sanitaria, entonces ahora hay una gran necesidad de celebrar y que haya un espectáculo”, comenta Frody.

La comedia de estos payasitos es totalmente blanca, es familiar y sin reggaeton ni palabras altisonantes. Si bien respetan mucho la rutina de cada uno de sus compañeros, esta familia de payasos prefiere emplear un humor sano para divertir a la gente.

A Marcki y su familia se les puede encontrar en TikTok como Chiki Payasos Toluca.

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