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Acolman, Méx.— Con un bastón que le sirve para apoyarse porque no puede caminar aún debido a las quemaduras de segundo y tercer grado en piernas, muslos y genitales que sufrió el 18 de noviembre, cuando dos de sus compañeros le rociaron gasolina y le prendieron fuego, en una escuela de mecánica de Texcoco a la que acudía, Cristian quiere dejar en el pasado lo que ocurrió y recuperarse completamente para rehacer su vida.
El martes salió del Hospital Rubén Leñero de la Ciudad de México en el que lo sometieron a dos operaciones y por la noche regresó a su casa, ubicada en el municipio mexiquense de Acolman, de la que se ausentó 18 días.
Antes, visitó la Basílica de Guadalupe para agradecerle a la Virgen de Guadalupe, de la que es ferviente creyente, que le haya permitido superar ese trance. Durante las horas que estuvo en el hospital, las cuales se le hicieron eternas, siempre le pidió a la morenita del Tepeyac que no lo abandonara, por eso quiso ir al recinto mariano a rendirle tributo.
En esos momentos de agobio le pasaron muchas pensamientos por la mente, desde el arrepentimiento por escoger esa carrera y esa escuela, hasta culparse por lo que le sucedió en el colegio.
Ya en su vivienda del fraccionamiento Real del Valle, en la que vive con sus padres y hermanos, el joven de 18 años reconoce que no quiere saber nada de la escuela de mecánica, ni de arreglar motos que era el oficio que quería aprender, ni de los compañeros que lo agredieron, quienes se burlaron de él por no tener uno de esos vehículos.
“Tengo que echarle ganas para estar al 100% y seguir. Nada más recuperarme y seguir con el sueño de la barbería y enfocarme en eso”.
Aunque quiere cerrar ese capítulo de su vida, Cristian pide a las autoridades judiciales que los dos presuntos responsables de la agresión sean castigados por lo que le hicieron. Uno de ellos ya fue detenido y enfrenta un proceso en libertad por pagar una fianza de 100 mil pesos, pero el otro sigue prófugo.
El próximo viernes Cristian regresará al Hospital Rubén Leñero donde le harán otra curación de las quemaduras que tiene en su cuerpo; el diagnóstico de los especialistas es que va en franca mejoría.
René, padre de Cristian, clamó ayuda a los tres niveles de gobierno, pues para la rehabilitación posterior requiere de recursos, de los cuales carece porque por lo ocurrido su esposa perdió el empleo y él no ha podido laborar.
“Hoy por hoy, ahorita que está Cristian aquí, no tenemos ni para comer porque no hay dinero, no hay trabajo, entonces los familiares, amigos, vecinos, nos hicieron favor de aportar dinero”.
“Ahorita se vienen los gastos fuertes, muy fuertes para Cristian porque cada parche cuesta 5 mil pesos y se le ponen 17 imagínense cuánto tengo que gastar en dos meses, nada más en dos meses, o sea mucho dinero, si me pueden ayudar con eso sería sensacional”, comentó.
Las autoridades de la escuela de mecánica de Texcoco ya no brindaron ayuda a Cristian, la póliza sólo se hizo cargo de los primeros gastos de la clínica privada a la que fue llevado de emergencia el 18 de noviembre.