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Por dónde empezar. La diversidad cultural, étnica y religiosa de uno de los países más grandes del planeta , con paisajes muy distintos y poblado por mil 325 millones de seres humanos que hablan mil 600 lenguas no hace fácil resumirlo. Para quien no haya viajado antes a India hay un ejercicio imprescindible antes de hacer el largo periplo: resetear la cabeza, ponerla en blanco...
Se trata de un destino para viajeros antes que para turistas. No hablo solo de quienes buscan la iluminación y se r efugian en un ashram a meditar o practicar yoga bajo la dirección de algún swami (sabio) . Me refiero a aquellos que son curiosos, que se interesan por los vínculos y la vida de una comunidad, que no dejan de preguntarse cómo funciona todo.
Para adentrarse en el espíritu indio hay que caminar por calles y mercados, rodearse de multitudes siempre, llenarse los ojos con los colores de los saris (vestido tradicional de las mujeres), sortear vacas, soportar el asedio de los vendedores y respirar aromas.
(Foto: Istock)
Los primeros días todo resulta abrumador. Con casi tres millones 300 mil metros cuadrados de superficie, India es el séptimo país más extenso del planeta con ciudades populosas, como Bombay o Delhi, con casi 19 millones de habitantes, pero la inmensa mayoría vive en el campo o en pueblos más pequeños.
Tesoros mundiales
Posee 29 sitios que son Patrimonio Mundial de la Humanidad. El más icónico es el Taj Mahal , en la ciudad de Agra , estado de Uttar Pradesh. Se trata de un mausoleo erigido por el rey mogol Shah Jahan en memoria de su esposa favorita, muerta en su decimocuarto parto.
(Foto: Istock)
En estas latitudes, los viajeros se sienten dentro de una película de fantasía. Allí donde se apunte con la cámara habrá una foto impactante: los ritos de las cremaciones en Varanasi , los baños en el Ganges , los templos de Ajanta y Ellora excavados en la montaña, los palacios de los marajás, las imágenes del Kamasutra en Khajuraho , los niños con los párpados delineados para evitar el mal de ojo, 20 personas encaramadas en una moto apta solo para tres.
Recorrer el país en auto es una experiencia imposible para un conductor extranjero. En medio de cualquier ruta se pueden encontrar vacas, camellos, elefantes, cabras y todo tipo de animales, además de pastores, motociclistas, carros, camiones y bicicletas. Como parte de la herencia británica, en India se maneja por la izquierda y lo común es tardar cinco horas para hacer 200 kilómetros.
Pero se aprecia el gesto amistoso, los pedidos de fotos con los visitantes, las explicaciones para describir el valor de lo que venden y ese Namasté pronunciado al tiempo que juntan sus manos como en oración, dando la bienvenida.
(Foto: Istock)
En muchos sitios se acercará una joven para aplicar el tradicional bindi, ese punto de color que se marca en la frente, y que retiene la energía y fortalece la concentración.
El matrimonio
Es el paso más importante en la vida de un indio y casi siempre es concertado. Por cierto, India es el país con la más baja tasa de divorcios del mundo (1.1 %) aunque se dice que va en aumento.
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Lo que desaprueban
En el destino, autor nada menos que del Kamasutra , el sexo es un tabú . Una mirada o una expresión de afecto puede ser socialmente reprobado . Contrariamente, los varones caminan tomados de la mano y se entiende como un gesto de amistad.
La homosexualidad figura en el Código Penal Indio del periodo británico, que castiga cualquier acto “contra el orden de la naturaleza”. El artículo es inconstitucional solo en la capital.
A pesar de que está prohibido anunciar el sexo de las criaturas antes de nacer, las mujeres suelen ser abortadas . En India el aborto es legal .
Y son ellas las que hacen labores duras: trabajan de peones en canteras y carreteras.
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Religión
Un 80% son hindúes, 14% musulmanes y el restante 6% se reparte entre cristianos, budistas, judíos, jainistas, etcétera.
Los cuidados
Las mujeres turistas andando solas deberán tomar precauciones en los sitios a donde van.
Es necesario aplicar vacunas, vestir con mangas y pantalones largos de tonos claros y rociarse repelentes que contengan 25% de Deet.
Hay que evitar los alimentos crudos o de puestos callejeros y el hielo. Lo fiable es el agua mineral, incluso para cepillarse los dientes.