A poco más de 11 mil kilómetros de distancia (si volaras en línea recta, sin las desviaciones necesarias que tomaría un vuelo comercial directo), Tokio se encuentra suficientemente lejos de la CDMX como para convertirla en un destino solamente alcanzable, al menos en apariencia, para unos cuantos afortunados pudientes o, bien, unos empecinados ahorradores. No soy lo uno ni lo otro. Un viaje de trabajo me llevó a esas latitudes. Sin embargo, tras unos deliciosos días ahí, me queda claro: vale cada uno de esos kilómetros . Por tanto, si no entras en la primera categoría, ponte a ahorrar desde ya y prepárate para una aventura en una metrópoli donde los extremos se tocan, ideal para saciar tu espíritu, tu estómago y tu curiosidad.
Alimento para el alma
Los japoneses tienen un lado muy espiritual del que pocas veces se habla. Esto puede deberse a que también son sumamente prácticos : por ejemplo, sin que ello implique conflicto alguno, es posible que practiquen el budismo y, a la vez, el shintoísmo (las dos principales doctrinas religiosas del país), sin necesidad de tener que participar en celebraciones periódicas de ninguna de las dos. De hecho, aunque entre los principales puntos de interés turístico de la ciudad están precisamente el Templo Senso-ji (budista), en el barrio de Asakusa, y el Meiji (shintoísta), todo el país está repleto de santuarios antiquísimos dedicados a deidades locales en los que cualquiera es bienvenido a orar como (su propio) dios mande.
(Foto: Istock)
Estos dos templos en particular son imperdibles, y la entrada es gratuita. En el primero, construido en ese sitio durante el siglo VII d.C. y reconstruido tras la Segunda Guerra Mundial, se mezclan las marejadas de feligreses locales con las de turistas . Justo a su entrada se encuentra el Mercado Nakamise , el mejor sitio de la ciudad para comprar artesanías y souvenirs a precios razonables.
(Foto: Francisco Cuevas Almazán)
Por el otro lado, el Meiji es el santuario shintoísta más popular de la ciudad. Reconstruido en la posguerra y de aspecto más discreto que el Senso-ji, es un espacio con una atmósfera más espiritual (y menos turística). Puedes solicitar acceso a una ceremonia religiosa tradicional. Solo deberás quitarte los zapatos, no estorbar, evitar tomar fotos o recibir llamadas y mostrar respeto absoluto.
(Foto: Istock)
Y, si tu alma sigue hambrienta, la ciudad ofrece muchísimos museos (tanto de historia como de arte tradicional o contemporáneo) para saciarla. Entre los más recomendables están el Museo de los Samurai , en Shinjuku, o el del periodo Edo , por si te interesa la historia de ese país. Otro favorito: el Museo Ghibli , dedicado a las películas de Studio Ghibli , casa productora de cintas como “Mi vecino Totoro” o “El viaje de Chihiro” y considerada como la versión de los estudios Disney de ese país. Es un lugar tan mágico como sus películas. Su arquitectura recuerda tanto a sus cintas como a las obras de Antonio Gaudí . El único inconveniente: no se venden entradas en el museo; las debes comprar (mil yenes por adulto) con anticipación de un mes ( ghibli-museum.jp/en/ticket-information ).
Barriga llena
Además de la enorme variedad gastronómica del archipiélago, el rango de precios también es muy variado , lo que resulta especialmente útil: por ejemplo, puedes planear dos de tus comidas del día en lugares accesibles y reservar la tercera para un lugar más caro. Considerando que la ciudad cuenta con 10 lugares con, al menos, una estrella Michelin, no te arrepentirás de darte lujos cuando puedas… Las siguientes sugerencias se dividen por tipo de comida y equivalen a distintos niveles de precio:
Sushi.
La mejor opción es también la más famosa: Sukiyabashi Jiro , restaurante con tres estrellas Michelin y protagonista de un exitoso documental en Netflix. Lo malo es que debes reservar con meses de anticipación y el costo por su menú de degustación es de 30 mil yenes. Una opción más terrenal pero que te dejará sonriendo: Tamazushi Tsukiji , de ambiente casual, precio moderado y comida deliciosa por entre 900 y cinco mil yenes.
Shabu-shabu.
Parecido a un fondue oriental, consiste en dar la cocción deseada a cortes muy delgados de carne o pollo sumergiéndolos en agua o caldo hirviendo. Mi sugerencia: restaurante Kurosawa , perteneciente a los descendientes del gran director de cine Akira Kurosawa . Hay cuatro sucursales, todos con memorabilia del cineasta. Entre tres mil y 10 mil yenes.
Robatayaki.
Es la versión japonesa de los restaurantes tipo Grill. Para probarla, ve a Gonpachi Nishiazabu , famoso por haber inspirado uno de los sets de la cinta Kill Bill . De dos mil a ocho mil yenes.
(Foto: Gonpachi)
Teppanyaki.
Esta especialidad con parrillas en cada mesa es tanto una buena opción de comida como de show, pues los chefs suelen mostrar su destreza con los cuchillos y demás utensilios de cocina al tiempo que te preparan arroz, cortes de carne (incluidos de calidad wagyu) y otros ingredientes. Mi recomendación es Mon Cher Ton Ton , en Shinjuku , por precios que parten de los 10 mil yenes.
Comida para ver
. Una visita obligada es el Mercado Tsukiji de pescado (en la estación de metro del mismo nombre), donde podrás ver las subastas de atún (sí, a ese grado se pelean los restauranteros por tener la mejor calidad en los productos). Solo para madrugadores.
(Foto: Istock)
Comida para llevar.
Casi en cada esquina encontrarás “Konbini Stores" (sí, como convenient stores), que son minisúpers en los que se vende comida caliente, así como golosinas y hasta café enlatado. Los precios son tan accesibles como en la CDMX.
Sacia tu curiosidad
Casi cada rincón en Tokio vale una foto. Así que solo salir a caminar te dará material para ir conociendo todas las facetas de esta compleja cultura. Sin embargo, si tienes poco tiempo, dirígete a estos puntos:
Barrio Shibuya
. Aquí, saliendo de la estación de tren Yamanote ) se encuentra uno de los cruces de calles más famosos del planeta. Esto se debe a toda la gente que lo atraviesa para dirigirse a una de las muchas calles que confluyen ahí pero también porque es el punto en donde el famoso perro Hachiko solía esperar a su amo. Hay una estatua que lo recuerda, justo a la entrada de la estación.
(Foto: Francisco Cuevas Almazán)
Barrio Akihabara
. Es una zona repleta de tiendas de aparatos electrónicos, gadgets, artículos relacionados con manga y videojuegos y un triple etcétera. Los precios varían mucho dependiendo de lo que quieras comprar. La sugerencia es navegar con el tiempo suficiente en busca de la oferta ideal o el regalo perfecto. Lo que halles te sorprenderá. Garantizado. Llega a la estación de metro del mismo nombre.
(Foto: Istock)
Sumo
. Si visitas Tokio en enero, mayo o septiembre, podrías tener suerte y encontrar boletos para alguna pelea de Sumo en el Salón de Sumo Ryogoku Kokugikan . Este deporte nacional japonés desata muchas pasiones y es una excelente opción, si buscas un espectáculo.
Vida nocturna.
¿Quieres practicar tus dotes artísticas en un bar de karaoke o solo buscas un trago? El barrio de Ginza es una gran opción, con antros, bares, restaurantes y muchas boutiques. Si llevas dinero y tiempo, es recomendable para paseos nocturnos.
GUÍA DEL VIAJERO
¿Cómo llegar?
Muchas aerolíneas ofrecen vuelos directos. En orbitz.com encontramos pasajes en mil 100 dólares más impuestos. orbitz.com
Entren al tren.
En la agencia de viajes México Kanko puedes comprar el Japan Rail Pass, con el que podrás viajar las veces que desees a través de sus diferentes trenes incluyendo el bala. Puedes recorrer Tokio y su periferia o todo el país. Ojo: solo se puede adquirir fuera de Japón. mexicokanko.com.mx/tour/jr-pass
¡Yeah Yen!
La moneda oficial es el yen. Un yen equivale a 0.16 pesos, por lo que es un tipo de cambio bastante amigable con los mexicanos. convertit.com
Idioma.
Aunque son tímidos para hablarlo, muchos japoneses dominan el inglés (principalmente, los jóvenes). Aun así, es útil usar las apps que traducen los ideogramas al inglés o español. play.google.com/store/apps