Tultepec, Méx.— Mil 500 huesos de más de 14 mil 700 años de antigüedad son piezas de un rompecabezas en las que el arqueólogo Luis Córdoba Barradas, en un trabajo minucioso y en conjunto con personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del municipio de Tultepec, han logrado recrear 14 mamuts, localizados en trampas creadas en la prehistoria por cazadores en el exlago de Xaltocan.
El descubrimiento de dos trampas para mamuts fue realizado por trabajadores de Tultepec durante la excavación de lo que sería un confinamiento de basura, en febrero de 2019, en el ejido de Xahuento, quienes con sorpresa encontraron huesos gigantes, de cráneos, dentaduras y defensas que la gente suele llamar colmillos, indicó Córdoba.
Justo sobre este hallazgo el arqueólogo acaba de publicar el libro Sitios Prehistóricos de Tultepec I y II: trampas para cacerías de mamuts, procesos de destace y rituales en el norte de la Cuenca de México, que incluye mapas, fotografías del descubrimiento y líneas de tiempo de la convivencia del hombre con los mastodontes.
Las palas de los trabajadores de Tultepec dejaron al descubierto uno de los hallazgos arqueológicos más importantes, que ha permitido documentar la actividad de los primeros grupos de humanos que habitaron la Cuenca de México hace casi 14 mil 700 años, señaló.
Ni la pandemia por Covid-19, que paralizó la mayoría de las actividades en México y en el mundo, detuvo los trabajos de exploración, investigación y salvamento arqueológico en las trampas de mamuts en el ejido de San Antonio Xahuento, llamado Tultepec II, donde investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), apoyados por trabajadores de este municipio lograron extraer, proteger, restaurar y clasificar mil 500 huesos de 14 diferentes mamuts, indicó Córdoba Barradas, quien fue comisionado por el INAH para encabezar este proyecto.
Hoy a casi cinco años de este descubrimiento, el trabajo meticuloso de rescate e investigación han permitido no sólo vislumbrar la organización y el trabajo planeado del hombre prehistórico de crear trampas para cazar mamuts, que eran destazados y les servían de alimento, sino que además serían motivo de rituales de agradecimiento a estos mastodontes.
El trabajo arqueológico permitió detectar dos trampas, cada una de unos 25 metros de largo, por 10 metros de ancho, con una profundidad de 1.70 metros de profundidad, de donde los antiguos pobladores habrían extraído unos 400 metros cúbicos de tierra para atrapar mamuts, explicó el especialista.
Este hallazgo da cuenta que eran grupos organizados de cazadores sedentarios, que dejaron de ser nómadas al planear la cacería a mediano y largo plazo en un mismo lugar, con la construcción de estas trampas en las que atrapaban mamuts que les garantizaba la alimentación de muchos días, detalló.
En estas trampas, los investigadores del INAH detectaron herramientas de hueso y un ritual en torno al cráneo de un gran mamut que habría tenido unos 45 años de edad, alrededor del que colocaron vértebras en un ceremonial de agradecimiento, señaló Luis Córdoba.
Además, en la excavación de las trampas de Tultepec II, en distintos estratos de tierra, localizados a una profundidad de hasta siete metros, hay cenizas de erupciones volcánicas que podrían ser del volcán de Santa Catarina, cerca de Iztapalapa, ocurrida hace unos 28 mil años; del Popocatépetl hace 14 mil 700 años y la del Nevado de Toluca hace 12 mil 500 años, por lo que se deduce la antigüedad de los mamuts localizados en este sitio, ubicado a casi 130 kilómetros del Popo, apuntó.
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Mamuts esperan su nuevo museo
Luego de la extracción, clasificación, restauración de mil 500 piezas, este acervo prehistórico permanece en un almacén, que se convirtió en taller de restauración en espera de que sea terminado el Museo del Mamut (Mudema), ya que fue demolido el que ya existía en el barrio de San Rafael de este municipio pirotécnico.
El nuevo museo deberá inaugurarse a principios del próximo año, en una superficie de unos mil metros cuadrados, donde se van a erigir dos mastodontes que llegaron a medir 3.5 metros de altura por seis metros de largo.
Tolín, el primer mamut localizado en Tultepec en 2016, también formará parte del Mudema, donde se va a recrear la actividad de los antiguos pobladores como cazadores que construyeron trampas, el contexto de los rituales en torno a estos animales prehistóricos, las enfermedades detectadas en los huesos de estos animales que se extinguieron hace 10 mil años, su sexo y antigüedad, indicó el arqueólogo del INAH.
Córdoba, el arqueólogo de los mamuts
Por más de 30 años, Luis Córdoba ha documentado e investigado los hallazgos de 731 mamuts en el noreste de la cuenca del Valle de México, en lo que fue el Lago de Xaltocan y el de Zumpango, territorio que va desde Cuautitlán Izcalli, Huehuetoca, Coyotepec, Teoloyucan, Melchor Ocampo y Zumpango, pasando por Tultitlán, Tultepec y Coacalco, Nextlalpan, Tonanitla, Santa Lucía, Ecatepec, Tecámac y Tepexpan.
Recordó que ha trabajado en 10 excavaciones e investigaciones de mamuts encontrados desde 1990 en Coacalco, donde en Potrero de La Laguna se localizaron restos de dos animales.
En 1991 se localizaron restos de cuatro mamuts, uno de ellos casi completo en San Pablo de Las Salinas, en el municipio de Tultitlán donde se creó un museo de sitio; también en la década de los 90 se excavaron tres en Ecatepec dos de ellos en la colonia Guadalupe Victoria, municipio donde también se creó un museo; posteriormente, en Nextlalpan se hallaron restos de tres mastodontes y finalmente en dos sitios de Tultepec, el primero, Tolín, fue localizado en 2016 y el de 2019, en Tultepec II, con restos de 14 animales prehistóricos.
En cada una de estas excavaciones y exploraciones, el arqueólogo ha realizado un trabajo de difusión didáctica con cientos de estudiantes de educación básica, quienes han visitado cada uno de estos sitios.