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Viaja a un pueblo del Viejo Oeste, con fantasmas y whiskey artesanal

Hace unos 130 años fue un pueblo minero. Hoy en día tiene tirolesas, montañas rusas en la naturaleza y tours paranormales

A finales del siglo XIX, Breckenridge fue un pueblo minero. Hoy en día hay tours históricos para ver uno que otro fantasma. (Foto: Cortesía GoBreck)
20/07/2019 |23:28Samantha Michelle Guzmán |
Redacción El Universal
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Cuando llegas a Breckenridge, te sientes como si una máquina del tiempo te hubiera enviado al Viejo Oeste. En los últimos 130 años, la estructura de este pueblo casi no ha cambiado: todavía tiene una próspera avenida principal llena de tabernas y casas victorianas perfectamente conservadas que parecen una miniatura cuando volteas a ver la inmensidad de las montañas.

Pero poco a poco aparecen ante ti las pequeñas evidencias del presente. Los bares ya no tienen atmósfera sombría, bailarinas exóticas ni letreros que dicen “Saloon” en su fachada. Ahora sirven destilados artesanales y están decorados de manera refinada. Dentro de la comunidad, los caballos y carretas fueron sustituidos por bicis y camionetas. El río que cruza el pueblo no se usa para buscar oro, sino para practicar yoga sobre una tabla de surf. Y, en lugar de herramientas, la gente carga equipo deportivo con dirección al bosque.

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Foto: Cortesía GoBreck

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El pueblo de Breckenridge se encuentra en Colorado, a una hora y media en auto desde Denver. En verano, cuando sus montañas no están llenas de esquiadores, ofrece actividades de aventura en las alturas. También saca a relucir su verdadera personalidad a través de tours históricos y fantasmales.

En una de las cinco cumbres que se levantan paralelamente al pueblo, se construyó el parque de aventura Epic Discovery. Para llegar a sus atracciones estelares debes abordar la telesilla más alta de Norteamérica, que alcanza los tres mil 914 metros sobre el nivel del mar. Mientras avanzas por la empinada vía, el viento mueve tus piernas y, casi sin darte cuenta, tus manos se aferran al tubo de seguridad.

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Foto: Cortesía GoBreck

Un circuito de ocho tirolesas se oculta en las profundidades del bosque. Es una locación tan remota que no hay rastro de las góndolas, telesillas, ni mucho menos de la comunidad. Hay zonas con nieve, aunque sea verano. Si bien son bastante amigables con los viajeros temerosos, cada tirolesa te deja sin aliento. Los terrenos en desnivel y las infinitas “líneas” de pinos juegan con tu perspectiva.

A medio camino hay un gran puente colgante, armado con peldaños de madera. A cada paso que das, parece que está a punto de voltearse y dejarte caer. El tambaleo se acentúa cuando te acercas mucho a un compañero.

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Foto: Cortesía GoBreck

La última tirolesa sí resulta un reto. Es la única que usa un freno especial porque tú solo no podrías detenerla. Su inclinación garantiza un gran vuelco en tu estómago. Si decides completar el recorrido, te llevas una sensación indescriptible de libertad.

Además de la telesilla, hay dos maneras mucho más divertidas de concluir tu recorrido por el parque: una resbaladilla y una montaña rusa construidas en plena naturaleza. En la primera te deslizas sobre un pequeño trineo, y la segunda está integrada por carritos individuales que corren por una vía de acero.

Las dos atracciones te permiten regular tu propia velocidad. Serpentean por un camino de casi un kilómetro, lleno de curvas cerradas y vistas panorámicas.

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Foto: Cortesía GoBreck

“Esta fue la casa de una familia muy acaudalada”, dice la guía mientras abre la puerta de una construcción victoriana. Cuando das el primer paso hacia el interior, la madera cruje. Ese es el único indicio de que el tiempo ha pasado, pues todos los muebles lucen como si alguien aún viviera aquí. Te decepcionas un poco cuando te aclaran que el mobiliario es una recreación hecha con objetos de otras casas; sin embargo, toda pieza es auténtica.

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Foto: Cortesía Breckenridge Heritage Alliance

Es imposible no detenerse varios minutos en cada habitación para admirar los detalles: tapices de flores, órganos de madera, platos de porcelana, candelabros y relojes de péndulo forman parte de la escena. De vez en cuando, al curiosear entre las fotografías colgadas de la pared, tu mirada se encuentra con la de alguna señora de sombrero y vestido largo, o un hombre de gesto severo. Un escalofrío te recorre y se te escapa una risita nerviosa.

Según la guía, no falta el visitante que ha visto pasar sombras misteriosas de una habitación a otra o escuchado un objeto caer en el cuarto contiguo. Son los antiguos habitantes de Breckenridge saludándote. ¿O reclamándote por entrar a su hogar?

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Foto: Cortesía Breckenridge Heritage Alliance

Este recorrido se llama “Walk Through History Tour”. Solo disponible en verano, visita varias construcciones del distrito histórico del pueblo. Para quienes se quedan “picados” con el tema de lo paranormal, hay tours guiados de fantasmas.

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Foto: Cortesía Breckenridge Heritage Alliance

La experiencia termina en la Main Street o Avenida Principal, la cual cruza el pueblo. Aunque caminarla de un extremo a otro te toma menos de una hora, está repleta de restaurantes y tiendas curiosas. Desde antigüedades y muebles vintage, hasta elegante ropa de montaña y jabones artesanales.

La parada imperdible es Breckenridge Distillery: un local que produce vodka, bourbon y ginebra. Tiene restaurante y sirve cocteles creativos. Es posible que, mientras bebes tu trago de whiskey con plátano, en medio de un establecimiento hípster, sientas que los días de los mineros rudos que pasaban sus tardes en la taberna ya quedaron muy atrás. Pero si ves por la ventana y admiras la arquitectura del pueblo, así como su cercanía con la naturaleza, te das cuenta de que su esencia sigue ahí.

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Foto: Cortesía GoBreck

Cómo llegar

Puedes volar al Aeropuerto de Denver, a dos horas de Breckenridge, o al Aeropuerto Regional del Condado de Eagle, a una hora y media. La primera opción es más sencilla, pues Volaris tiene viajes directos desde ocho mil 942 pesos.

Dónde dormir

El hotel Residence Inn, de la cadena Marriott, ofrece amplias habitaciones con sala, comedor y cocina equipada. Es pet friendly y tiene alberca con vista a las montañas. Sus tarifas parten desde 257 dólares por noche en ocupación doble, con desayuno incluido.

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Foto: Cortesía GoBreck

Epic Discovery

Está abierto hasta el 8 de septiembre. Un boleto en días de temporada baja (finales de agosto) te puede costar 90 dólares, con todas las actividades incluidas.

Tours históricos

Cuestan 52 dólares por persona y solo se hacen en verano.

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Foto: Cortesía Breckenridge Heritage Alliance

Tip

Breckenridge ofrece transporte gratuito dentro del pueblo. Los autobuses te pueden dejar a unos pasos de la góndola para subir a la montaña.

Si quieres saber más sobre los tours que existen en Breckenridge, como paseos en bici o de rafting, entra a este sitio web:

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Foto: Cortesía GoBreck