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Chalco, Méx.— Pablo Ramírez Cruz de 75 años y su esposa María Antolina de 70, siguen viviendo en la calle Mexicas de la colonia Culturas de México para evitar el robo y rapiña de las pocas cosas que pudieron recuperar de su hogar a 21 días de que Chalco quedara bajo aguas negras.
“Había la opción de irnos al refugio, pero se dio esta opción de vivir en la casa de la vecina porque ella sí se fue y nosotros nos quedamos para cuidar su casa y la nuestra”.
Pablo Ramírez vive en el segundo piso de la casa de su vecina desde hace dos semanas y para llegar al cuarto improvisado que instaló para él y su esposa, tienen que subir ambos unas escaleras de madera que conectan la azotea vecina con el patio de su casa, en donde el agua alcanza hasta medio metro.
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“Solo logramos rescatar algo de ropa, cobijas, algunos recuerdos. Todo lo demás se quedó bajo el agua, es feo dejar el lugar donde vives, dejar tu nido, no es una cosa fácil”, lamenta.
Cada vez que Pablo y su esposa tienen la necesidad de salir de su casa, ya sea para buscar atención médica, bañarse o conseguir algunos suministros, necesariamente tienen que utilizar una pantalonera que les cubra desde los pies hasta el pecho para, después, bajar las escaleras de madera ya podrida y adentrarse en las aguas negras que cubren su calle y las aledañas.
“Lo más difícil de seguir acá es el sanitario; no te puedes bañar, no puedes lavar trastes, no puedes hacer del baño. Tenemos que ir al mercado o si es muy urgente lo echamos hacia abajo”, relata.
Pablo también señala que, debido a la acumulación de agua en la planta baja, los mosquitos han proliferado, por lo que recurren a untarse grandes cantidades de repelente para poder conciliar el sueño, en unas colchonetas que coloca en el suelo de la azotea.
“El olor es realmente fétido porque se trata de aguas negras, agua sucia y en la calle como quiera circula porque la están succionando, pero en las casas se está fermentando y la proliferación de los mosquitos es bastante”.
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