TELLURIDE, CO.— El estado de Colorado, en Estados Unidos, es famoso por sus exclusivos destinos blancos: Aspen, Vail, Breckenridge… La calidad de su nieve es extraordinaria: mucho menos húmeda que, por ejemplo, la de California, lo que la hace perfecta para esquiar.
Menos famoso, pero igual de encantador es Telluride, un pequeño pueblo que en su pasado, al igual que los anteriores, se dedicó a la minería. Destaca por sus paisajes, por su atmósfera cálida y pintoresca y, a la vez, chic.
Lo más práctico para llegar a Telluride, desde Ciudad de México, es volar a Houston, Texas, y de ahí a Montrose, Colorado. En esta pequeña ciudad se puede rentar un auto o tomar un shuttle (servicio de vans) hasta tu hotel.
Telluride cuenta con un servicio de transporte público único en el mundo: La Gondola. Se trata de un teleférico gratuito que te lleva a donde sea que quieras llegar: al pueblo o a la montaña. Las vistas desde ahí son de impacto, sin mencionar lo divertido que es.
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El último viaje del día en La Gondola es a las 00:00 horas, y no hay servicio de Uber. Así que, si te hospedas dentro de Mountain Village, y estás en Telluride, toma esto en consideración.
La magia empieza saliendo de Montrose, con las asombrosas vistas de las montañas de San Juan, que forman parte de las Rocosas.
El camino de Montrose a Telluride es de ensueño por sus altos pinos nevados, caprichosas formaciones de piedra roja, cañones y valles.
El camino está salpicado de construcciones de la época de la fiebre del oro, de finales del siglo XIX, aunque Telluride resultó ser más rico en plata. Te sentirás en un set de ‘Yellowstone o de cualquier película o serie con la combinación nieve + oeste. Mantén el teléfono listo porque hay pocas vistas más instagrameables que estas.
Llegar a Telluride te quitará el aliento. El poblado es verdaderamente precioso. La gente local cuenta que muchos que crecieron ahí y se van a estudiar o a trabajar a urbes más grandes, terminan regresando. No me extraña nada. Telluride se divide en dos partes: el pueblo y Mountain Village.
El primero es la parte ‘vieja’ y más urbana, donde está lo que podría llamarse el centro o el downtown. El pueblo completo tiene ocho cuadras de largo, así que puedes llegar a cualquier lugar caminando. Si no quieres andar, toma el Galloping Goose, un shuttle que da la vuelta al pueblo cada 10 minutos y te deja donde quieras.
Mountain Village, por su parte, es donde se ubican los grandes hoteles, los complejos de condominios y las casas que se rentan por temporada. A muchas de estos se puede acceder esquiando.
Moverse entre ambas zonas es muy sencillo, solo requiere un corto trayecto de 10 minutos en La Gondola, con panorámicas de escándalo.
La inmensa mayoría de los visitantes viene a disfrutar de la nieve, aunque los locales no se cansan de decir que una visita en verano es un ‘must’, ya que hay múltiples actividades, incluidos un buen número de festivales musicales y culturales.
Telluride y Mountain Village ofrecen 810 hectáreas de superficies esquiables, con un total de 120 pistas, 23% para principiantes, 36% para esquiadores intermedios y 41% para expertos.
Los esquiadores más experimentados aman el destino porque se evitan largas filas para los lifts y para acceder a las pistas más populares. Una pareja australiana nos relató que, en otros destinos de nieve de Colorado, habían llegado a hacer hasta 45 minutos de cola para subirse a las sillas. En Telluride, éste nunca es el caso.
Ahí, la nieve es conocida como powder snow (polvo) o champagne snow porque cosquillea en la nariz, pero no moja. Permite deslizamientos más suaves, tarda más en convertirse en hielo y es mucho más divertida. Es incluso difícil hacer bolas o muñecos con esta nieve.
Si en tu clóset no tienes las prendas ni el equipo adecuados para viajar a este resort invernal, no hay nada de qué preocuparse, pues hay muchas tiendas en las que puedes rentarlo todo y del estilo que quieras.
Si es tu primera vez en la nieve, la Ski & Snowboard School imparte clases para niños y adultos principiantes. Las hay por la mañana, por la tarde y de todo el día (de 9:00 a 15:30 horas) en pequeños grupos o en privado. Se consiguen paquetes que incluyen el precio del lift y la renta del equipo.
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Además de las actividades de nieve, hay buenas compras y una excelente gastronomía.
Si esquiar no es lo tuyo, pero igual quieres jugar en la nieve, anímate a hacer snowmobiling (paseos en motonieve). De una hora y media más o menos de duración, este recorrido te llevará hasta un pueblo minero fantasma.
Antes de subirte a la moto, comenta al guía si requieres prendas de nieve: mono, botas, casco y goggles, ya que, si no los pides, ellos no te los ofrecerán.
Un buen tip: existen unas pequeñas bolsitas con una especie de arena que se calienta al sacudirlas; introdúcelas en tus guantes, ya que, aunque el manubrio de la moto se calienta (sí, en serio), el pulgar con el que manejas el acelerador puede llegar a entumirse bastante con el frío.
Otras actividades a elegir son la escalada en nieve, el paseo en trineo de caballos o de perros, snowshoeing (caminatas con raquetas de nieve, ahora más modernas) y patinaje sobre hielo.
La temporada invernal comienza en Thanksgiving y termina a finales de marzo. Sin nieve, Telluride sigue siendo divertido por sus actividades ecoturísticas y de aventura.
Parte del distinguido grupo de resorts de Auberge, el Madeline es un espectacular hotel, justo en el corazón de Mountain Village.
Con una exquisita decoración, cuenta con 96 habitaciones y 29 condominios.
Tiene pista de patinaje sobre hielo, alberca climatizada, gimnasio y spa. En el Timber Room, la gastronomía es de primera. No dejes de probar la hamburguesa y el breakfast sandwich. En el Black Iron, la mixología es de autor con deliciosos cocteles y un divertido ambiente après ski con música en vivo.
Ofrece clases de yoga, show de luces en la pista de patinaje, S’mores experience: el acto de asar malvaviscos en las fogatas (aubergeresorts.com/madeline).
221 South Oak. Este restaurante es propiedad de la chef Eliza Gavin, una de las participantes en la temporada 10 del reality Top Chef. Es pequeño por lo que se recomienda reservar. Con una decoración muy pintoresca e interesantes obras de arte, la experiencia culinaria es central.
Los imperdibles del menú son el dúo de sopas, las chuletas de cordero y el venado. Una impresionante selección de vinos complementa la experiencia, así como su ambiente. Mucha gente local se reúne en este grandioso lugar. Reserva en OpenTable.
Society es una boutique high end con una buena selección de prendas invernales, ideales para la nieve, con piezas modernas y vintage de diseñadores reconocidos. Al fondo de la boutique hay un pequeño bar en donde puedes tomarte un descanso y disfrutar un prosecco o un snack para hacer la experiencia de compra más agradable.
Crossbow Leather es otra boutique, la quintaesencia de la experiencia de Colorado: prendas de estilo vaquero, bolsos y artículos de cuero creados por diseñadores locales. Lo más divertido es la posibilidad de elegir tu sombrero de cowboy y decorarlo con una gran cantidad de bandas de diferentes materiales: piedras, cuero, textiles, metal, incluso plata; además de broches, plumas y mucho más.
Tarifas desde 100 dólares, al principio de la temporada, hasta 1,125 dólares por una lección privada, por persona en temporada regular. Reservar con anticipación a lessons@telski.com o al número (970) 728 7414. Debes presentarte con las prendas adecuadas para esquiar.
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