A 100 metros de altura, un puente colgante sobresale entre la espesa vegetación del bosque. Un arnés te sostiene, pero es fácil olvidarlo cuando tienes que mantener el equilibrio pisando sobre dos angostos tablones de madera, aferrándote con las manos a un par de cables de acero. Este sendero de vértigo, que se extiende por 150 metros, es apenas una probadita de lo que ofrece el Pueblo Mágico de Tlatlauquitepec.
Ubicado en la Sierra Norte del estado de Puebla, a tres horas y media desde CDMX, pertenece a una región abundante en cascadas, cuevas y accidentes geográficos como el Cerro Cabezón, llamado así porque si lo miras desde el barrio de Jiliapan luce como el perfil de un hombre boca arriba.
Enlistamos 10 razones por las cuales este Pueblo Mágico merece una visita de fin de semana (o más, si en un futuro cercano quieres vacacionar en un destino al que se llegue en carretera).
Foto: Atrévete Actividades Extremas
1. Por supuesto, el puente colgante que mencionamos al principio es un buen pretexto para ir a Tlatlauquitepec. Para complementar esta experiencia, que tiene lugar en el Cerro Cabezón, existen dos circuitos de tirolesas entre las cuales puedes elegir: uno de ellos es muy tranquilo y apto para toda la familia, mientras el otro es más rápido, extenso y puede terminar (si así lo deseas) con un descenso a rappel desde una altura de 60 metros.
Las tirolesas están disponibles únicamente en fin de semana, cuenta Jorge Guzmán, director del hotel local San Jorge.
Foto: Ayuntamiento de Tlatlauquitepec
2. En los alrededores del Pueblo Mágico hay varias cuevas abiertas al público. La condición para visitarlas es que te acompañen guías locales, pues cada una de estas cavernas puede presentar cierto grado de dificultad y es necesario llevar equipo especial. Atrévete Actividades Extremas es una de las touroperadoras que te lleva a este tipo de recorridos.
La Cueva del Tigre es una de las más famosas de la región; tiene entrada en forma de bóveda y en su interior conserva estalactitas, estalagmitas y formaciones de cristales.
También está la Cueva de los Murciélagos, que tiene secciones de escalada y rappel, cuenta Jorge. Otra opción es la Cueva de Tepehican, en cuyo interior nace una corriente de agua durante la temporada de lluvias.
Foto: Ayuntamiento de Tlatlauquitepec
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3. La Cascada de Puxtla es la más alta de Tlatlauquitepec, con una caída de 80 metros. En sus paredes es posible practicar rappel y, aunque no hagas esta actividad, te va a gustar la vista desde distintos ángulos que ofrece la caída de agua.
Si quieres refrescarte en una poza cristalina debes visitar la Cascada de Tenexate en temporada de lluvias.
4. Existe un recorrido de aventura en el Cañón de la Soledad, una sección del río Apulco donde se lleva a cabo un rappel “volado”, sin tocar las paredes de roca.
Foto: Atrévete Actividades Extremas
Si prefieres la tranquilidad y la contemplación de la naturaleza, te sugerimos dar un paseo en lancha por la Presa de la Soledad, un camino de cuatro kilómetros que surge también del río Apulco.
Hay otra sección del río llamada La Playita de Macuilquila, donde el agua aparenta tres tonalidades distintas. Aquí también hay paseos en lancha.
Foto: Ayuntamiento de Tlatlauquitepec
5. En Tlatlauquitepec y sus alrededores se produce café, y las touroperadoras locales te llevan a conocer el camino que los granos pasan desde que son recolectados hasta que terminan en tu taza, cuenta Jorge Guzmán.
6. El Pueblo Mágico posee un santuario de las luciérnagas que se visita en lancha, en la Presa de la Soledad. Puedes ir entre el último fin de semana de mayo y el primer fin de semana de septiembre.
Ayuntamiento de Tlatlauquitepec
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7. En la gastronomía local encuentras varias delicias por probar durante tu viaje. Para empezar están los tlayoyos: masa de maíz frita parecida a una gordita que lleva papa, frijol, alverjón, requesón o chicharrón bañados en salsa. Los encuentras en los portales o en el restaurante de Doña Tere, recomienda Jorge Guzmán, además de que los tlayoyos aparecen como acompañamiento en todos los comedores del pueblo.
Se prepara mole ranchero, servido con pollo o guajolote y mucho más picoso que el mole típico de Puebla, pues no lleva ingredientes dulces. También hay carne ahumada, una forma de preparación ancestral, y truchas provenientes de la presa.
En la zona se elaboran licores de frutas y chocolate artesanal.
Una buena oportunidad para probar todos estos productos se presenta en el tianguis del pueblo, que ocurre cada jueves.
Foto: Ayuntamiento de Tlatlauquitepec
8. Si en cada viaje que haces quieres regresar con una “comprita”, en Tlatlauquitepec puedes acudir a la Casa del Artesano, en el centro del pueblo. Es un edificio tradicional donde se venden productos que llegan de todo el municipio, como textiles, joyería de plata, cestas hechas a mano, juguetes de madera y café.
9. Es imperdible el Exconvento Franciscano de Santa María de la Asunción, que data de 1531. Fue construido cuando los evangelizadores de la orden franciscana llegaban a Veracruz y no podían hacer viajes tan largos hacia otros lugares sin descansar un par de días, por lo que se construyó como convento de paso.
Tiene 32 arcos labrados en cantera rosa, techo de teja a cuatro aguas y un patio español.
Foto: Ayuntamiento de Tlatlauquitepec
10. En el Pueblo Mágico hay algunos hoteles boutique íntimos y de estilo tradicional, como San Jorge. Este alojamiento de 14 habitaciones rústicas, decoradas con textiles de la región, ofrece vistas panorámicas al Cerro Cabezón. Cuenta con restaurante tradicional, chocolatería, spa, orquideario y un museo de antigüedades.
Si te gusta la idea de acampar, puedes hacerlo en las grandes áreas verdes del Complejo Ecoturístico El Papalote.
Foto: Hotel San Jorge
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