Naucalpan, Méx.— Una playa llena de basura y animales muertos, así como malos olores ha dejado la sensible baja en el caudal de la , que ha perdido casi 40% del agua que tenía hace una década, lo cual preocupa porque es muestra de la degradación del Bosque de Agua y de los ríos que desembocan en este embalse, señaló Eduardo Espinosa Medel de la Comisión de Cuenca.

La situación está dejando al descubierto antiguos postes de energía eléctrica y troncos de árboles que quedaron bajo el agua hace siete décadas —en 1959—, fecha en que se construyó dicha presa ubicada entre los municipios mexiquenses de Naucalpan y Atizapán de Zaragoza.

Patos, peces muertos, plásticos, zapatos, partes de computadoras, cobijas, llantas de autos e infinidad de botellas de pet han quedado como una “playa” de basura, en amplias zonas desecadas de la presa Madín, donde pese al mal olor aún hay personas pescando, documentó EL UNIVERSAL en un recorrido por este embalse.

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Hoy son visibles marcas en rocas que dan cuenta de una baja de más de tres metros, que ha sido notoria en los últimos meses, indicó el gerente operativo de la Comisión de Cuenca Presa Madín.

“Nos preocupa el bajo nivel que tiene la presa Madín, así como la contaminación de su agua”, lo que tiene que ver con el deterioro de los bosques de Jilotzingo que forman parte del Bosque de Agua, que abastece a los ríos, cuyo caudal bajó considerablemente durante la sequía y por los incendios, señaló Eduardo Espinosa, experto en economía ecológica y ambiental.

Además, el caudal del río Tlalnepantla es “ordeñado” por piperos, reduciendo la cantidad de agua antes de que llegue a la presa, lamentó.

La contaminación que ahora se ve y huele en presa Madín, se debe a más de 30 drenajes de fraccionamientos, desarrollos comerciales y escuelas de Atizapán y Naucalpan que descargan sus aguas negras aquí; así como por la llegada sin control de lixiviados del basurero metropolitano de Tepatlaxco, señaló Espinosa Medel.

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Hace 20 años, la presa estaba llena a 142.22% de su capacidad, lo mismo ocurría hace una década en que registró 141.3% de agua, es decir, tenía más líquido para el que fue planeada, de acuerdo con un análisis realizado por EL UNIVERSAL del Sistema de Monitoreo de Presas de México de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

En los últimos cinco años, el embalse registró un llenado de entre 99% y 100%; sin embargo, a partir de este año su caudal bajó hasta 73% en abril y el 20 de junio fue de 87%, de acuerdo con datos de monitoreo de la Conagua.

Esta baja en el caudal provocó que fuera visible un alga de color azul y verde que emana un olor intenso, por lo que personal del Departamento de Calidad del Agua del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Atizapán de Zaragoza (SAPASA) realiza estudios del agua, “para determinar el grado de toxicidad”, esperando obtener resultados en tres semanas.

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