Toluca, Méx.- La tradición de bendecir cruces y figuras de palma el Domingo de Ramos, previo al inicio de la Semana Santa, ya no es un oficio redituable, ni siquiera reconocido por las autoridades, pues de acuerdo con algunas de las mujeres dedicadas a tejer la palma blanca, ya no tienen un sitio donde vender sus productos, la gente jóven se olvidó de este tipo de rituales y tras la pandemia se ha convertido casi en un viacrucis poder vender sus figuras.
Tomasa Atilano aprendió a tejer palma a los ocho años de edad, su mamá le enseñó a tejer. Ahora tiene cerca de 44 años siguiendo la tradición, aunque reconoció que desde hace casi cinco años el ayuntamiento les canceló los permisos para instalarse en el centro de Toluca o el Mercado Juárez - cerca de la Terminal de Autobuses -, por lo que difícilmente logran las ventas pasadas, pues fueron confinados al centro de la delegación de San Cristóbal Huichochitlán, en la región norte de Toluca.
En el centro de esta delegacion otomí, lejos de la zona urbana de la capital mexiquense, se instalaron apenas unos cuantos puestos con figuras como cristos, virgencitas, además de algunos tejidos novedosos de color morado, que en algunos casos destacan dentre lo verde de la palma seca y la tradicional color paja, que es la más vendida.
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“Ustedes ven que no hay gente, no hay nada de venta. Con esta actividad ya no ganamos lo mismo, quién sabe si se está cambiando de religión o qué está pasando, para la época que es deberían haber más puestos vendiendo y más gente comprando”, comentó.
Gente mayor murió por Covid y jóvenes ya no están interesados
En la familia de Tomasa sus cinco hijas se dedican a tejer, porque con la palma seca o fresca venden las figuras que van de 10 centímetros hasta ocho metros, también tienen contratos por mayoreo, además realizan pedidos para las iglesias, pero no siempre tienen este tipo de compras, lo que les impide seguir adelante con su actividad.
“Antes venía mucha gente de Querétaro, Veracruz, la Ciudad de México, pero ahora están muy bajas las ventas y creo que es porque con la enfermedad (Covid 19) mucha gente mayor que tenía la costumbre de bendecir su palma se murió y los jóvenes ya no están interesados”, comentó.
Para los artesanos el costo de la palma blanca redujo, pues ante la poca venta, hubo pocas personas que buscaron comprar el material, que comienzan a comprar desde agosto cuando inicia la producción de las figuras.
Es una especie que compran en el sur de la entidad, en la zona de Tejupilco, donde cultivan este tipo de planta y si bien en San Cristóbal también realizan sombreros, además de sopladores de anafre y otros productos, las figuras para bendecir en esta temporada son las que más ingresos les daban anteriormente.
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