En marzo de este año, Elena Larrea, la famosa activista, rescatista y defensora de los derechos de los animales, y fundadora del santuario Cuacolandia, falleció. Ella impulsó una ley (que ahora lleva su nombre) que penaliza la zoofilia y maltrato animal en Puebla.
A más de 6 meses de su partida, el santuario, ubicado en el pueblo mágico de Atlixco, en Puebla, le rinde homenaje con un altar artesanal en el que se representan los animales que defendió en vida y una Catrina elaborada en cartonería. También ofrece a los visitantes una experiencia que incluye una convivencia con algunos caballos y un recorrido guiado por sus instalaciones.
Cuando era una niña, Elena aprendió a montar a caballo y de ahí surgió su amor por los equinos, que a la postre se convertiría en activismo en pro de los derechos no solo de los 'cuacos', sino de los animales en general.
Con el tiempo, fue generando 'ruido' en redes sociales por el contenido que creaba y empezó a colaborar con rescates de diferentes especies, hasta que en 2020 fundó Cuacolandia, un santuario para caballos rescatados del maltrato y explotación.
Las primeras acciones del santuario comenzaron con la recepción y rehabilitación de caballos carretoneros y jaladores de calandrias que provenían de Morelos y Acapulco.
Desde entonces, más de 320 ejemplares han sido rescatados, entre los que también se encuentran (en menor medida) burros, becerros, perros, gatos e incluso cerditos.
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Desafortunadamente Elena Larrea ya no está, pero Cuacolandia continúa con sus actividades en defensa de los derechos de los animales, manteniéndose principalmente de donaciones y las experiencias que ofrece en sus instalaciones.
Durante estos días, las actividades del santuario rinden homenaje a su labor y a los animales que rescató en vida.
Cuacolandia montó varias decoraciones con flores de cempasúchil locales (Atlixco es gran productor de este flor, símbolo del Día de Muertos) y con otros motivos de la temporada, además un altar de 2 metros de alto por 4 de ancho, elaborado por la artista Blanka Dulovecz-Horváth.
En esta ofrenda hay una Catrina de cartonería de tamaño real que representa a Elena, la cual está acompañada por esculturas de animales que fueron rehabilitados por la activista.
Un guía te explica en qué consiste cada elemento y te cuenta su historia, la de algunos animales rescatados y de los procesos que se llevan a cabo para recibirlos en el santuario.
Vas a tener la oportunidad de colocar en el altar de Larrea una flor (incluida en tu boleto), una vela con un listón donde vas a escribir el nombre de un familiar o una mascota fallecida o incluso algún elemento que sirva para honrar a los difuntos y ‘completar’ esta ofrenda.
También hay un recorrido por las caballerizas y corrales para observar e interactuar con algunos de los caballos que actualmente alberga Cuacolandia. No se pueden montar, pero algunos sí se dejan acariciar y hasta puedes darles de comer zanahorias. Eso sí, debes seguir las indicaciones de tu guía.
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Al finalizar, se instaló una zona con botanas, refrescos y mercancía oficial.
Este recorrido se ofrece de martes a domingo hasta al 27 de noviembre en 3 horarios: 10:00 a.m., 12:00 p.m. y 2:00 p.m.
El costo de la experiencia es de $250 pesos por persona e incluye visita guiada al santuario y al altar, una flor y calaverita para niños.
Más información en su página de Facebook: 'Cuacolandia' y al número (222) 206 2359.
¿Dónde está Cuacolandia?
En el pueblo mágico de Atlixco. Dirección: 1ra Cerrada Camino Real a Ixtahuixtla, perteneciente al pueblo San Agustín Ixtahuixtla, municipio de Atlixco, Puebla.
Desde el centro del pueblo mágico, el trayecto en auto es de unos 15 minutos. Desde Puebla son 45 minutos y desde CDMX, unas 2 horas y media.