Es 20 de noviembre y el calendario marca un aniversario más del inicio de la Revolución mexicana, la primera del siglo XX en el mundo y un suceso que cambió el rumbo del país.
La Ciudad de México rindió tributo a este hecho con el icónico Monumento a la Revolución , y para conmemorar estos 112 años, te contamos qué actividades hay en el interior de este histórico edificio.
En Destinos, tuvimos la oportunidad de platicar con Roberto Tinoco, gerente del monumento. Él nos contó sobre su historia, su significado y la oferta de experiencias para el visitante.
Si pensabas que la historia es aburrida, créeme que el Monumento a la Revolución te cambiará el chip cuando descubras rincón por rincón su construcción.
“Dentro de la misión y visión que tenemos es transmitir un conocimiento al visitante, crear una expectativa distinta, que se rompa la barrera de los espacios culturales donde te dicen ‘ve, pero no toques’, y mantener el monumento ”, dice Roberto Tinoco.
Cuenta que, a partir del 2010, con motivo del centenario de la Revolución , el conjunto del monumento y la plaza fueron remodelados: “lo que buscamos en cada uno de los rincones es que vayas descubriendo ese espacio (que hace años) estaba abandonado, descuidado, y que fue intervenido de manera que se respetó lo místico del monumento, con otro giro", relata.
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Ahora, “ya tiene vida, tiene espacios de vinculación cultural” como la Plaza de la República y el Museo Nacional de la Revolución ”.
Alista las piernas porque hará falta subir y bajar escaleras, a veces en espacios estrechos durante un recorrido laberíntico, a media luz en ciertos momentos. Las vistas y el paseo inmersivo por la historia y curiosidades del monumento te van a sorprender.
Comienzas desde abajo, literalmente. El guía te llevará caminando por los cimientos en medio de varias hileras de pesadas vigas de acero (cada una de 45 toneladas) traídas desde Nueva York. Mira hacia el techo, algunas partes están cubiertas de espejos.
En este espacio, conoces la historia del monumento , sus pasillos subterráneos decorados con la exposición de instalaciones de escopetas y balas de cristal llamada “Bajo la mira” del arquitecto Andrés Mier y Terán. Curiosamente, las escopetas no cuentan con gatillo ni mira, pues según el creador, lo peligroso no es el arma, sino quien la empuña.
El monumento fue mandado construir por Porfirio Díaz. Bajo la influencia de la arquitectura europea, tenía en mente un edificio enorme y suntuoso que albergara el Palacio Legislativo Federal. Se pusieron manos a la obra en 1897, pero llegó la Revolución y la obra quedó inconclusa.
Más adelante, en 1936, fue convertida en un mausoleo. En sus columnas descansan los restos de personajes importantes de aquella lucha, aunque, más adelante, fueron trasladados, para su eterno descanso, otras figuras destacadas de la historia de México. ¿Te son familiares los nombres de Francisco Villa, Venustiano Carranza, Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles y Francisco y Lázaro Cárdenas?
Subimos por el elevador de cristal de 55 metros de altura. Además, de brindarte una vista panorámica, te llevará al primer recibidor: el deambulatorio, debajo de la primera cúpula.
Dimos un paseo de 360 grados admirando más escopetas y la linternilla superior, para luego bajar escaleras y contemplar una panorámica desde las aspilleras , donde se colocaron telescopios para contemplar parte de la Ciudad de México.
Bajamos escaleras (no aptas para claustrofóbicos) y el premio fue increíble. Cuatro terrazas flanqueadas en cada esquina por esculturas de Oliverio Martínez, representando momentos revolucionarios del país: Independencia, Leyes Agrarias, Leyes de Reforma y Leyes Obreras.
¿Mi recomendación? Subir al atardecer. Desde mi experiencia, la ciudad se pintó de tonos naranjas, morados y azules, el Sol se despide y el corazón agradece una postal de esta categoría.
El punto más alto del monumento es la linternilla, con 65 metros . En el camino, subimos por el antiguo riel del segundo elevador curvo en el mundo de su época.
Ya arriba, vimos la estructura abollada por un rayo que le cayó 2010 y un balazo que, hasta hoy, se desconoce quién y cuándo se lo dio. ¿Lo mejor? Nuevamente la vista en un mirador más chiquito pero completamente de 360 grados.
Durante este recorrido te llevarán a una pequeña sala con dos figuras de cera en tamaño real de Pancho Villa y Emiliano Zapata, recreando el momento en el que Villa se sentó en la silla presidencial en 1914, mientras que Zapata rechazó hacerlo.
A partir de ahí, nuevamente caminamos entre metales, vigas, soportes, reducidas escaleras y mucha historia. Todos conocemos la famosísima Torre Eiffel de París. Bueno, pues aquí estarás en algo similar pero “forrado”, como califica Roberto Tinoco al monumento .
Bajamos por el elevador, nos despedimos. Al estar fuera del monumento, caminé unos pasos en dirección a Avenida Paseo de la Reforma, volteé a ver la majestuosidad del monumento y pensé: “¿de verdad estuve explorando el interior de todo eso?”.
En el mirador se encuentra el Café Mirador ‘Émile ’, en honor a Émile Bénard, quien estaría a cargo de toda la obra del Palacio Legislativo. Ofrece crepas y bebidas.
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A un costado del elevador en planta baja, se encuentra Café Adelita. Aquí sirven típicos tortas, chilaquiles y más.
El último domingo de cada mes se lleva a cabo ‘Amaneceres Monumentales’ , una actividad donde verás el amanecer desde la linternilla. Tendrás un par de coffee breaks (al inicio y al final) y un recorrido al monumento. El precio es de $500 pesos por persona.
Para disfrutar de la estructura del monumento , la entrada es de $120 pesos por persona. La cuota con descuento, aplicable para niños menores de 13 años, estudiantes, profesores y adultos mayores (con credencial vigente) es de $100 pesos. Niños menores de tres años no pagan.
¡ Todos los días ! Lunes a jueves de 12:00 pm a 8:00 pm; viernes y sábados de 12:00 pm a 9:00 pm; y domingos de 11:00 am a 8:00 pm. Incluso en tiempos del Mundial, con el FIFA Fan Fest en la Plaza de la República, el monumento continúa con sus operaciones normales.
No dudes en ir, pues Tinoco dice que “estamos en un 30-40% de nuestra capacidad de lo que éramos antes de la pandemia. Es muy importante que nos visiten”. Así que podrás disfrutarlo, por el momento, sin tanta gente.
“El monumento , al ser originalmente planeado para no recibir visitantes, tiene sus limitantes (para personas con discapacidad)”, cuenta Tinoco. Los niños menores de 1.10 metros, tampoco pueden acceder a la linternilla por cuestiones de seguridad.
Se recomienda llegar, al menos, una hora antes del cierre para que puedas disfrutar del recorrido completo sin prisas ni contratiempos.
“El Monumento representa la evolución que hemos tenido como país, como ciudad, como comunidad. Estamos evolucionando y nos hemos estado adaptando [...] Nosotros (la gente) hacemos que este monumento tenga vida y tome importancia ”, finaliza Tinoco.
Ubicado en Plaza de la República s/n, en la colonia Tabacalera, alcaldía Cuauhtémoc, CDMX.
Tel. (55) 5592 2038 y mrm.mx
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