De cada 100 feminicidios, 60 ocurren en el Estado de México, señaló la abogada feminista Gabriela Amores Moya, por ello en la marcha del 25 de noviembre de las 3 mil siluetas de víctimas de más de la mitad son de mexiquenses.
Rumbo al 25 N, madres, hermanas e hijas de víctimas de feminicidio señalaron la violencia procesal a la que se enfrentan en juicios donde los feminicidas gozan del beneficio de los derechos humanos, pero no así las familias de niñas, jóvenes y abuelas asesinadas, en conferencia celebrada en el Museo de la Mujer.
Las madres de Wendy de Xonacatlán, Lupita de Almoloya de Juárez y de Andrea de Nezahualcóyotl también participaron en esta conferencia donde señalaron los privilegios procesales con los que cuentan los feminicidas de sus hijas.
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De acuerdo con datos del Observatorio Nacional del Feminicidio en los últimos tres años han fallecido 20 mil mujeres y solo en 1% de los casos hay un proceso digno, señaló Gabriela Amores Moya abogada especialista en derechos humanos de las mujeres.
Este nuevo sistema penal acusatorio mantiene en permanente victimización a las víctimas, pues constantemente afecta su dignidad con investigaciones y peritajes deficientes, mientras otorga muchos beneficios a los victimarios con penas reducidas.
Lorena Gutiérrez madre de Fátima, una niña que fue asesinada en Xonacatlán el 5 de febrero de 2015 y años después el 24 de noviembre del 2020 sufrió la muerte de su hijo Daniel por negligencia médica, cuando tuvieron que salir de su casa por amenazas de la familia de los victimarios.
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“Me siento muy mal porque le he fallado a mi hija, después de su asesinato han muerto 30 mil mujeres víctimas de feminicidio, incluso el 1 y 2 de noviembre dos mujeres fueron asesinadas” en el Estado de México, lamentó Lorena.
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