Zumpango, Méx.— Tras una primera acción para estimular la lluvia, ante la sequía que se vive en el Cutzamala, los miembros de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) no han hecho más vuelos porque no ha habido condiciones atmosféricas para continuar la estrategia; sin embargo, prevén que la próxima semana se puedan reanudar.

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El 29 de marzo pasado fue la primera ocasión en que se rociaron los químicos (yoduro de plata con acetona) y se estimuló la lluvia. “Había pronósticos de 3 a 4 milímetros; cayeron de 6.3 a 13 milímetros, entonces se lograron rehidratar los mantos freáticos, se logró incrementar el cauce del Río [Lerma], pero [en] los niveles de la presa todavía no se ve reflejado debido a todo el déficit que traemos de varios días”, explicó el capitán segundo de la Fuerza Aérea y meteorólogo, Ricardo Torres Padilla.

Los sobrevuelos, que despegan de la Base Aérea de Santa Lucía, se realizan en un avión King Air 350 I, que pertenece al Escuadrón 702, que fue adaptado con un sistema de aspersión de lluvias.

El capitán primero de la FAM, Édgar Alejandro Lozano Pech, y el capitán segundo Roberto Ocampo son los pilotos encargados de tripular la aeronave.

“El sistema de estimulación de lluvias, como tal ese es el nombre, es llevado en el avión King Air 350 I, se encuentra adaptado en la parte interna con dos tanques, uno es un tanque que tiene presión de aire, es el que impulsa lo que está en el segundo cilindro; en el segundo tanque se encuentra yoduro de plata en una disolución acuosa con acetona. Con la presión de aire que se tiene en el primer tanque es impulsado a la parte trasera del bimotor, donde ya se tiene una línea con un sistema de aspersión al final.

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“El proyecto es al momento de realizar el despegue, ya después de haber analizado las condiciones metereológicas se procede a irse al polígono de tiro con un planeamiento preestablecido para lo que es la estimulación, dependiendo de la dirección del viento, el horario en el que se vayan a dar las mejores condiciones, se necesita de 60% a 70% de nubosidad para que este sistema funcione”.

Las nubes a las que se deben rociar los químicos son nimbostratus o de desarrollo vertical, de preferencia las segundas porque son las que presentan la mejor formación para que pueda llover. La aeronave en la que viajan dos especialistas de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), además de otros dos tripulantes de la FAM, pasa en medio de la nube para rociar los químicos.

Trasladan 100 litros de yoduro de plata y tardan aproximadamente dos horas y media en vertirlo en las nubes. Tras vaciar los químicos empieza a llover en un lapso de entre 10 a 15 minutos y la duración de la tormenta es de 20 a 25 minutos.


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